Vladimir Putin y el Resurgimiento de Rus
Vladimir Putin y el Resurgimiento de Rusia
"Lo que necesita Rusia es más Rusia, no más Occidente"
Fiódor Dostoievski
Fernando Álvarez Simán*
Rusia es el país más grande del mundo, su territorio es atravesado por 9
diferentes husos horarios lo que lo hace que esa nación tenga una amplia
variedad de sistemas ecológicos y por tanto también enormes riquezas
naturales que los expertos dicen que en su inmensa mayoría no están
explotadas; lo que de entrada la convierte en una superpotencia en temas
energéticos. Otro dato es que el total de su superficie lo hace más grande
que el planeta Plutón.
En el periodo conocido como el Imperio Ruso, este país llegó a ser por
territorio dominado, el tercer imperio más extenso de todos los tiempos,
solo superado por el imperio Mongol erigido por Gengis Kan y el Británico
de entre los siglos XVI y XX. Fue también después de la etapa de la
Revolución Rusa o de Octubre que sobre las ruinas del Imperio Ruso y la
caída del Zar Nicolás II, Vladimir Illich Ulianov “Lenin” construye el primer
estado socialista del mundo, denominado Unión de Repúblicas Soviéticas
Socialistas (URSS). La tierra donde nacieron Lenin, Stalin, Mijaíl
Gorbachov, Fiódor Dostoyevski, León Tolstói, Antón Chéjov y Yuri Gagarin
entre otros notables científicos, escritores, políticos y pensadores fue en su
época socialista, protagonista principal de algunos de los hitos científicos y
tecnológicos más importantes del mundo; sus técnicos y científicos
pusieron el primer satélite artificial en órbita, al primer ser vivo en el
espacio, al primer ser humano orbitando sobre la tierra y fue el primer país
sobre la tierra en erradicar la viruela.
En contraste, algunos de los hechos más trágicos de la humanidad también
se vivieron o tuvieron como protagonista a la antigua URSS, por ejemplo el
Holodomor o hambruna ucraniana que provocó la muerte de entre 3 y 10
millones de personas y la consecuente diáspora ucraniana; la tal vez
batalla más sangrienta en la historia humana se libra en Stalingrado con un
saldo de dos millones de víctimas y el consecuente inicio de la total derrota
nazi en el frente europeo de la II Guerra Mundial o Gran Guerra Patria
como se conoce al conflicto mundial en Rusia. También en ese conflicto se
contabilizan a 27 millones de víctimas mortales y en materia
medioambiental el “accidente de Chernóbil” es el mayor accidente del
mundo en su tipo ya que más de 115 mil personas fueron evacuadas y la
radioactividad se extendió a trece países vecinos.
Pero tal vez lo más traumático para la generación actual de rusos que
nacieron en un país clasificado como potencia mundial en un mundo
bipolar, sea el haber sido testigos del derrumbe de la URSS ocurrido en
solamente dos años, desde noviembre del 89 con la caída del Muro de
Berlín a diciembre del 91 con el golpe de estado al Gobierno de Gorbachov
que fue la desintegración total. Finalmente el 25 de diciembre de 1991, la
Unión Soviética se disolvió en 15 nuevos estados. Con Boris Yeltsin al
frente de Rusia, luego del fracaso de Gorbachov y sus políticas de
Perestroika (reestructuración del sistema económico socialista) y Glásnost
(apertura, transparencia y libertad en lo político), el nuevo país que emerge
de las ruinas de la antigua URSS restaura el capitalismo pero en esta
transición lo que más caracteriza al país es la escasez de productos en los
supermercados, los enormes déficit presupuestarios y el crecimiento
excesivo de la inflación. Estos efectos económicos y sociales fueron
resultado del proceso de privatización de las empresas públicas, la
liberación del comercio y de las finanzas. El saldo fue que en solo cinco
años (1990 a 1995) el Producto Interno ruso disminuyó un 50 por ciento.
Pero además los saldos de la transición hacia el capitalismo también se
sintieron en los niveles de pobreza, ya que si esta llegó a afectar al 1.5 por
ciento de la población en la época socialista, en 1993 se disparó hasta el
49 por ciento y bajo la presidencia de Yeltsin la anarquía y los enormes
casos de corrupción de la clase política y el naciente sector empresarial
fueron documentados. Eso sin contar los conflictos armados de la década
de los 90´s sobre todo con separatistas islámicos de la región del Cáucaso
del Norte, el problema más agudo lo representaron los separatistas de
Chechenia. La corrupción, la violencia social y las insurrecciones armadas
hicieron imposible sostener el régimen del presidente Yeltsin quien dimite y
entrega el poder en el año 2000 a Vladimir Putin que en ese momento era
el primer ministro. Con Putin ha regresado el orden, la estabilidad y el
progreso lo que le ha granjeado gran popularidad en Rusia pero a un costo
elevado para muchos expertos, puesto que la mano del régimen de Putin
no solo ha sido firme, en muchos casos se ha pasado de dura según
muchas organizaciones internacionales de derechos humanos las cuales lo
acusan de ser un presidente antidemocrático.
Vladimir Putin, abogado de profesión, pero antiguo agente por 16 años de
la para ese entonces desaparecida KGB donde alcanza el grado de
teniente coronel, nace en Leningrado en 1952 siendo hijo de una obrera y
un marino; inicia su carrera política en 1990 en su ciudad natal como
asesor del entonces primer alcalde elegido democráticamente Anatoly
Sobchak que es considerado el autor de la Constitución Política de la
Federación Rusa y padrino político de Putin y de Dimitri Medvedev, actual
primer ministro y ex presidente de Rusia. En este sentido, el 2 de marzo de
2008, Dimitri Medvedev fue elegido presidente de Rusia, mientras que
Putin se convirtió en primer ministro. Putin regresó a la presidencia
después de las elecciones presidenciales de 2012, y Medvedev fue
nombrado primer ministro.
Putin pasa seis años bajo la sombra de su protector Anatoly Sobchak hasta
que es llamado por el Presidente Yeltsin a la sub jefatura del Estado Mayor
Presidencial y entonces su carrera política se vuelve meteórica, ya que
después se convierte en el “primer jefe adjunto” de ese organismo, donde
salta al frente del Servicio de Seguridad Federal de la Federación de Rusia
(FSB) la sucesora de la KGB. Hasta que en agosto de 1999 es nombrado
primer ministro por Yeltsin quien desliza por primera vez que le gustaría ver
a Putin como su sucesor. El 31 de diciembre de ese año, Yeltsin renuncia
pero le hereda a un Putin elegido presidente interino y todavía desconocido
por las mayorías y por el gabinete. Ya en el cargo, Putin desestima todas
las acusaciones de corrupción contra un Yeltsin enfermo y comienza una
era Rusa de mano dura, de restablecimiento del orden y de orgullo patrio
controlando la insurgencia chechena. A Putin estos eventos hicieron que
pasara de ser un desconocido a ser el político más popular de Rusia;
aprovechando esa inercia, adelanta las elecciones generales programadas
en junio del 2000 a marzo del mismo año y con ello sorprende a la
oposición y se proclama presidente electo por primera vez. Pero a los
éxitos de seguridad nacional y de orden público se le sumaron diez años
consecutivos de crecimiento económico de la mano del aumento en los
precios internacionales del petróleo y a que de manera informal, pero
evidente, estructuró a su alrededor cuatro grupos políticos que lo
reconocen como su líder y que comparten con Putin el poder en Rusia. El
primer grupo es de expertos economistas que como el, fueron cobijados en
la alcaldía de Leningrado o San Petersburgo (como se conoce ahora) por
Anatoly Sobchak. De hecho el grupo recibe el nombre de “Economistas de
San Petersburgo” pero más formalmente se hacen llamar “reformistas
liberales, German Gref, ex ministro de comercio y actual presidente de
Sberbank, el banco ruso más grande y tercero de Europa es el líder del
grupo junto con Alexander Kudrin ex ministro de finanzas.
El siguiente grupo también emana de los inicios de Putín, son los
“abogados de San Petersburgo”, liderados por Dimitri Medvedev el actual
primer ministro y Dimitri Kozak, actual viceministro y probablemente el
sucesor de Putin según los expertos. El tercer grupo lo conforman los
“Silovik” que son políticos que emanan de las fuerzas armadas y de los
órganos de seguridad y que tienen gran influencia sobre las decisiones de
Putin. El cuarto grupo es formado por políticos formados en la era Yeltsin o
por familiares del ex presidente, pero paulatinamente han ido siendo
sustituidos de las estructuras gubernamentales; aunque estrictamente
muchos de los poderosos empresarios rusos pertenecen a este grupo.
Ahora bien, hasta el momento ¿cuál es el balance de la administración de
Vladimir Putin y los grupos de poder que lo acompañan? Casi desde el
momento de la desaparición de la URSS, Rusia perdió la mitad del PIB,
perdió también su capacidad industrial. Además de la soberanía alimentaria
(la producción de carnes y lácteos se redujo 73 por ciento), los indicadores
de calidad de vida cayeron dramáticamente y la deuda pública rondaba el
50 por ciento del PIB. Prácticamente una catástrofe económica para una
nación que había sido potencia mundial.
Pero para el 2002 ya con Putin en el poder, Rusia recupera el equilibrio
económico de la mano de las reformas estructurales diseñadas por los
economistas y abogados de San Petersburgo, con el control social y el
orden (con el apoyo de la elite militar y la seguridad rusa) y los remanentes
de la oligarquía de Yeltsin en las actividades económicas. Ayudados
también claro está por las inmensas reservas naturales sobre todo de
petróleo que comienza a experimentar un alza en los precios
internacionales. De esta manera el petróleo y el gas natural representan la
mitad de los ingresos del presupuesto federal, el 55% de las exportaciones
del país y es el principal generador de divisas. Rusia es el mayor productor
de petróleo del mundo, el segundo exportador mundial de petróleo y el
primero de gas natural. Desde el 2002 y hasta el año pasado crecía un
promedio de siete por ciento anual, pero las previsiones para el 2014 y el
2015 son de entre 1.5 y tres por ciento. En ese sentido, muchas de sus
relaciones comerciales internacionales dependen del petróleo y de la
estabilidad de sus precios. Los analistas rusos creen que para evitar esa
dependencia el país debe avanzar en cuatro aspectos fundamentales;
mantener el rumbo del modelo socioeconomico, invertir en infraestructura,
apostar por las inversiones tecnológicas y profundizar las reformas
liberales.
Hoy Rusia es la onceaba potencia mundial, pero un país que tiene grandes
retos no solo en los aspectos económicos, también en los sociales puesto
que cuenta con 39 millones de pensionados y 18 millones de veteranos de
las guerras de Afganistán y Chechenia, por lo que la demanda de servicios
públicos de calidad es alta y el desarrollo regional es desequilibrado. El
país está dividido en 83 regiones y solo nueve aportan la mitad del PIB, el
resto vive de transferencias y subsidios lo que provoca grandes
desigualdades sociales, de hecho el 35 % de la riqueza rusa está en
manos de solamente 110 personas. En lo social su población harta de la
falta de libertad individual con el comunismo abrazó pese a las
adversidades el sueño de la democracia. La dura realidad económica hace
añorar en algunos sectores el liderazgo mundial, el centralismo y el control
del estado que se sentía en la antigua URSS. Sin llegar a esos extremos
Putin lo sabe y por ello ejerce con fuerza y mano dura su presidencia.
Quienes lo conocen de manera personal dicen que es un político
nacionalista que lo que le interesa es rescatar el orgullo nacional y el
liderazgo mundial ruso de otros tiempos. Con su intervención en el conflicto
de Siria, mostrando carácter, fuerza e independencia, para evitar la
invasión americana se anotó una gran victoria diplomática, lo que le valió
ser nombrado el hombre más poderoso del mundo por la revista Forbes,
aun por encima de Obama. En sentido el éxito o fracaso de su accionar
diplomático equilibrará los poderes en una zona del mundo convulsa, pero
rica en recursos naturales.
Hoy Putin es el hombre más fuerte de un país con una historia trágica que
se caracterizó por ser cuna de conquistadores que expandieron el país y
que se ha reinventado muchas veces con violencia, pero que con la caída
de la URSS y el comunismo canceló ese signo trágico, por una caótica
transición hacia el capitalismo pero que no implicó convertir a Rusia en un
polvorín sin fin, falta que se consolide la apertura y la democracia efectiva
si quiere que su país sea protagonista mundial en todos los sentidos. Rusia
ha resurgido de las cenizas y ha recobrado el poder que el oso soviético
llego a representar en la política internacional.
* Profesor investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas.
"Lo que necesita Rusia es más Rusia, no más Occidente"
Fiódor Dostoievski
Fernando Álvarez Simán*
Rusia es el país más grande del mundo, su territorio es atravesado por 9
diferentes husos horarios lo que lo hace que esa nación tenga una amplia
variedad de sistemas ecológicos y por tanto también enormes riquezas
naturales que los expertos dicen que en su inmensa mayoría no están
explotadas; lo que de entrada la convierte en una superpotencia en temas
energéticos. Otro dato es que el total de su superficie lo hace más grande
que el planeta Plutón.
En el periodo conocido como el Imperio Ruso, este país llegó a ser por
territorio dominado, el tercer imperio más extenso de todos los tiempos,
solo superado por el imperio Mongol erigido por Gengis Kan y el Británico
de entre los siglos XVI y XX. Fue también después de la etapa de la
Revolución Rusa o de Octubre que sobre las ruinas del Imperio Ruso y la
caída del Zar Nicolás II, Vladimir Illich Ulianov “Lenin” construye el primer
estado socialista del mundo, denominado Unión de Repúblicas Soviéticas
Socialistas (URSS). La tierra donde nacieron Lenin, Stalin, Mijaíl
Gorbachov, Fiódor Dostoyevski, León Tolstói, Antón Chéjov y Yuri Gagarin
entre otros notables científicos, escritores, políticos y pensadores fue en su
época socialista, protagonista principal de algunos de los hitos científicos y
tecnológicos más importantes del mundo; sus técnicos y científicos
pusieron el primer satélite artificial en órbita, al primer ser vivo en el
espacio, al primer ser humano orbitando sobre la tierra y fue el primer país
sobre la tierra en erradicar la viruela.
En contraste, algunos de los hechos más trágicos de la humanidad también
se vivieron o tuvieron como protagonista a la antigua URSS, por ejemplo el
Holodomor o hambruna ucraniana que provocó la muerte de entre 3 y 10
millones de personas y la consecuente diáspora ucraniana; la tal vez
batalla más sangrienta en la historia humana se libra en Stalingrado con un
saldo de dos millones de víctimas y el consecuente inicio de la total derrota
nazi en el frente europeo de la II Guerra Mundial o Gran Guerra Patria
como se conoce al conflicto mundial en Rusia. También en ese conflicto se
contabilizan a 27 millones de víctimas mortales y en materia
medioambiental el “accidente de Chernóbil” es el mayor accidente del
mundo en su tipo ya que más de 115 mil personas fueron evacuadas y la
radioactividad se extendió a trece países vecinos.
Pero tal vez lo más traumático para la generación actual de rusos que
nacieron en un país clasificado como potencia mundial en un mundo
bipolar, sea el haber sido testigos del derrumbe de la URSS ocurrido en
solamente dos años, desde noviembre del 89 con la caída del Muro de
Berlín a diciembre del 91 con el golpe de estado al Gobierno de Gorbachov
que fue la desintegración total. Finalmente el 25 de diciembre de 1991, la
Unión Soviética se disolvió en 15 nuevos estados. Con Boris Yeltsin al
frente de Rusia, luego del fracaso de Gorbachov y sus políticas de
Perestroika (reestructuración del sistema económico socialista) y Glásnost
(apertura, transparencia y libertad en lo político), el nuevo país que emerge
de las ruinas de la antigua URSS restaura el capitalismo pero en esta
transición lo que más caracteriza al país es la escasez de productos en los
supermercados, los enormes déficit presupuestarios y el crecimiento
excesivo de la inflación. Estos efectos económicos y sociales fueron
resultado del proceso de privatización de las empresas públicas, la
liberación del comercio y de las finanzas. El saldo fue que en solo cinco
años (1990 a 1995) el Producto Interno ruso disminuyó un 50 por ciento.
Pero además los saldos de la transición hacia el capitalismo también se
sintieron en los niveles de pobreza, ya que si esta llegó a afectar al 1.5 por
ciento de la población en la época socialista, en 1993 se disparó hasta el
49 por ciento y bajo la presidencia de Yeltsin la anarquía y los enormes
casos de corrupción de la clase política y el naciente sector empresarial
fueron documentados. Eso sin contar los conflictos armados de la década
de los 90´s sobre todo con separatistas islámicos de la región del Cáucaso
del Norte, el problema más agudo lo representaron los separatistas de
Chechenia. La corrupción, la violencia social y las insurrecciones armadas
hicieron imposible sostener el régimen del presidente Yeltsin quien dimite y
entrega el poder en el año 2000 a Vladimir Putin que en ese momento era
el primer ministro. Con Putin ha regresado el orden, la estabilidad y el
progreso lo que le ha granjeado gran popularidad en Rusia pero a un costo
elevado para muchos expertos, puesto que la mano del régimen de Putin
no solo ha sido firme, en muchos casos se ha pasado de dura según
muchas organizaciones internacionales de derechos humanos las cuales lo
acusan de ser un presidente antidemocrático.
Vladimir Putin, abogado de profesión, pero antiguo agente por 16 años de
la para ese entonces desaparecida KGB donde alcanza el grado de
teniente coronel, nace en Leningrado en 1952 siendo hijo de una obrera y
un marino; inicia su carrera política en 1990 en su ciudad natal como
asesor del entonces primer alcalde elegido democráticamente Anatoly
Sobchak que es considerado el autor de la Constitución Política de la
Federación Rusa y padrino político de Putin y de Dimitri Medvedev, actual
primer ministro y ex presidente de Rusia. En este sentido, el 2 de marzo de
2008, Dimitri Medvedev fue elegido presidente de Rusia, mientras que
Putin se convirtió en primer ministro. Putin regresó a la presidencia
después de las elecciones presidenciales de 2012, y Medvedev fue
nombrado primer ministro.
Putin pasa seis años bajo la sombra de su protector Anatoly Sobchak hasta
que es llamado por el Presidente Yeltsin a la sub jefatura del Estado Mayor
Presidencial y entonces su carrera política se vuelve meteórica, ya que
después se convierte en el “primer jefe adjunto” de ese organismo, donde
salta al frente del Servicio de Seguridad Federal de la Federación de Rusia
(FSB) la sucesora de la KGB. Hasta que en agosto de 1999 es nombrado
primer ministro por Yeltsin quien desliza por primera vez que le gustaría ver
a Putin como su sucesor. El 31 de diciembre de ese año, Yeltsin renuncia
pero le hereda a un Putin elegido presidente interino y todavía desconocido
por las mayorías y por el gabinete. Ya en el cargo, Putin desestima todas
las acusaciones de corrupción contra un Yeltsin enfermo y comienza una
era Rusa de mano dura, de restablecimiento del orden y de orgullo patrio
controlando la insurgencia chechena. A Putin estos eventos hicieron que
pasara de ser un desconocido a ser el político más popular de Rusia;
aprovechando esa inercia, adelanta las elecciones generales programadas
en junio del 2000 a marzo del mismo año y con ello sorprende a la
oposición y se proclama presidente electo por primera vez. Pero a los
éxitos de seguridad nacional y de orden público se le sumaron diez años
consecutivos de crecimiento económico de la mano del aumento en los
precios internacionales del petróleo y a que de manera informal, pero
evidente, estructuró a su alrededor cuatro grupos políticos que lo
reconocen como su líder y que comparten con Putin el poder en Rusia. El
primer grupo es de expertos economistas que como el, fueron cobijados en
la alcaldía de Leningrado o San Petersburgo (como se conoce ahora) por
Anatoly Sobchak. De hecho el grupo recibe el nombre de “Economistas de
San Petersburgo” pero más formalmente se hacen llamar “reformistas
liberales, German Gref, ex ministro de comercio y actual presidente de
Sberbank, el banco ruso más grande y tercero de Europa es el líder del
grupo junto con Alexander Kudrin ex ministro de finanzas.
El siguiente grupo también emana de los inicios de Putín, son los
“abogados de San Petersburgo”, liderados por Dimitri Medvedev el actual
primer ministro y Dimitri Kozak, actual viceministro y probablemente el
sucesor de Putin según los expertos. El tercer grupo lo conforman los
“Silovik” que son políticos que emanan de las fuerzas armadas y de los
órganos de seguridad y que tienen gran influencia sobre las decisiones de
Putin. El cuarto grupo es formado por políticos formados en la era Yeltsin o
por familiares del ex presidente, pero paulatinamente han ido siendo
sustituidos de las estructuras gubernamentales; aunque estrictamente
muchos de los poderosos empresarios rusos pertenecen a este grupo.
Ahora bien, hasta el momento ¿cuál es el balance de la administración de
Vladimir Putin y los grupos de poder que lo acompañan? Casi desde el
momento de la desaparición de la URSS, Rusia perdió la mitad del PIB,
perdió también su capacidad industrial. Además de la soberanía alimentaria
(la producción de carnes y lácteos se redujo 73 por ciento), los indicadores
de calidad de vida cayeron dramáticamente y la deuda pública rondaba el
50 por ciento del PIB. Prácticamente una catástrofe económica para una
nación que había sido potencia mundial.
Pero para el 2002 ya con Putin en el poder, Rusia recupera el equilibrio
económico de la mano de las reformas estructurales diseñadas por los
economistas y abogados de San Petersburgo, con el control social y el
orden (con el apoyo de la elite militar y la seguridad rusa) y los remanentes
de la oligarquía de Yeltsin en las actividades económicas. Ayudados
también claro está por las inmensas reservas naturales sobre todo de
petróleo que comienza a experimentar un alza en los precios
internacionales. De esta manera el petróleo y el gas natural representan la
mitad de los ingresos del presupuesto federal, el 55% de las exportaciones
del país y es el principal generador de divisas. Rusia es el mayor productor
de petróleo del mundo, el segundo exportador mundial de petróleo y el
primero de gas natural. Desde el 2002 y hasta el año pasado crecía un
promedio de siete por ciento anual, pero las previsiones para el 2014 y el
2015 son de entre 1.5 y tres por ciento. En ese sentido, muchas de sus
relaciones comerciales internacionales dependen del petróleo y de la
estabilidad de sus precios. Los analistas rusos creen que para evitar esa
dependencia el país debe avanzar en cuatro aspectos fundamentales;
mantener el rumbo del modelo socioeconomico, invertir en infraestructura,
apostar por las inversiones tecnológicas y profundizar las reformas
liberales.
Hoy Rusia es la onceaba potencia mundial, pero un país que tiene grandes
retos no solo en los aspectos económicos, también en los sociales puesto
que cuenta con 39 millones de pensionados y 18 millones de veteranos de
las guerras de Afganistán y Chechenia, por lo que la demanda de servicios
públicos de calidad es alta y el desarrollo regional es desequilibrado. El
país está dividido en 83 regiones y solo nueve aportan la mitad del PIB, el
resto vive de transferencias y subsidios lo que provoca grandes
desigualdades sociales, de hecho el 35 % de la riqueza rusa está en
manos de solamente 110 personas. En lo social su población harta de la
falta de libertad individual con el comunismo abrazó pese a las
adversidades el sueño de la democracia. La dura realidad económica hace
añorar en algunos sectores el liderazgo mundial, el centralismo y el control
del estado que se sentía en la antigua URSS. Sin llegar a esos extremos
Putin lo sabe y por ello ejerce con fuerza y mano dura su presidencia.
Quienes lo conocen de manera personal dicen que es un político
nacionalista que lo que le interesa es rescatar el orgullo nacional y el
liderazgo mundial ruso de otros tiempos. Con su intervención en el conflicto
de Siria, mostrando carácter, fuerza e independencia, para evitar la
invasión americana se anotó una gran victoria diplomática, lo que le valió
ser nombrado el hombre más poderoso del mundo por la revista Forbes,
aun por encima de Obama. En sentido el éxito o fracaso de su accionar
diplomático equilibrará los poderes en una zona del mundo convulsa, pero
rica en recursos naturales.
Hoy Putin es el hombre más fuerte de un país con una historia trágica que
se caracterizó por ser cuna de conquistadores que expandieron el país y
que se ha reinventado muchas veces con violencia, pero que con la caída
de la URSS y el comunismo canceló ese signo trágico, por una caótica
transición hacia el capitalismo pero que no implicó convertir a Rusia en un
polvorín sin fin, falta que se consolide la apertura y la democracia efectiva
si quiere que su país sea protagonista mundial en todos los sentidos. Rusia
ha resurgido de las cenizas y ha recobrado el poder que el oso soviético
llego a representar en la política internacional.
* Profesor investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas.