Radio atas semua pesawat (3)

Andrea X. Holgado

Apuntes de comunicación

Colección Apuntes de comunicación

La colección tiene la aspiración de potenciar la producción propia de los docentes del Centro de Comunicación La Crujía para contar con libros que expliquen las nuevas perspectivas.

Decimos Apuntes de comunicación, en tanto pretendemos recobrar esa primera vocación y brindar a las personas que se acercan a la comunicación algunos debates que se dan en las aulas de formación y en las experiencias de trabajo concre- tas. Para recuperar también esa idea de Apuntes que puedan dar cuenta de un recorrido, de un cierto saber compartido que hoy se da a conocer a otros y otras para seguir constru- yéndose.

Por eso, la apuesta es a la pluralidad pero no al rejunte. El es- pacio busca la sintonía y el debate de comunicadores y comu- nicadoras, algunos con cierto renombre y otros colegas que, al igual que aquellos pioneros entonces, aún no tienen un reco- nocimiento a su tarea pero tienen mucho que aportar.

Los Apuntes invitan a la apropiación: a resaltar, a acotar en los márgenes, a debatir con los textos y los conceptos, a tra- bajar desde y sobre ellos, a producir, a generar acción política.

Invitamos al lector/a de estos Apuntes de comunicación a transitar este camino de apropiación y compartir los inter- cambios.

Desde lo personal, quiero agradecer a la Directora editorial, Silvia Quel, por la posibilidad de este espacio y por el camino que estamos construyendo juntas.

Dra. Gabriela Cicalese Centro de Comunicación La Crujía

AGRADECIMIENTOS

A la facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.

A todos aquellos que mantiene y acompañan los sueños de cambio.

A los trabajadores de la comunicación que apuestan a la redis- tribución de la palabra.

A mis compañeras del Centro de Atención Casa del Abrazo: Mariana Leiva y LeticiaGezzi.

A Claudio Vivori por acompañar aún cuando las cosas no salen y a todos aquellos que conocí en las prácticas sociales y que me enseñaron de la vida lo que no se aprende en ningún libro.

ÍNDICE

11 Prólogo

17 Introducción

19 Capítulo 1 RADIO ITINERANTE. Construyendo Nuestra

Propia Voz. La radio como mediación social y pedagógica

29 Capítulo 2 La magia de la comunicación. Lenguaje Sonoro

47 Capítulo 3 Vení que te cuento, géneros y formatos

77 Capítulo 4 El preguntón. ¿Qué ves cuando me ves?

95 Capítulo 5 Estamos en el aire... ¿con los pies en la tierra?

113 Capítulo 6

Oídos sin parpados

131 Capítulo 7

Por ese palpitar

147 Capítulo 8

Radioencuentros. La radio escolar/educativa

189 Anexo

Modelos de proyectos de la radio como mediación

211 Bibliografía

Quiero lo que es mío x

PRÓLOGO 1

“No quiero de más,

Al mazo trampeaó Quiero torcerle un destino…”

Un sábado cualquiera, 11.30 hs., barrio El Cementerio: —¿Hay radio hoy?

—¿Puedo ir? —¿Puede venir mi hermano? —¿A qué hora viene el micro? —Ya les dije que salimos a las dos de la tarde.

El micro nos pasa a buscar a las dos. Todos los que es- tén acá vamos a ir. Estas preguntas se repetían todos los sábados, y cada vez más temprano. Todos sabían que el micro salía a las dos, pero nadie quería quedar afuera. Y estas otras frases se repetían sábado a sábado:

—No hagan lío! No corran! No griten! —¿Puedo ayudar a hacer el cocido? entrando a los

gritos en el edificio, las escondidas en la escalera, la pava gigante puesta al fuego para el cocido se repetían como un festejo permanente de pertenencia a ese espacio.

Desde el principio quisimos saber qué cosas tenían los chicos para contarnos. El desafío era que pudieran utilizar una nueva herramienta y con ella decirnos quié- nes eran, qué querían, qué cosas no les gustaban. Algu- nos eligieron no hablar, casi nunca. Eligieron imitar al negro Lema y desde su lugar o a upa de él manejar las voces de los que se animaban. Otros simplemente com- partían detrás del cristal, pícaros, la experiencia. Pero eso no impedía disfrutar.

Y por supuesto, algunos eligieron protagonizar, ser la voz de sus compañeros, conducir los relatos de quienes se animaran, inventarse un público oyente al que le conta- ban su mundo. Y no fueron pocos. Nos sorprendimos con cuentos de terror, relatos de partidos de fútbol, pronósti- cos del clima y hasta un relato de la siesta chaqueña entre Billy y Nahuel que quedará en la memoria de todos. A ve- ces era difícil para los chicos contar en casa cómo era “la ra- dio”, qué hacían, quién los escuchaba, hasta que llegó el momento de mostrar lo que habían aprendido. Y enton- ces, “los chicos Crecen” salió al aire, las mamás lo escucha- ron, se emocionaron, se divirtieron. No todos estaban seguros, desde el principio que la experiencia sirviera para algo o major dicho entender cuál era su sentido.

No tengo dudas acerca de que todo lo compartido nos hace crecer. Pero la sensación de haber despertado en uno, alguno o varios de los chicos la inquietud de contar quién es, de dónde viene, qué quiere para su futuro, qué cosas lo lastiman, qué cosas lo hacen crecer, le da a esta experien- cia un valor increíble. Todos formamos parte de una socie- dad, de la misma sociedad. No todos podemos acceder a las mismas cosas. Es sumamente enriquecedor abrir puer- tas que normalmente están cerradas. Radio Itinerante abrió mil puertas. Nosotros entramos a la aventura de contarnos, y en ese juego, todos crecimos.

Hebe Grvin, Centro Cultural y Recreativo CRECEN, Noviembre de 2008, La Plata, Argentina

PRÓLOGO 2

Cuando Andrea me pidió estas líneas (con el poco tiem- po que nos damos) se hace presente la pregunta de siempre: ¿por dónde empezar?...

A ver… si, claro…. Me mando con una buena cita y a partir de ahí voy construyendo el discurso… O no…. Mejor cuento una anécdota llena de “sentido” que me encami- ne hacia donde quiero llegar –claro, primero tendría que tener bien claro adónde quiero llegar– (uy! Que redun- dante me puse).

Se trata de la Radio. Y de la Radio como mediación so- cial, pero también se trata del libro de una amiga muy querida. ¿Puedo separar todo esto? No. Por más que lo intente, se que será imposible. Es imposible. Y estas pala- bras van a correr en este sentido, porque no puedo sepa- rar a la radio de los afectos.

La Radio, palabras, música, sonidos… los maravillosos silencios. Todo a partir de estos simples elementos. La vida. Bueno, empecemos.

Antes me hago unos mates… Y si, vamos a poner mú- sica… Ligia Piro viene bien. A estas palabras entonces se suma el sabor amarguito del mate, la voz de Ligia can- tando años dorados, el golpeteo en el teclado… se fue creando el clima para comunicarme con la cabeza y con el corazón… Ya hasta parece que estoy armando un pro- grama de radio. Ya estoy más cómodo.

—¿Cómo? ¡Ah si! la cita:

“...Aunque el conocimiento vivo se produce en el proce- so educativo y organizativo, ese conocimiento sería in- completo si no es enriquecido por el producto de otros procesos de conocimiento. El libro, la investigación, la teoría elaborada son herra- mientas muy importantes...” “...También debe captarse que las ideas buenas no caen del cielo, sino que son pro- ducto de la práctica social...”

de “El arco y la Flecha” de Raúl Leis, Ed. Humanitas. Bs.As., 1990

Apresuradamente podríamos concluir en imaginar al docente como el arco, y la flecha es el que “recibe” el cono- cimiento y vuela lejos, abarcando otros territorios posi- bles. Pero estaríamos ignorando la base y la justificación misma del proceso de taller, este aprender-haciendo im- plica la construcción del discurso entre TODOS los partici- pantes. Me consta que cada línea de este libro surgió a partir de esta concepción, que va mucho más allá de una idea de la educación, sino de una forma de entender la vida, una forma de mirar la realidad. Y esto lo hace doble- mente valioso, no se trata de un “manual de instruccio- nes” para hacer radio, sino de una guía (muy completa sin duda) para que los que emprendan esta tarea con- fronten SU PROPIA experiencia con las aquí volcadas. Es- cribe Andrea

“…Cada lugar, cada cultura, tiene un lenguaje que se modifica con el uso y con el tiempo. Pero también hay distintos lenguajes: el escrito, el corporal, el de los ges- tos, el de la imagen y el del sonido. Cada uno tiene diferentes modos de construir y expre- sar los mensajes, es decir sus recursos expresivos…”.

El identificar, mejorar, potenciar estos recursos es ta-

14 rea de cada uno. Y luego afirma que

“…compartimos un idioma, un lenguaje, pero es el uso que hacemos del mismo, lo que nos identifica y lo que construye la comunicación…”.

Un fenómeno que crea lo colectivo y lo transforma en herramienta de cambio.

Les comento (ya que estamos en confianza), sobre la mesa de la computadora en que escribo hay un bichito. Es una especie de cascarudo muy pequeño. Trato de ver- lo mejor. Me acerco (quiero decir que acerco la cabeza, claro) Primero, lo confieso, lo perseguí con la brasa del ci- garrillo. Él, mostrando habilidad, lo esquiva, corre... pero jugando con el peligro no se aleja mucho... siempre ron-

da mi mano y el cigarrillo criminal. Aparto el pucho y lo trato de tocar con una lapicera. Vuela (descubro que no es sólo caminador). Vuela y se posa, desafiante, en el pa- quete de cigarrillos. A esta altura de los acontecimientos el mínimo intruso cuenta con todo mi respeto. Acerco nuevamente la cara –¿dije que la había apartado?– y lo miro bien. El, agrandado, se deja mirar por un buen rato. Es lindo el guacho. Negro azabache... lustrosa caparazón por donde asoman apenas unas alitas transparentes. Se aburre y vuela a la mesa. Camina en círculos disparata- dos. Se para. Vuela hasta el otro extremo de la mesa y acelera recto, en diagonal, hasta detenerse bruscamente en el centro de la escena. Quiero decir, de la mesa. Me mira de frente (quiero creerlo) y vuela otra vez. Se va por la ventana. En la soberbia de su modestia, me deja solo. Aplaudiendo.

Si, todo puede ser un hermoso, único, inigualable es- pectáculo. Desde dónde miramos, por qué miramos y fi- nalmente, cómo incidimos en la función es tarea de cada uno.

Pero estaba con el prólogo… ¿qué me falta? Una bue- na anécdota. No. Esa la contarán ustedes desde su expe- riencia única e irrepetible.

Un deseo final, que las palabras (completadas por la música, sonidos y silencios que educan y aprenden –las suyas–) dibujen en el aire los sueños y esperanzas

de los más.

Carlos Berenze Facultad de Periodismo y Comunicación Social UNLP

INTRODUCCIÓN

Este trabajo de enseñanza y capacitación en radio para escuelas y organizaciones de la comunidad tiene una larga historia. Allá por el año 2002 junto a otros comu- nicadores y alumnos de comunicación social de la UNLP iniciamos un proyecto que surgió de la inquietud y la necesidad de aportar nuestro granito de arena a los procesos sociales y educativos de nuestro país. Como trabajadores de la Comunicación y el Periodismo, en- tendiendo a la información como un bien social, nos planteamos acompañar y articular el proceso de cons- trucción de la Comunicación en la comunidad.

Elegimos la comunicación por ser nuestro ámbito de trabajo y por estar convencidos que desde la comunica- ción Social y en particular desde la comunicación radio- fónica podíamos construir nuevas formas de circulación

de la palabra. Veíamos que paradójicamente las tecnolo- gías en comunicación se modificaban aceleradamente, se perfeccionaban pero cada vez dialogábamos menos, cada vez nos comunicábamos menos. Y partimos de la certeza que cuando no media la palabra, cuando se ins- tala el silencio, es el desencuentro y la violencia los que ocupan ese vacío. Lo veíamos entre los jóvenes, en las es- cuelas, en los barrios. Y creíamos, primero como una in- tuición y luego como una certeza que la comunicación

Los años pasaron y todas esas experiencias fueron decantando en ideas de trabajo, proyectos que se diver- sificaron y la necesidad de compartir las conclusiones y las herramientas que logramos producir. Expandiendo este nuevo conocimiento producto de la conjunción de distintos saberes, prácticas y experiencias: los barriales, los que circulan en las escuelas, en la universidad, en las organizaciones comunitarias, sociales y religiosas. En de- finitiva todo ese entramado que constituye el cotidiano

de una sociedad.

Este trabajo es entonces resultante de perspectivas pedagógicas, sociales y culturales y sus prácticas en dis- tintos proyectos sociales, educativos y culturales que se han llevado adelante. Compartirlo es un modo de ofrecer alternativas posibles a realidades diversas pero partien- do de la misma voluntad: generar nuevas formas de vin- cularidad desde la comunicación.

CAPÍTULO 1

Radio itinerante: construyendo nuestra propia voz. La radio como mediación social y pedagógica

“…y la historia de la alegría no será privativa sino de toda la pendencia de la tierra” Francisco “Paco” Urondo

Construir procesos de diálogo ¿Medios de comunicación o tecnología para el consumo?

A partir de 1960 la UNESCO se transformó en el centro

de los debates y propuestas en torno al orden informati- vo mundial. En tanto organismo de la ONU, su participa- ción puso la cuestión de la comunicación en la escena internacional, o de alguna manera le dio visibilidad a los reclamos de los países periféricos, anclados en la denun- cia sobre la brecha que iba creciendo y que los separaba

de los países centrales.

La primera reunión sobre política de comunicación que involucraba a Latinoamérica se desarrollo en 1976 en San José de Costa Rica, donde se firmó una declara- ción conjunta.

Los debates desataron una fuerte polémica en el seno

de la UNESCO, a partir de las quejas de los países centrales, fundamentalmente EE.UU. y Gran Bretaña, que veían con recelo algunas declaraciones avalando los derechos de los pueblos del entonces llamado 3er Mundo.

Hacia 1978 el Director General de la UNESCO Ama- dou-Mahtar M’Baw, encarga a una comisión de especia- listas la elaboración de un documento que planteara los problemas de las comunicaciones en el mundo. Toman- do el nombre del presidente de la comisión, nace el infor- me Mc Bride, presentado en 1980 en Belgrado, desatando la ira de varios países centrales encabezados por EE. UU. y Gran Bretaña.

Un solo Mundo Voces Múltiples, es el nombre con que se publicó el informe Mc Bride, que denunciaba la brecha entre los países centrales y los del tercer mundo en materia de comunicación, además de la necesidad de democratizar el acceso a la información y el derecho a la comunicación. Años vista nos encontramos con muchos mundos y una sola vos.

Mucho se habla en los últimos años de la centralidad

de los medios, y es común escuchar decir desde el senti- do común, “si no estás en los medios no existís”. ¿qué sig- nifica la centralidad de los medios? Significa que han ido ocupando nuevos lugares en la escena social y cum- pliendo roles antes reservados a otros actores sociales. Las modificaciones en los procesos de participación, la perdida del espacio público y la redefinición del rol del Estado durante la década del 90, dejaron el terreno libre

a las grandes corporaciones de las comunicaciones, a partir de las cuales, los medios de comunicación, en tan- to constructores y ordenadores de la realidad y la coti- dianidad, devienen en legitimadores de hechos, ideas y valores. “Si lo dijo la tele, es verdad”.

La reacción primaria de quienes intentan evitar ser

20 engranajes de una lógica que no controlan es pensar en 20 engranajes de una lógica que no controlan es pensar en

A nuestro entender, no podemos escindir comunica- ción alternativa de cambio social, siguiendo a Simpson Grinberg “para ser verdaderamente alternativo, no bas- ta con que un medio este al margen de las redes de dis- tribución de la gran prensa, sino que debe ostentar una diferencia cualitativa respecto de ella; en tal sentido lo alternativo se opone a lo meramente complementario o marginal, pues implica, aunque en medida variable, un cuestionamiento del statu quo (…) ¿en que contextos surge un medio alternativo? Surge de la misma praxis social, cuando se hace necesario para producir mensa- jes que encarnen concepciones diferentes u opuestas a las que difunden los medios dominantes. Aparece en- tonces como parte de una actividad que lo trasciende, vinculado siempre al propósito de modificar en algún sentido la realidad”.

Entonces ¿construimos audiencias críticas o recep- tores? ¿Formamos comunicadores críticos o engranajes

de sistemas de comunicación? ¿Capacitamos producto- res anclados en la cotidianidad política y social o repro- ductores de cables?

Un diario barrial, una emisora de baja potencia, una radio escolar pueden reproducir lógicas comunicaciona- les del mercado sin no hay una clara definición sobre que es lo que se está buscando o que incidencia se quie- re tener.

Lo alternativo debe generar cambio, debe ser una forma de operar sobre determinadas realidades inacep- tables, La comunicación alternativa solo puede desarro- llarse dentro de un proyecto de transformación global

de la sociedad adoptando una multiplicidad de formas

de acuerdo, por un lado al momento histórico en el que tienen lugar, y por otro a la creatividad de sus protago- nistas.

Seguramente este modo de entender la comunica- ción abre nuevos horizontes estéticos y discursivos. Tal vez sean fundantes de nuevas maneras de entender la cultura popular y sobre todo de respeto a los modos

de producción y a los gustos culturales y estéticas di- versas.

Ese mágico mundo sonoro

En Argentina como en toda Latinoamérica, la radio llega a zonas inimaginadas de nuestros territorios. Para quienes habitan esas regiones, además de acompañar, la radio cumple una clara función social. En muchos casos, es el único espacio de comunicación con el que se cuen- ta, tornándose tan vital como los caminos o los ferroca- rriles. No hace falta tener muchos años aunque si haber recorrido el interior de nuestros países para reconocer- nos en esos mensajes de sus oyentes: Juan Painefil avisa

a su familia de Clemente Onelli que el bebé nació bien. La madre y la niña se encuentran en buen estado”. “Saúl Gómez avisa a su esposa que llega en el tren del jueves”. “La administración portuaria comunica a los estibadores que deben presentarse el martes a las 6 AM con su libre- ta sanitaria y documentos”... y la lista podría seguir, sem- brada de cotidianidad.

La radio, ese mundo sonoro que nos acompaña des-

de muy chicos, en la ciudad, en el campo, en el barrio, en el auto, en el campamento, en la playa, en el monte, en el trabajo, en… en todas partes. La radio no tiene fron- teras.

Quien no tiene una anécdota. Las tardes de invierno tomando mate. A la madrugada cuando estás solo y los fantasmas te rodean, mientras tratas de estudiar, en el taller, cuando limpias la casa, en el colectivo mientras vas

22 a trabajar, escuchando el partido.

La radio sigue el pulso de cada época, por ejemplo ahora cuando alguien está lejos de su país la puede es- cuchar por Internet y así mitigar la nostalgia.

Pero más allá de los cambios tecnológicos, la radio si- gue siendo un espacio de encuentro: acerca, invita al deba- te y la participación, trae solución a algunos problemas domésticos, comunica comunidades y familias, acompaña.

La radio construye pertenencia, a una comunidad, a un barrio, a un país. La radio construye encuentro. La ra- dio nos comunica y construye puentes solidarios. La radio recupera la palabra para hacerla colectiva, porque todos tenemos algo que decir, porque todos tenemos derecho

a hacernos oír.

La comunicación como instancia articuladora en la comunidad

Si bien la explotación de la radiofonía en América La- tina está casi totalmente controlada por el sector priva- do, hacia los años 70 nace un nuevo tipo de emisora. Fundamentalmente impulsadas por la Iglesia Católica, su propósito fundamental era el de alfabetizar a la co- munidad. El modelo fue Radio Sutatenza creada en 1947 en Colombia para alfabetizar a los campesinos. Hacia 1978, las radioemisoras educativas se nuclearán en ALER (Asociación Latinoamérica de Educación Radiofónica). En Bolivia surgen las llamadas radios mineras, que fue- ron una herramienta al servicio de las luchas reivindica- tivas de los mineros. Hacia los años 60 y 70 surgen las radios alternativas e insurgentes, acompañando las lu- chas sociales.

Con los años de las primeras emisoras educativas, se amplió la perspectiva sobre el rol que podía cumplir la radio. De esta manera se visualizó y se comenzó a ver en la radio una herramienta de práctica social. De esta ma-

Así la radio como instancia de comunicación, encuen- tro y participación se expande más allá de su materiali- dad como soporte comunicacional para transformarse en mediación social, cultural y educativa.

Por esto quienes trabajamos en la comunicación social apuntamos a promover que la comunidad se apropie de las herramientas de la Comunicación para construir otro relato que no es el aparece en los grandes Medios de Co- municación. Que no es acontecimiento, pero si parte de la realidad cotidiana de cada barrio de cada ciudad.

Ejes de la práctica social educativa desde la comunicación:

Comunicación Popular, una mirada sobre la comunicación como un espacio que recupere el rol social de la informa- ción, y a partir de esta perspectiva, facilitar a la comunidad la construcción de su propio relato.

Práctica social educativa, la comunicación, y en particular la práctica radiofónica como instancia elegida, articula como herramienta facilitadora para la intervención de la comuni- dad (en sus distintas formas de organización formal y no formal) en la construcción de su propio espacio de comuni- cación y expresión en torno a las problemáticas que la atra- viesan.

Capacitación como instancia multiplicadora de las expe- riencia, esto es formación de formadores que permita que la comunidad se re apropie de las herramientas de capaci- tación.

¿Por qué la radio?

La radio es mucho más que un hecho tecnológico es ante todo un hecho cultural. Un espacio de interacción entre quienes producen los mensajes articulando con sus audiencias y produciendo nuevos discursos que circulan permanentemente entre audiencias y productores ra- diofónicos. Es decir en una comunidad y un ámbito so- cial determinado.

La radio entonces, se convierte en uno de los espacios claves por el lugar que ocupan en la producción y circula- ción de significados, representaciones y valores es decir en la constitución del imaginario, mediante el cual una

La radio en proyectos sociales o educativa no tiene un fin en sí mismo, sino el de ser facilitadora de los pro- cesos comunicacionales en el corazón de la sociedad. Esto es en su comunidad y sus formas de participación y organización. El objetivo es brindar herramientas para la toma de la palabra

La experiencia de trabajo radial implica generar un es- pacio comunicacional de encuentro. Entendiéndolo como una instancia de intercambio de las distintas necesida- des de la comunidad o de la escuela en una comunidad educativa. Esto implica generar espacios de participa- ción en torno a dos tipos de problemáticas y necesida- des: las detectadas y las que puedan aparecer a partir de los encuentros y la comunicación. Por esto cumple una doble función: por un lado reforzar las instancias de par- ticipación existentes. Y por otra generar y multiplicar nuevas instancias de participación.

Respecto a las nuevas formas de participación, per- mite a partir de la detección de problemáticas puntua- les, construir formas y espacios de gestión para encontrar salidas conjuntas.

En el plano de las instituciones educativas

Los cambios tecnológicos producidos en las últimas décadas impactaron no solo en los modos de producción sino también en las maneras de relacionarnos. Las nue- vas tecnologías comunicacionales generaron una dinámi-

ca dentro de la sociedad que ha modificado las formas

de participación, de encuentro y de aprendizaje. En este marco los niños y los jóvenes son quienes más

rápidamente se han adaptado en unos casos, y se han for-

26 mado, en otros por las lógicas de la comunicación mediá- 26 mado, en otros por las lógicas de la comunicación mediá-

La radio como mediación pedagógica actúa como agente de retención escolar. La posibilidad de construc- ción de espacios comunicacionales posibilita:

Mejoramiento del rendimiento y retención de los jóvenes en el sistema educativo y en particular en el establecimien- to educativo

Elevación de la autoestima y la valoración de sí mismos como paso a la recomposición de horizontes de expectati- vas de desarrollo individual y colectivo.

Superación de la brecha generacional y el aislamiento a partir de la construcción de canales de comunicación e in- tercambio transversales cultural y socialmente.

Modificación del prejuicio social que asocia a los jóvenes en riesgo social con valores negativos

En los procesos educativos y de formación, la radio puede tener múltiples funciones: desde despertar la ima- ginación, ampliar el vocabulario, hasta convertirse en un formidable espacio para mejorar la expresión oral. Ade- más la escritura radiofónica nos obliga a desarrolla más aún la lecto-escritura. Por otra parte la necesidad de in- formarse y leer para realizar entrevistas o informes nos

Por eso, te invitamos a recorrer este mundo sonoro, abrir los micrófonos, tomar la palabra y entre todos cons- truir el relato colectivo, de tu escuela, de tu barrio, de tu comunidad. Que de cuenta de tus necesidades, anhelos y alegrías.

Porque entendemos a la comunicación como un de- recho y a la información como un bien social, queremos acompañarte en el proceso de construcción de la comu- nicación.

La comunicación es un espacio de encuentro, una mi- rada posible desde la cual abordar nuestras prácticas para problematizarlas y construir nuevas alternativas.

Nuestra propia voz… en los barrios, en las escuelas, en las plazas, en las organizaciones. Construyendo desde el consenso, involucrándonos. La comunicación que construye otro relato de nuestras vi- das, que nos invita al cambio, a nombrar las cosas desde nuestra realidad.

CAPÍTULO 2

La magia

de la comunicación

<< Lenguaje sonoro

Cuando nos comunicamos lo hacemos a través de un lenguaje. Pero no todos usamos del mismo modo el len- guaje. Si escuchamos hablar a un joven de una ciudad como Bs. As. vemos que usa las palabras, el ritmo, el tono

de un modo. Pasemos ahora a un joven del noroeste o de Córdoba, o de la Patagonia. Y las diferencias son aún ma- yores si pensamos en jóvenes de Bolivia, Centroamérica o cualquier país de habla hispana como en Argentina. También hay que tener en cuenta la edad. Los modos de hablar de un joven no son los mismos que los de un adul- to. También incide la condición socioeconómica, el acce- so a la educación formal y los bienes culturales…

Entonces, si bien somos parte de una misma cultura y habitamos el mismo país, el modo en que nos expresa- mos y el tipo de gustos, estética y valores que tenemos, puede variar dentro de una misma sociedad por distin- tos factores. En el escenario cada uno ocupa un lugar

Vemos que cada uno tiene un modo de distinto de expresarse, con un mismo lenguaje e idioma. Es decir, el uso del idioma y del lenguaje, esta marcado por la cultu- ra, el ámbito geográfico, la situación socioeconómica y la temporalidad: el modo de expresión actual no es el mis- mo que hace 10, o 20 o 30 años.

Entonces, compartimos un idioma, un lenguaje, pero es el uso que hacemos del mismo, lo que nos identifica y lo que construye la comunicación.

Cada lugar, cada cultura, tiene un lenguaje que se modifica con el uso y con el tiempo. Pero también hay dis- tintos lenguajes: el escrito, el corporal, el de los gestos, el

de la imagen y el del sonido.

Cada uno tiene diferentes modos de construir y ex- presar los mensajes, es decir sus recursos expresivos.

<< La radio

Los recursos de la radio son los sonoros, es decir todo lo que suena o se vincula con la audición. De esta mane- ra podemos clasificar el lenguaje radiofónico bajo cuatro elementos:

● La voz ● La música ● Los efectos sonoros ● El silencio

La combinación de estos elementos construye el dis- curso de radio , a través del cual se conforma la narración

sonora.

<< La voz

La voz nos distingue, nos identifica. Es la herramienta

a través de la cual emitimos la palabra. El modo en que emitimos la palabra, a su vez, modifica el sentido de lo que queremos comunicar. Una misma oración según el tono que se le de puede significar una cosa u otra. Puede ser un drama, una comedia, un momento de suspenso…

Corte 1

Entonces, además de la voz, tenemos la intención. • La voz es la columna vertebral del sonido radiofó-

nico. • La voz es sonido y sus características son:

Tono: va desde el más agudo al más grave. El tono agudo se lo suele asociar con los niños o con situaciones de humor. El tono grave, por el contrario, se lo asocia a la seriedad, segu- ridad, credibilidad, madurez. Tanto el tono grave como el agudo llevado al extremo se los suele utilizar tanto en humor como en las narraciones in- fantiles. El rol que juega es el de enfatizar una situación.

Intensidad : equivale al volumen, Una voz alta o fuerte su- giere agresividad, fuerza, cólera, ira, pero también alegría y optimismo. Una voz baja connota tristeza, pesimismo, de- bilidad, pero también tranquilidad. La intensidad suela ir asociada al tipo de audiencia. Un pe- riodista pionero en la radiofonía de nuestro país, contó en una entrevista que su modo de hablar con intensidad lo in- corporó cuando comprobaron que la audiencia mayoritaria que lo seguía en las mañanas eran trabajadores de fabricas y talleres donde los ruidos del ambiente eran muy altos.

A su vez, las variaciones en la intensidad nos ayudan a crear climas, por ejemplo si queremos dar la ida que estamos contando un secreto, nos acercamos al micrófono y habla- mos casi susurrando.

Timbre: Por el timbre distinguimos una voz de otra. El tim- bre nos puede llegar a informar de la edad, la altura y la constitución física del hablante.

El oyente construye imágenes sobre la articulación de estas características del sonido de la voz. De todas mane- ras, la voz siempre está en una situación determinada y en un texto determinado. Es decir que no necesariamen- te se condiga con la realidad, sobre todo cuando el locutor construye un personaje a través de trabajo con su voz. Esto puede ser tanto en una interpretación de una fic- ción, por ejemplo un cuento, un radioteatro. Pero también

32 puede construir un personaje periodístico a partir de la 32 puede construir un personaje periodístico a partir de la

de ese modo. Pensemos en los locutores de las FM cuan- do anuncian temas musicales, con esas voces tan traba- jadas. Ese estilo es el que el mercado impone, pero nadie en la calle habla con ese tono timbre o intensidad. Es de- cir cada quién debe construir su propia identidad en fun- ción de lo que quiere decir y a quién se quiere dirigir. El tono, la intensidad y el timbre de un locutor de las radios grandes de Buenos Aires tiene una identidad que no tie- ne porque ser la de un barrio, o una provincia donde tienen su tonalidad propia, o en la escuela.

Así vemos que juegan muchos factores: el acento (procedencia del hablante, nivel cultural...), la intencio- nalidad de la emisora, los gustos o valores estéticos que el mercado impone…

Cuando escuchamos la voz de un locutor, todas es- tas características constituyen una unidad de significa- ción, es decir producen un sentido determinado ya que con una combinación distinta o por separado construi- rían otro sentido. Se interrelacionan y provocan senti- mientos y sensaciones en el oyente que se suman a las ideas, sentimientos y sensaciones que pueda suscitar el contenido del mensaje. Y a esto se agrega las vivencias personales y colectivas de cada audiencia, lo cual puede producir distintas sensaciones o resultados en cada oyente o audiencia.

Ver en el CD Corte 2

Cuando escuchamos una emisión de radio percibi- mos un todo sonoro. Es decir, música, ruidos o efectos, la voz del locutor. Solo si escuchamos en detalle pode- mos separar cada elemento. Por eso hablamos de tota- lidad discursiva. En realidad esto no difiere de lo que escuchamos en nuestra vida cotidiana en la calle o en la escuela.

Pensemos el patio de una escuela en el recreo: pasos, corriendo, pasos lentos, risas, palabras, voces de niños y

de maestros, tal vez una música que se filtra y el timbre o la campana. Si estamos en una zona rural podríamos agregar el sonido de los pájaros y hasta de algún perro. Todo esto sonando en simultáneo produce un sentido: el recreo en una escuela. SI yo escucho ese sonido inmedia- tamente se viene a mi cabeza esa imagen.

Ahora, que pasaría si ponemos un micrófono en un lugar determinado de ese patio. Por ejemplo donde dos maestras conversan. Escucharíamos nítidamente el diá- logo y a medida que nos alejamos lo que se escucha es más difuso. Lo mismo sucedería si alguien se acerca a ese lugar o se aleja.

De lo que estamos hablando es de los planos sonoros. Según la cercanía que tengamos con el micrófono

nuestra voz saldrá de manera diferente y dará distintas sensaciones. SI hablo muy cerca doy sensación de intimi- dad. Si estoy muy lejos puedo significar o usarlo para dar la sensación que alguien nos habla desde otra habita- ción. También puedo ir acercándome al micrófono y dar la idea de alguien que esta entrando en una habitación. Esto son recursos expresivos de la voz en el espacio.

Primerísimo plano, Primer plano, segundo plano, ter- cer plano, planos móviles Ver en el CD Corte 3

Ver en el CD Corte 2

Trabajo con planos sonoros

Gráfico según disposición de micrófono en estudio

Micrófono

Primer plano. Retiro a planos secundarios

Segundo plano

Tercer plano

<< La música

Siempre presente pero con distintas funciones, la música construye gran parte de los escenarios sonoros.

Función ordenadora: cuando se la usa para distribuir y di- ferenciar contenidos:

Sintonía: Es la música que identifica a un programa de radio o a una emisora. Se trata de un fragmento musi- cal, de entre 15 y 30 segundos de duración. Se utiliza al comienzo y al final del programa o en los instituciona- les de la radio. Corte 4 Cortina: Se trata de un fragmento de entre 10 y 15 se- gundos que se usa dentro de un programa para distin- tas situaciones o diferenciar contenidos, Puede variar

de un programa a otro o mantenerse. Corte 5 Ráfaga : Fragmento musical de unos 5 segundos que se utiliza para marcar una transición más corta y dinámi-

ca que la Corte 6 Golpe musical : Fragmento muy corto, entre 2 y 3 segun- dos, se utiliza para llamar la atención del oyente en un momento determinado o para separar informaciones ver- bales pertenecientes a una misma voz. En la actualidad se lo ha reemplazado en muchos casos por los efectos sono- ros Corte 7

Función programática: Tiene esta función si la música es el contenido fundamental del programa o de la emisora.

Función Adjetiva : Cuando se hace más eje en la melodía o la música, es decir refuerza un sentido expresado verbalmente.

Función sustantiva: por ejemplo cuando hacemos eje en la letra de una canción que reemplaza un texto verbal para expresar una idea. En lugar de decirlo, ponemos una can- ción cuya letra expresa lo que queremos significar

Si a la palabra emitida le incorporamos la música co- menzamos a construir la totalidad discursiva, esto signifi-

ca que la palabra con la música genera un sentido más complejo. Estamos construyendo además la imagen so- nora. Es decir la posibilidad que el oyente pueda construir una imagen posible de lo que está sucediendo. Pensemos en un cuento de terror: tenemos el texto acompañado con música de suspenso Corte 8

Entonces: La palabra

el cuento de terror La voz

la intención dada La música

creando clima

<< Los efectos sonoros

Son los sonidos naturales o artificiales que sirven para recrear una imagen sonora. Se pueden utilizar como fon- do o como acompañamiento. Por ejemplo: el sonido de una tormenta, el sonido de las olas al romper contra un muelle, pasos en una calle solitaria...

Los efectos sonoros pueden, al igual que la música, tener distintas funciones: Pensemos nuevamente en el relato de terror, agrega- mos ahora el chirriar de una puerta, pasos, truenos y la historia cada vez nos atrapa más. Ya tenemos entonces un escenario sonoro. Podemos “ver” a través de nuestros oídos.

Función descriptiva: el efecto nos puede remitir a un de- terminado ambiente el sonido de una selva, una tormenta

Reemplazar un texto: el sonido de un arma de fuego al fi- nalizar una discusión.

<< El silencio

La narración sonora tiene un cuarto elemento, el si- lencio: las pausas. Crean suspenso, nos preparan para lo que vendrá. .

Se produce en la radio cuando no hay voz, ni música, ni efectos sonoros. Su utilización tiene que ser muy precisa y muy breve (de 3 a 5 segundos) porque puede confundirse con una falla técnica. Con el silencio se puede describir una duda, un alejamiento, un momento de tensión...

También el silencio real, en la radio, se puede repre- sentar con un efecto sonoro. Así, por ejemplo, producir un minuto de silencio, en la radio puede estar construido con un sonido de repique de campanas o con aplausos como se suele hacer en la actualidad cuando se recuerda

a alguien.

Volvamos al relato de terror: Además de la música y los efectos, el narrador contando la historia usa algunos segundos de silencio para prepararnos para un momen- to de climaz en la historia

La palabra

el cuento de terror

La voz

la intención dada

El Silencio

preparando climax

La música

creando clima

Los efectos

reforzando

Ver en el CD Corte 9

Estos cuatro elementos construyen el discurso sonoro,

a través del cual conformamos la narración sonora. . Esto es la totalidad de sentido. Es decir, separados pueden cum- plir otra función o significar otra cosa si se los combina de otro modo. Pero juntos producen un sentido determinado.

Tenemos entonces la imagen acústica que la radio construye a través de los elementos verbales, musicales, sonoros y silencios.

<< La alocución radiofónica

Características de los mensajes radiofónicos.

Fugaces: Los mensajes no permanecen en el tiempo, sino que se pierden una vez que han sido emitidos.

Por esto siempre es mejor que sean claros y directos para que puedan ser comprendidos en la fugacidad de la comunicación radiofónica. En la radio hay que hablar o es- cribir, para después leer lo escrito, pensando en el oído hu- mano.

<< Etapas de comprensión del mensaje

radiofónico

Reconocimiento. Es importante hablar con la mayor claridad posible, pronunciando bien todos los sonidos que conforman el discurso. Usar términos reconocibles cultural y socialmente

Selección. El oyente extrae las ideas que considera más rele- vantes. En esta fase, el oyente tiende a dejar a un lado las ideas que no ha entendido y, también, lo que no considera importan- te. Es esencial reiterar las ideas claves.

Retención. Los discursos radiofónicos son fugaces. Para no obligar al oyente a almacenar demasiados datos es necesario: claridad expositiva, una buena dicción y reiterar las ideas más importantes.

El lenguaje de radio debe buscar apelar a la imagina- ción, la memoria, las emociones, que se enraízan en la historia personal y colectiva a través de las experiencias sociales y culturales. Estimular la capacidad de crear, emo- cionarse y pensar. Pensar a los oyentes como sujetos ac- tivos gestores de los procesos comunicacionales. Y no como receptores pasivos de mensajes.

Los textos sonoros deben ser:

Entendibles La radio no permite como el diario volver a tras la pagina

Claros

Sencillos

para entender un texto o recuperar un dato. Por eso hay una re- gla básica:

Esto significa que en la alocución radiofónica cuando estamos dando una opinión o relatando un hecho cada tanto debemos recordad cual es el tema del que esta- mos hablando. Por ejemplo si estamos entrevistando a alguien recordar con quién estamos, ya que cuando un oyente recorre el dial tal vez se detiene en nuestra emi- sora y para interesarse y lograr que se quede escuchan- do tiene que rápidamente saber quien habla y de que, sino seguirá su recorrido por el dial.

<< Sorpresa y previsibilidad

La radio comunica, vincula, crea puentes, muestra lo diverso. Es parte del cotidiano de mucha gente. Como compañía, como espacio de encuentro debe lograr un equilibrio entre lo previsible y la sorpresa. Lo previsible tie- ne que ver con que el lenguaje debe ser previsible para quien la escucha, en sus modismos, sus tonos.

La sorpresa interpela al oyente, lo saca del adormeci- miento auditivo. Le dice — ¡hey! ¿Estas ahí? De todas maneras el equilibrio es fundamental, ya que el permanente interpelarlo y sorprenderlo puede agobiar y generar cansancio auditivo. Es decir funcionar como ruido.

La sorpresa puede lograrse desde los efectos sonoros, una música. Un texto literario para comenzar una cróni-

ca, la inclusión del género dramático en el género perio- dístico con la dramatización de una situación de la vida cotidiana.

Hay algo a tener en cuenta que es fundamental: NO EXISTEN LAS AUDIENCIA UNIVERSALES . ¿Que significa esto? Que no hay una formula o un modo de comunicarnos. Que este varía según a quien nos dirigimos y que si no lo tenemos claro, el proceso de empatía, es decir de conexión con nuestra audiencia, no se desatará.

<< Las audiencias Hola, ¿hay alguien ahí?

Cuando uno se sienta frente a un micrófono en la radio lo primero que tiene que hacer es un ejercicio de imaginación. ¿Cómo me imagino que son quienes me escuchan? Esto parece muy difícil ya que la variedad pue-

de ser muy grande y difícilmente podamos tener un regis- tro de los miles de oyentes que pude tener un programa

de radio. Por eso es importante pensar y analizar muy bien

de que hablamos cuando decimos oyentes o audiencia de un programa de radio o de una emisora.

La radio, construye su discurso en función de la cotidia- neidad de las audiencias. Lo cotidiano es repetitivo, previ- sible, con momentos de cambios inesperados, pro todo tiene un cauce relativamente estable. Nadie podría vivir en la permanente incertidumbre y la radio acompaña esa certidumbre. Ese discurrir de la vida de las personas que habitan una comunidad determinada. Pero si la radio se li- mitara al discurrir previsible no tendría un factor atractivo que hiciera nuestro cotidiano con matices. Pienso en quién tiene su rutina laboral y la radio acompañándolo trayén- dole otros mundos, otras realidades, poniéndole música a su día, emocionándolo, preocupándolo…

Si pensamos la organización temporal de una radio hay un correlato con la organización diaria de una comu- nidad: Los programas que despiertan a los trabajadores, estudiantes y amas de casa con los títulos informativos sobre como viene la jornada en una ciudad. Pero pense- mos en una zona rural donde quizás la jornada comien- za más temprano, donde la información estará centrada seguramente en el mercado agropecuario, el tiempo, el estado de los caminos. Aquí tenemos una primera apro- ximación a como varían las audiencias.

A partir de la media mañana la radio toma el pulso

de la ciudad en el caso de un medio urbano, al mediodía de la ciudad en el caso de un medio urbano, al mediodía

de la tarde, para retomar el ritmo de la vuelta a la casa de quienes trabajan. Finalmente llega la noche con su ritmo desacelerado y propicio para relajarse o para la escucha más detenida.

Entonces, si bien hay una cotidianidad, no es la mis- ma en una ciudad, o en el centro y sus barrios, que en un pueblo, o una zona rural. Una radio de alcance barrial se- guramente tendrá una programación que se ocupe más

de la cotidianidad del barrio en la que tiene alcance. Esto no significa que pensemos la posibilidad de una audien- cia estática o fija. Las audiencias cambian, como cam- bian las costumbres y algunas valoraciones. Sino la radio no hubiera cambiado ni hubiera cambiado el modo de comunicar. Por eso hay que pensar en un equilibrio entre el espacio al que vamos a llegar con nuestra emisión, sus costumbres y prácticas culturales, pero pensando tam- bién en la idea de cambio, es decir de traer nuevos mo- dos de comunicar, recrear los vínculos a partir de una articulación entre lo previsible y la sorpresa.

<< Algunas pistas

Imaginarnos como es el momento en que sale nues- tro programa de nuestra posible audiencia. Por ejemplo si sa- limos en una emisora barrial a las 9hs. Quién está escuchando la radio a esa hora en el barrio, qué está haciendo.

Si vamos a definir primero a quién queremos llegar, por ejem- plo jóvenes estudiantes, tenemos que pensar en que emisora iría y a que hora. Si vamos a hacer un programa de narración

de cuentos, pensar que tipo de audiencia nos imaginamos y a que hora escucharía una narración

El modo en que nos vamos a dirigir no es el mismo si lo hace- mos en una emisora que se escucha donde los jóvenes en su mayoría no estudian o están desocupados, que si lo hacemos en una emisora del centro de una ciudad. Las problemáticas son diferentes al igual que los intereses.

Los gustos y las estéticas varían también. Desde las radios comerciales de los grandes multimedios se impo- ne un modelo donde se tiende a homogeneizar y armar estereotipos de audiencias por edad o genero. De este modo se imponen contenidos y gustos. Pero esto tiene que ver con el consumo y la imposición de las publicida- des que estimulan la compra de determinadas músicas, ropas o bebidas.

Una emisora o un programa de radio que busque te- ner oyentes activos tratarán de no imponer sino abrir posibilidades para que los oyentes elijan. No venderá contenidos, abrirá el debate.

<< Estimular la participación de los

oyentes

Respetar los mensajes o llamados telefónicos sin censurarlos aún cuando digan algo con lo que no estamos

de acuerdo Estimular el debate No ser imperativos en nuestro discurso, plantear nuestro

punto de vista como uno más.

Cuando nos enfrentamos a un micrófono siem- pre hay que tener presente que como en todo acto comunicativo, no estamos solos y del mismo modo que en una conversación el otro puede disgustarse

e irse y dejarnos solos. La última palabra siempre la tiene el oyente cambiando de dial en su radio.

ACTIVIDADES

1. Tomar textos de revistas y diarios y reescribirlos para ser escuchado en una emisora de radio.

2. Realizar la escucha de distintos programas de ra- dios de emisoras diversas y analizar como se diri- gen a las audiencias

3. Escribir un texto radiofónico y reescribirlo para dis- tinto tipos de audiencias, por ejemplo: jóvenes de barrios periféricos, jóvenes de sectores socioeconó- micos altos, adultos mayores, trabajadores rurales.

CAPÍTULO 3

Vení que te cuento

Géneros y formatos Lalo Mir, radialista argentino, gran explorador de la radio,

dijo una vez que en la radio la cosa es simple, como con la música las notas son siete, lo demás es imaginación y como combino esos elementos.

Si bien en la radio los elementos son cuatro, siempre hay algo nuevo. Por que la imaginación no tiene límites. Muchas veces, la falta de recursos, las limitaciones y la censura suelen ser los mejores estimulantes de lo nuevo. Se puede tener la mejor tecnología, pero si no está la imaginación y la creatividad, de nada sirve.

“el 30 de septiembre de 1991 se dio el golpe de estado contra el presidente haitiano Jean Bertrand Aristide. Ra- dio Enriquillo, emisora dominicana ubicada en la frontera sur, hacía llegar fácilmente su señal hasta Port-au-Prince, la capital de Haití. Ante la terrible situación que se estaba viviendo en el país hermano, la radio, que lleva el nombre

de un cacique rebelde, comenzó a enviar mensajes en creole para alentar la resistencia popular. Cómplice del golpe, el gobierno dominicano prohibió terminantemen- te a Radio Enriquillo cualquier noticia, cualquier aviso leí- do en lengua haitiana.

—¿Y la música? —preguntó con picardía Pedro Ru- quoy, el director de la radio.

—Pongan la música que les dé la gana —respondió impaciente el funcionario de Telecomunicaciones.

Como las canciones no estaban sancionadas, el de- partamento de prensa se convirtió en orquesta. Pedro decidió meter tambora y guitarra en la cabina master y comenzar a difundir los boletines de última hora a ritmo

de merengue y salsa. Cuando había mucha información que pasar, cambiaban al rap. Se había estrenado un no- vedoso formato radiofónico: la noticia cantada.”1

<< Intentando una clasificación

En radio hay dos términos que se utilizan para orde- nar el tipo de producción y el modo en que se la trabaja, esto es los GÉNEROS y los FORMATOS . De todas maneras, la radio es dinámica, cambiante en el tiempo por lo cual la idea de géneros y de formatos o lo que estos términos

48 1. Lopez Vigil, Manual para radialistas apasionados 48 1. Lopez Vigil, Manual para radialistas apasionados

GÉNEROS: es una clasificación de los tipos de programas radiofónicos: periodístico, deportivo, musical, etc.

FORMATOS: es la forma en que se producen esos géneros.

Ahora bien, el primer problema que se presenta es lo que se denomina transgénero o cruce de géneros y otro concepto que es el de ruptura de formatos. ¿Qué se está planteando bajo estos títulos? Algo muy simple. Con los años los géneros y formatos tradicionales de la radio, se fueron mezclando, se fue experimentando en nuevos modos de enunciar, el género dramático a través de la ficción entró en el género periodístico, el formato del ra- dioteatro se modificó en lo que hoy se llama radio comic. Es decir hubo una tendencia a que los géneros y forma- tos puros, dieran paso a construcciones más complejas y entrecruzada.

De todas intentaremos una clasificación según la pro- ducción, y otra desde la recepción o el oyente modelo.

Desde la Producción: aquí tenemos una clasifica- ción clásica que divide los géneros en tres grandes po- sibilidades:

DRAMÁTICO

GÉNERO

PERIODÍSTICO MUSICAL

También tenemos otras variantes que se despren- den de los tres grandes géneros nombrados: