Mitos de creación del mundo en la relación de 1636

7.2 Mitos de creación del mundo en la relación de 1636

  En su relación de 1636, Brébeuf dedica un capítulo particular a la narración de los mitos del origen del mundo wendat, titulándolo “Ce que pensent les Hurons de leur origines”. Después de advertir al lector de lo “falso” de las creencias mitológicas de los wendat, empieza Brébeuf relatando el mito de la diosa Aataentsic que cuenta el origen del pueblo wendat, quien vivía originalmente en el cielo, en un país similar al de la tierra. Brébeuf marca de entrada el carácter cambiante de la

  253

  como el wendake que estaba en la Baya georgiana. La segunda versión del mito dice que Aataentsic, en el país del cielo, fue a cortar un árbol para darle a su marido sus frutas para sanarle de una enfermedad. Al cortar el árbol, la tierra se derrumbó y el árbol cayó en la tierra, Aataentsic después de contar eso a su marido, se lanzó al hoyo. Durante su caída, la tortuga la ve cayendo y convoca a los demás animales acuáticos para saber qué hacer. Finalmente, los anímales se ponen de acuerdo para

  poner un poco de tierra sobre la espalda de la tortuga para crear una isla 248 con el fin

  254 y subraya la importancia de los animales acuáticos. Al mismo tiempo, el mito

  relaciona la existencia de los seres humanos con la de los animales, ya que son ellos los que permitieron que Aataentsic sobreviviera a su caída. Cómo Aataentsic dio origen a su descendencia queda un poco confuso, según lo que cuenta Brébeuf. Primero nos informa que Aataentsic dio a luz a una mujer que luego se embarazó

  también, pero, luego, dice que dio a luz a dos hermanos 250 . No queda claro si es Aataentsic que parió a los dos hermanos, o si fue su hija; Brébeuf parece más

  255

  evocado en la introducción de esta parte de la tesis, le recuerda a Brébeuf la historia

  de Caín y Abel.

  […] étant devenus grand [ils] eurent quelques piques par ensemble; jugez si cela ne ressent point quelque chose du massacre d’Abel. Ils en vinrent aux mains, mais avec des armes bien différentes: Iouskeha avait les bois d’un cerf, Taouiscaron se contenta de quelques fruits de rosier sauvage, se persuadant qu’il n’en aurait pas aussitôt frappé son frère qu’il tomberait mort à ses pieds. Mais il en arriva tout autrement qu’il ne s’était promis et Iouskeha au contraire lui porta un si rude coup dans les flancs que le sang en sortit en abondance. Ce pauvre misérable se mit aussitôt en fuite et de son sang, dont ces terres furent arrosées, naquirent certaines pierres […] que les sauvages appellent encore Taouiscara, du nom de cet infortuné. (109-110)

  256 triunfa el bien. Sin embargo, una vez muerto Taouiscaron, la fuerza del bien y de la

  vida, representada por Iouskeha, es balanceada por la fuerza del mal y de la muerte, representada por Aataentsic, ya que la realidad muestra que tanto el ciclo de la vida y la muerte, como el del bien y el mal existen en el mundo. Sioui dice que las figuras

  de Aataentsic y Taouiscaron, en este sentido, están para proteger al mundo de un bien absoluto, ya que la muerte, el dolor y las dificultades permiten desarrollar cualidades y virtudes sociales que no existirían en un mundo perfecto dominado por

  257

  están ahí, les va a hacer una mala pasada. Aataentsic al volver a casa presiente que hay invitados en la casa y se transforma en joven y hermosa mujer 251 . Iouskeha

  esconde a los hombres y les permite huir cuando Aataentsic no les puede ver. Esta historia que quiere ilustrar que Aataentsic es mala y asociada a la muerte puede ser vista también como una advertencia a los humanos para respetar el dominio de la muerte, los difuntos y sus almas. Ingresar de cualquier manera en este país y en la casa de dioses, puede ser castigado. Iouskeha no se muestra necesariamente más

  258 zorro que continuara trayendo tierra para ampliar la isleta, que terminó

  transformándose en las tierras que conocemos (110-111). De este mito podemos ver la necesaria colaboración entre los seres humanos y los animales. Sin embargo, Brébeuf es muy avaro en detalles al contar este mito, ya que el objetivo que parece tener al contarlo es de nuevo mostrar lo incierto de la tradición wendat. Al contar otra versión de la “creación” del mundo, Brébeuf está mostrando a su lector lo falso

  de las tradiciones amerindias que ni pueden ponerse de acuerdo sobre el origen del

  259

  ninguna duda una relación intertextual fuerte entre el mito de Aataentsic y el mito de este hombre en la isla, tal vez contados en contextos o por clanes diferentes.

  En relación a estos mitos de origen del mundo, veamos como se definen las instancias axiológica y reguladora. Los principios que parecen destacarse de manera más evidente de estos mitos son los de complementariedad y de colaboración. Ya sea en el mito de llegada de Aataentsic o en el del hombre en la isla, de entrada vemos la complementariedad entre los elementos del agua y de la tierra y los seres

  260

  de tener otro personaje mítico que contrabalancea esta victoria del bien, que no debe reinar de manera absoluta en el mundo. En este sentido, el dualismo ilustrado por los dos personajes míticos se construye como uno complementario y asociativo, más bien que como uno de opuestos dicotómicos.

  En lo que concierne a la colaboración, se manifiesta entre los animales o con un animal (en el caso del hombre en su isleta); y es el elemento que permitirá a los seres humanos aparecer en la tierra. La colaboración entre los actores ya presentes en el

  261