La guerra y la risa Resena del libro

E SCRITORES Y M ENTORES

Auge y caída del taller literario

W ILLIAM G ASS E L ARTE DE SER

La autobiografía en la edad del narcisismo

M IGUEL H ABEDERO

U N BUEN NOMBRE PARA UNA COLUMNA ES DIFÍCIL DE ENCONTRAR Postales para Alí Chumacera

G OLPES Y P ATADAS

El suplemento bimensual de HermanoCerdo

E

Mauricio Salvador

E 

Javier G. Cozzolino, Javier Moreno,

Edgardo Dieleke, Daniel Espartaco Sánchez, José Luis Justes Amador, Raúl

HERmanO

Aníbal Sánchez, Eduardo Varas, J. S. de Montfort.

CERDO

C H

junio-julio, 2007

Jigoro Kano, Choi Hong Hi, Gichin Funakosh, Wong Fei-Hung, Bruce Lee

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Javier Avilés (España)

Editorial

Abril Olmos (México)

Cartas al Hermanocerdo,

Pablo Ruiz (Argentina)

L AS CARTAS QUE LLEGAN A NUESTRO BUZÓN ,7

Patricia Suárez (Argentina) Pablo Muñoz (España)

Kim Che-San responde a los lectores.

Agustín Delgado (México) Frank Báez (República Dominicana) Augusto Effio Ordoñez (Perú)

Ensayo

Agente Artehormiga (México)

Rick Moody

René López Villamar (México)

M AESTROS Y MENTORES ,8

Alberto Bruzos Moro (España)

Auge y caída del taller literario

Juan Dicent (República Dominicana) Miguel Soler (Argentina)

William Gass

Miguel Antonio Chávez (Ecuador)

E L ARTE DE SER , 13

Isami Romero (México)

La autobiografía en la edad del narcisismo

Javier López (España)

Miguel Soler

D

N ABOKOV Y A NTINABOKOV , 22

Mauricio Salvador

C

hermanocerdo@gmail.com

Ficción

Patricia Suárez

G  P

Director:

E STRELLA DEL POP , 24

Javier González Cozzolino Diseño y Publicidad:

Augusto Effio Ordoñez

C ASA Y C AMPO , 28

Raúl Aníbal Sánchez

Juan Dicent

Hermano cerdo es una publicación cua- Q UIET , COURT IN SESSION , 30

simensual sin fines de lucro y editada en México, DF. Las opiniones vertidas en

Sección de Autoayuda

cada texto son responsabilidad de sus au- tores; al mismo tiempo, nada de lo dicho

Mauricio Salvador

D IME QUÉ LEES , 31

en el editorial tiene necesariamente que

ver con los autores. Las suscripciones son al correo hermanocerdo@gmail.com Para descargar los números anteriores visita la página beta de Hermano cerdo http://hermanocerdo.blogspot.com

Javier Avilés A UTOAYUDA , 35

Patricia Suárez A UTOCONTROL , 36

The Onion A LGUNAS NOTICIAS DEL MUNDO DE LA AUTOSUPERACIÓN , 41

Crítica Isami Romero L A GUERRA SEGÚN B AKUSHO M ONDAI , 44

Columnas Miguel Habedero

16 U N BUEN NOMBRE PARA UNA COLUMNA ES DIFÍCIL

DE ENCONTRAR HERmanO , 46 CERDO Postales para Alí Chumacera.

Raúl Aníbal Sánchez

junio-julio, 2007

T RIBULACIONES DE UN JOVEN INDOLENTE , 48

Kim Che-San N UESTRO H OMBRE EN P YONGYANG , 50

Miscelánea Vladimir Nabokov S OBRE C HÉJOV , 51

Miguel Antonio Chávez

P ABLO P ALACIO , EL CENTENARIO DE UN INSÓLITO , 51

Javier López I NTERNET , 53

Golpes y Patadas

T ODO SOBRE EL MUNDO DE LAS ARTES MARCIALES . Cuentos, reseñas, noticias, promociones.

Colabora con HermanoCerdo

HermanoCerdo acepta colaboraciones 1 aceptadas porque es una manera vital de co-

de cuentos, reseñas, ensayos, crónicas, car- nocernos de un extremo a otro, de la patago- tas y textos misceláneos. La longitud de las co- nia a las aleutianas. laboraciones no es problema siempre y cuan-

Se aceptan colaboraciones para el suple- do no maten de aburrimiento al lector. Una 4 mento trimestral Golpes y Patadas, tumor

buena manera de descubrir si tu colaboración

de HermanoCerdo. Las colaboraciones pue- es aburrida es hacerse las siguientes preguntas: den ser las siguientes: guías ilustradas de artes “¿Hay alguien en el mundo a quien le inte- marciales y/o defensa personal, tips, artículos rese lo que digo? ¿Me interesa lo que digo?

de fondo, calendarios de eventos y torneos, ¿Me interesa colaborar y así formar parte de poemas (siempre ajustándose al tema). la comunidad cerda? ¿Lo hago sólo porque

Los textos deben ser enviados en archi- las otras revistas me han rechazado?

5 vos de word u oppen office, sin formato Por razones que no vamos a explicar, 2 excepto por cursivas y notas, al correo her-

no publicamos ninguna variedad de la lí- manocerdo@gmail.com rica contemporánea. Se hará una excepción

Los autores serán contactados respec- cuando los poemas o prosas poéticas canten 6 to de ediciones significativas a sus cola-

las experiencias de la vida humana que hasta boraciones. ahora la poesía ha dejado de lado, como las

Todas las colaboraciones deben ir acom- persecuciones en lancha, las acrobacias auto- 7 pañadas de una breve nota biográfica de

movilísticas o las peleas callejeras. no más de cuatro líneas. En el caso de las re-

HermanoCerdo es una revista de carácter 3 señas, las crónicas y los ensayos es preferible

hispanoamericano por lo que las reseñas anexar un párrafo breve o un subtítulo que ‒de libros, discos, eventos, películas, etcétera‒ resuman el contenido del texto. deben ser en realidad ensayos, siempre más

Por el momento HermanoCerdo no paga amplios de lo que exige el tema y de interés 8 las colaboraciones. Tampoco se compro-

para aquellos lectores que no tienen opor- mete a publicar materiales no solicitados por tunidad de acercarse al objeto de la reseña. la redacción. Las reseñas de carácter local son plenamente

HermanoCerdo

Número 16, junio-julio, 2007

P rector de Golpes y Patadas (la famosa revista cano vivo. Inten-

ara los editores de HermanoCerdo es un or- último samu- gullo reproducir aquí las palabras que el di- rai latinoameri-

argentina de artes marciales, con más de diez años taremos desde este

de vida) escribió para darnos la bienvenida como número contarles qué colaboradores de su grandiosa revista. No sólo que-

ha ocurrido realmente

remos dar las gracias a él -Javier G. Cozzolino-, con nuestro estima- sino al equipo editorial compuesto por el sexto dan dísimo sensei, y ten- (y alguna vez campeón bonaerense) Martin Grun- gan la plena segu- auer y al estimado Vilmo Patiño, que año tras año ridad de que en esa han dado vida a un proyecto que en su momento faena ya trabajan Martin y parecía quimérico y que hoy es una realidad para Vilmito con absoluta dedicación. todos los amantes de las artes marciales.

Aquí en las oficinas de HermanoCerdo prac- Finalmente, he recibido un par de correos que ticamos el arte del Kenjutsu, de nuestro maestro debo contextualizar para quienes no hayan com- Miyamoto Musashi, que desarrolla su técnica a prado los números de enero y febrero de Golpes y partir de la nada como lo demostró en su comba- Patadas. Seré breve. Por aquellos meses hubo un te contra el maestro Akiyama. Lo que hacemos es par de notas que, por cuestiones estrictamente edi- sentarnos en nuestros sillones y desarrollar comba- toriales, no fueron firmadas, pero que todo avieso tes mentales que pueden llegar a durar hasta doce seguidor de nuestra revista habrá adivinado que se horas, dependiendo.

trataba de mi hechura. En la primera, correspon- Pero en fin, aquí las palabras del fundador de diente a enero, anunciaba que Jorge Acero Cali, Golpes y Patadas (que pueden consultar en las úl- nuestro campeón de kickboxing, pelearía en el Ca- timas páginas de HermanoCerdo):

sino de Mar del Plata con Ben Azizzi, peligroso italiano de quien por entonces escribimos: “Ha

2 mostrado en su trayectoria una perspicacia sangui- naria”. Es verdad, ya apostábamos por la derrota de

Hola, hola, queridos lectores. Quiero contar- Cali, pero lo hicimos fundados en la mala prepara- les que desde este número incluiremos en Golpes y ción de nuestro compatriota. Nada más. Sabemos Patadas a un grupo de muchachos entusiastas que que Cali es un rival de peso y sabemos también dicen admirar las artes marciales y simpatizar con que así lo piensa nuestro querido Vilmo Patiño, nuestra revista. Ellos también tienen su publica- que en el corto plazo lo enfrentará (y ésta, por si ción, mucho más humilde y mucho menos co- no se dieron cuenta, ha sido una primicia). En la nocida que la nuestra, y por ello nos ha parecido segunda nota, resta decir, de febrero de 2007, se (a Martin Grunauer, a Vilmo Patiño y a mí) que escribió la crónica del combate, pormenorizándose sería un lindo mitzvah abrirles algunas páginas la paliza que el europeo le propinó a nuestro héroe. para que puedan expresarse. Se hacen llamar “la Ahora, debajo, los correos, las aclaraciones, el final hermandad”, yo soy parte de ella -lo asumo- y el

de este editorial.

nombre del folletín es “HemanoCerdo”. Pero no es

de HermanoCerdo que quería escribirles, queridos Hacia el mes de marzo alguien primero me lectores. Estamos de luto por la muerte de Horacio confundió con Acero Cali. Creyó, para que no Gómez, el gran séptimo dan de karate do y acaso el queden dudas, que quien había escrito alguna de de HermanoCerdo que quería escribirles, queridos Hacia el mes de marzo alguien primero me lectores. Estamos de luto por la muerte de Horacio confundió con Acero Cali. Creyó, para que no Gómez, el gran séptimo dan de karate do y acaso el queden dudas, que quien había escrito alguna de

de nuestro mensaje creo que fue contundente: ypatadas.com.ar y aquí respetaremos sus desgracias ortográficas:

“Vilmo puede asistirnos, pero no sentarse frente a la máquina. Es un atleta y los atletas viven para su “Hola Cali soy un fanatico tuyo espero que te

cuerpo. Lo propio puede usted aplicarlo a Cali”. acuerdes de Mauricio Paré soy el hermano menor, tengo 10 años y quiero saber si te gustaria pelear de-

Lamentamos la respuesta al correo por nosotros buelta con el tigre, si peleas de nuevo bas a ganar. Te

enviado a través de la dirección redaccion@golpes- mando saludos y a tus entrenadores chau. Por favor

ypatadas.com, el parco “quien sos?” falto de tilde. contesta”.

Pero no hemos recurrido a una nueva carta por vía electrónica, debido a que ya nos parece ridículo. Nos

Mi indignación (y la de mis queridos Martin y hemos resuelto por este editorial. Entonces es aquí Vilmo) fue, sobra decirlo, instantánea, pues conjetu- que decimos, que digo: Soy el editor de Golpes y Pa- ramos con premura que la mera suposición de Cali tadas. Soy Javier G. Cozzolino. Y por favor, termine- como colaborador de Golpes y Patadas podría desteñir mos con esta confusión. Terminémosla. Los abrazo la línea editorial de nuestra revista, donde, está claro, en mi corazón, queridos lectores. ¡Y hasta el próximo los luchadores JAMÁS escriben, dado que la escritura, número! ¡Y no olviden leer las colaboraciones de los así lo hemos dicho diez millones de veces en este me- chicos de la hermandad! dio, no es compatible con el entrenamiento. En con- secuencia, respondimos al mensaje erróneo de aquella

— JGC criatura de 10 años explicándole nuestra posición y

Cartas

Las cartas que llegan a nuestro buzón

Nos es grato saber que la entrevista con Dilara Alisultanova ( HC15 ) despertó gran interés por la nación her- mana de Corea del Norte. Es por eso que nuestro hombre en Pyongyang, Kim Che-San, se ha dado a la tarea

de responder a sus amables preguntas.

¿Lavado de Cerebro Tengo entendido que su Gran Líder es dero socialismo sobre la tierra. Por lo

Pasión por el arte

cialismo norcoreano, el último verda-

o felicidad? un amante de la música y de las artes mismo debemos confiar en nosotros He visto muchos comentarios de que cinematográficas. ¿Cuáles son sus piezas mismos y en nuestra política Juche nuestros malvados líderes nos han lava- musicales favoritas, sus grabaciones favo-

de auto sustento, política que ha sido do el cerebro a mí y a mis amigos ‘im- ritas y cuáles son algunas de sus películas muy exitosa a la hora de tratar con los perialistas’. Ahora bien, pregunta hipo- favoritas de todos los tiempos? Muchas gobiernos imperialistas y fascistas del tética, por supuesto, ¿Quién dice que no gracias de antemano por su respuesta.

mundo. Nosotros no odiamos a ciu- son ustedes a los que les han lavado el — Ken Freedman dadanos como usted, pero sí odiamos cerebro? Cuando a alguien le lavan el a los dictadores fascistas que tratan de cerebro, ese alguien no tiene conciencia Señor Freedman: Nuestro Líder defi- negarles sus derechos humanos y tra-

de ese hecho. Así que, en teoría, ¿No es nitivamente tiene un gran gusto para tan asimismo de atacarnos. Nuestro probable que a cualquiera de nosotros le las Bellas Artes. Él ha dicho que algu- país continuará su exitoso camino de hayan lavado el cerebro? nos de sus artistas musicales favoritos auto sustento. No necesito decirle que

— Fernando Valdez son Paek Du-San y La Granja Colec- el nivel de vida en nuestro país es in- tiva del Noroeste, así como algunos finitamente superior al de Corea del Mr. Valdez: No estoy seguro de dónde importantes artistas del otro lado del Sur, nación triste ocupada por las vio- es usted, pero por su reacción puedo océano como The Beatles, Billy Joel lentas fuerzas imperialistas hostiles a la imaginar que es de una nación impe- y Celine Dion. En cuanto a sus pe- memoria del Eterno Líder. De hecho, rialista de medio pelo. Usted verá, en lículas favoritas destacan las películas una encuesta reciente empareja el nivel Corea tenemos algo llamado libertad coreanas “Chica urbana va a casarse,”

de expresión. Tenemos el derecho de “Chicas de mi pueblo” y “El corredor los materialistas americanos.

de vida de Corea del Norte con el de

pensar y decir lo que nos plazca. Si no de maratón,” así como algunos filmes

nos gusta Kim Jong-Il, podemos de- extranjeros como la serie de pelícu-

2 cirlo sin tener miedo a las represalias. las de James Bond. También le gustan

Lo que pasa es que amamos a nues- aquellas en que se involucra a patos, Vivir bajo el régimen imperialista tro Querido Líder. Ha traído tantas como los dibujos animados del pato americano ha destrozado mis folículos. cosas buenas y mucha prosperidad a Daffy y la película “Howard el pato.” ¿Cómo consigue el Querido Líder sus nuestra nación, ha mostrado al mundo

El estilo es el hombre

una y otra vez que no importa lo que 2 — Tori S. los imperialistas hagan, el socialismo El futuro no nos odia

maravillosos peinados? Con respeto

coreano crece con fuerza y vive en el Su país tiene muchos grandes retos Querida Tori: Lamentamos la situa- legado de su padre, el Gran Líder Kim para el futuro. Siendo una de las ul- ción de tus folículos; folículos que Il-Sung. El mundo trata de mostrarnos timas potencias comunistas ustedes se (está de más decirlo) serían más felices como una de las naciones más severas han alienado de la comunidad inter- en Pyongyang. En cuanto al increíble y tiránicas, pero eso sólo les sirve para nacional. Sus recientes pruebas nuclea- sentido del estilo de nuestro Líder, se cubrir sus propios abusos a los dere- res los han alienado aun más. Su país debe a que posee un estilista oficial chos humanos. Nosotros soñamos con debe importar comida para sobrevivir. pagado por el Estado. Su nombre es el día en que el estilo socialista Juche Todos les odian y los hacen a un lado. Chon Hoon-Dae y desde 1982 ha he- arrasará con el mundo, derrocando go- ¿Cómo lidiará Corea del Norte con esto cho el peinado y cortado el cabello a biernos fascistas e iniciando la revolu- en el futuro?

nuestro Querido Líder. No estamos ción universal. Aférrese a este sueño; — Mike Joyce seguros de quién le hacía el cabello an- llegará el día en que se haga realidad.

tes, pero este es el hombre responsable

Señor Joyce: Primero debe saber que

— Kim Che-San nuestro país no estaría aislado de no brille como una deslumbrante luz para

de hacer que nuestro Querido Líder

Ciudadano libre de Pyongyang ser por los imperialistas. Ellos odian toda la humanidad. el socialismo, y específicamente el so-

Ensayo

Escritores y mentores

Rick Moody

Traducción de José Luis Justes Amador La habitación se vació para un receso y no estoy muy seguro de que regresaran catorce. Quizá once o doce.

E aunque nunca nos criticó. Eso ocurría Floyd en el Londres de los setenta, le gustaban los

studié en talleres literarios de los Carter no conducía su taller de la manera que quince a los veintiséis. El primero en la ahora consideramos habitual. A ella no le importaba prepa donde un benevolente maestro si llevábamos textos o no y se contentaba con hablar

de química, el señor Burns, lector de y hablar sobre cómo “La Flauta Mágica” de Mozart John Cheever, nos presidía. Éramos una hacía imposible que se imitara el material folclórico pandilla de desclasados y marginados en la ficción. Estaba orgullosa de haber visto a Pink

mucho antes de que los talleres (una reunión perió- Doors y pensaba que Franklin Roosevelt era el úni- dica en la que los futuros escritores leen y critican el co presidente americano del que valía la pena hablar. trabajo de los otros) se solidificaran en la estructura Recuerdo que una vez alardeó de que casi nunca man- que conocemos ahora. Era a mediados de los setenta tenía contacto visual. y los talleres no eran tan abundantes como ahora.

Tras la prepa tuve la suerte de poder ir a Brown Pensé, esta es la maestra que necesito. University, un caldo de cultivo para la escuela experi- mental americana, la llamada posmoderna. Y allí tuve

Para aquellos que teníamos oídos para oír (sólo la oportunidad de estudiar en talleres con tres de las cuatro o cinco de nosotros estuvimos los dos semestres mejores voces de la escritura experimental: Angela que dio clase en Brown) la experiencia del taller de Carter, Robert Coover y John Hawkes.

Angela Carter fue alucinante. Yo no sólo sentía que El primer día de mi taller con Angela Carter, en crecía como escritor sino que mejoraba como persona. el primer año, Carter estaba obsesionada con reducir Carter tuvo la audacia de decirme que la droga no era el número de participantes de su clase catorce. Puede buena para mi trabajo y que lo que estaba leyendo que hubiera treinta personas en la habitación y ella era basura. Me dijo que le haría feliz darme una lista simplemente se paraba ahí, frente a nosotros, e inten-

de lecturas. Leí todos y cada uno de los libros que taba contestar a las preguntas. Un jovencito del fondo, ella me decía que leyera y en ellos estaban incluidos bastante pagado de sí mismo levantó la mano y con el Diario de un ladrón de Genet, El almuerzo desnu- un escepticismo demoledor preguntó: “Y entonces, do de William Burroughs y todo lo de Bruno Schulz. ¿cómo es su trabajo?”

De hecho, hacía más o menos todo lo que Carter me Se tiene que haber oído hablar a Carter para sa- decía que hiciera. ber lo divertido del instante siguiente. Tenía una voz

La clase de Angela Carter me resultaba impor- inglesa, aguda y delgada, hacia lo alto de la escala tante porque se basaba en una tradición extraña de musical y hacía muchas pausas al hablar. Hubo mu- enseñar a escribir, extraña para lo que se podía expe- chos ums y ahs. Antes de replicar levantó su cabeza y rimentar en aquella época en los Estados Unidos. Si dijo “um” una o dos veces. Después dijo, “mi trabajo tuviera la obligación de darle un nombre a este estilo corta como una cuchilla de acero en la base del pene alternativo, creo que lo llamaría de mentor. No creo

de un hombre.” que Carter, si estuviese viva, admitiera que hizo de mentora mía: explicándome cómo vivir, cómo actuar de un hombre.” que Carter, si estuviese viva, admitiera que hizo de mentora mía: explicándome cómo vivir, cómo actuar

de lo malos que eran. la idea de no escribir por estar agobiado por la renta y Cuando Carter, que sólo estuvo un año en Brown, la comida de todos los días sin, por la prepa de letras, regresó a Inglaterra, John Hawkes regresó de su sa- no tener ni una sola habilidad profesional. Hawkes bático. Pasé tres de los cuatro siguientes semestres en siempre había dicho que debíamos escribir mil pa- Brown estudiando con Hawkes. (Y tuve una clase de labras al día pero yo no era capaz ni de escribir mil literatura con Robert Coover).

palabras a la semana por eso tomé la decisión que ya Hawkes también resultó ser un mentor. Si le gus- otros habían tomado: presentarme a la universidad, tabas, te amaba, por decirlo de alguna manera. Podía conseguir un master. En el otoño de 1984 entré a la ser, al mismo tiempo, lacerante y retador, y, por otro universidad de Columbia. lado, completamente devoto de uno (aunque a veces

Yo no quería ir a Columbia. Yo quería ir a la John resulta difícil creer que había leído el montón de ba- Hopkins, de hecho, para trabajar con John Barth. sura que le habían entregado esa semana). Tenía una Pero me rechazaron. Me rechazaron de un montón memoria fotográfica para las historias de la gente, algo

de sitios, incluyendo (debe decirse) del taller de escri- que resultaba particularmente asombroso ya que era tores de Iowa por lo que fui a Nueva York donde, al despistado en muchas otras cosas. Meses después de menos, me sentía como en casa. Ahí había nacido y a que hubieras entregado algo, era capaz de recitar frases su sombra había vivido la mayor parte de mi vida. literales del trabajo y discutirlas a detalle.

Me parece que parte de lo que ocurrió en los se- La meta de la clase de Hawkes era inducirnos tentas (y en algunos casos antes), incluso al mismo

a pensar como escritores. A veces parecía que no le tiempo en que yo estaba empezando a aceptar como importaba que el cuento estuviera escrito para ser mentores a los escritores experimentales de Providen- publicado. Tenía una opinión bastante baja del pro-

ce, Rhode Island, es que el éxito de la universidad de fesionalismo. Quería que pensáramos en la estructura Iowa como un lugar para aprender a escribir comenzó dramática y en el lenguaje y en cómo funcionaban

a desatar lugares similares. De repente, un montón en la literatura y quería que nos deleitáramos en esas

de sitios no sólo tenían talleres sino maestrías: Syra- cosas cuando estaban bien hechas. Él sentía que hacía cuse, Sarah Lawrence, la Universidad de Arizona, bien su trabajo si era capaz de explicar la razón por Irvine. Muy pronto aparecieron también otros en la la que La verdadera vida de Sebastián Knight era una Universidad de Alabama y la de Virginia. Todos es- obra maestra desde el punto de vista del lenguaje y tos primeros programas tenían buenas reputaciones. la construcción.

Entre ellos, por supuesto, estaban Columbia, a don- Hawkes tenía favoritos, lo que resultaba malo, y

de habían ido Susan Minot y Tama Janowitz, Mona quería a las mujeres mucho más que a los hombres, Simpson y Hill Eisenstadt. lo que también era malo y nos permitía beber vino

Lo que hallé en la universidad, sin embargo, era en clase lo que resultó ser peor para mí ya que estaba totalmente diferente a la noción que yo entendía de comenzando a tener problemas con la bebida. Todas cómo se da una clase de escritura creativa. Un modo esas cosas eran inadmisibles pero lo que no lo era eran reduccionista sería decir que no tenía ningún mentor la entrega emocional al proceso, la relación estrechísi-

a la vista. Columbia era famosa por sus profesores de ma entre alumno y maestro. Esas cosas funcionaban suburbio, hombres y (con menos frecuencia) mujeres en mi caso a pesar de las dificultades.

que vivían en departamentos del Upper West Side en Escribí para complacer a Angela Carter y escribí los setenta y los ochenta o en el campo y a los que en para complacer a John Hawkes y este puede parecer un par de ocasiones descubrí corrigiendo los ejercicios un motivo infantil para escribir, sobre todo ya que

de los alumnos en el metro.

ambos eran bastante complicados y cáusticos. Pero Había también un montón de estudiantes que el hecho es que yo mejoré mi escritura intentando vivían en otros lados, en el centro o en cualquier complacerlos y sus respuestas me emocionaban hasta otro sitio. Estos estudiantes pagaban una suma bas- el punto de volver a trabajar y aprender más.

tante considerable por estudiar en Columbia. Como Tras dejar Brown me tome un año libre, un año consecuencia pensaban de sí mismos que eran, en en el que escribí como han hecho miles de aspiran- esencia, los que estaban a cargo de cómo debía dar- tes a escritor. Desesperadamente, mientras trabajaba se la clase. Cada semestre seleccionaban un nuevo en una cadena de horribles trabajos de nueve a cinco instructor y los instructores representaban sabores tante considerable por estudiar en Columbia. Como Tras dejar Brown me tome un año libre, un año consecuencia pensaban de sí mismos que eran, en en el que escribí como han hecho miles de aspiran- esencia, los que estaban a cargo de cómo debía dar- tes a escritor. Desesperadamente, mientras trabajaba se la clase. Cada semestre seleccionaban un nuevo en una cadena de horribles trabajos de nueve a cinco instructor y los instructores representaban sabores

l taller de escritura creativa que está des-

sólo trata del negocio (fotocopiar los cuen- escritura en Columbia tenía montones de estudian- E tos, repartirlos, recopilar las reacciones, de-

de acuerdo, es decir, en que las clases debían darse de nudo de toda circunstancia, que reprime, a un modo en concreto para que los resultados fueran

priori, la erupción de la personalidad, que una línea de mediocridad semejante. El programa de

tes, casi cien, y querían control de calidad. ¿Quién volver las reacciones) es como la creatividad por comi- puede culparlos?

té. Y ya que es escritura creativa por comité se apega Además, Columbia era un lugar con una presión

a la media estadística, o sea, a lo mediocre. competitiva bastante fuerte. Se podía escuchar a la

Si el modelo de ser mentor está basado en el mé- gente decir “soy el único escritor sureño auténtico en todo socrático, un modelo que ha existido a lo largo esta clase” y cosas así. Les sacarían las entrañas a sus

de toda la historia de la educación en hitos tan fun- enemigos y apoyarían a sus amigos. Yo, casi siempre, damentales de la civilización occidental como el mo- estaba entre los eviscerados. Y a causa de tal presión nasterio o las cofradías de pintores del renacimiento, competitiva, la tendencia de Hawkes de tener favo- el taller contemporáneo nos llega de la teoría corpo- ritos, la imposición de una meritocracia totalmente rativa u organizacional de los cincuenta. El taller es, partidaria, tenía que descartarse para tener algo bas-

de hecho, sobre mercadotecnia y marketing. Es sobre tante más predecible.

cómo enfocar el tono de la historia o del poema o del No sé si el taller de escritores de Iowa, el primer ensayo hacia el público de tal modo que la respuesta gran laboratorio americano de escritura creativa, te- sea predecible, medible y fácilmente entendible. Es nía una tónica semejante aunque sí sé que Iowa era sobre cómo hacer tu cuento semejante a lo que los muchas veces un programa bastante competitivo. En cuentos (o poemas o ensayos) han hecho siempre. Iowa, más que en Columbia, los estudiantes compe-

Como resulta evidente, no me gustaba la universi- tían por el dinero de las becas. Si este es el origen de dad. El primer día de mi clase en Columbia mi maes- la competencia sin sentido entre los estudiantes de tro de taller, ahora un novelista de éxito de novelas de escritura no lo sé, pero sé que en Columbia el taller misterio o algo así, recalcaba el hecho de que se había se fue depurando de elementos extraños hasta que ido de Stanford porque le obligaban a leer demasiadas se quedó en algo que parecía un “focus group” o la novelas de John Hawkes. Era una llamada de atención prueba de una película de Hollywood.

y yo tenía razón al percibirlo así. Durante un taller el Cuando se va a una Prueba de una película, uno mismo tipo dijo, refiriéndose a uno de mis cuentos, recibe una lista y un lápiz y se le anima a que califi- “no tengo nada que decir sobre este cuento, así que que determinados aspectos de la película. ¿Te gusta voy a dejar que los demás hablen”. Poco tiempo des- el final? ¿Te gusta este personaje? ¿Le recomendarías pués nos dijo, a mí y a otro de los pocos que habrían

de publicar que “nunca serán escritores.” abiertas. Y el problema con esas pruebas es que nunca

a un amigo esta película? Y así preguntas de lo más

Todos tienen anécdotas así. Yo tengo muchas. En preguntan cosas mínimas y centradas. ¿Qué significa mi segundo semestre vi a un maestro dormirse mien- la luz? ¿Por qué no usa el director más el color rojo? tras leía en voz alta el trabajo de un alumno. En el ¿Por qué la heroína está todo el rato vistiendo de ne- tercero un profesor pidió una votación a mano alzada gro? ¿Qué onda con todas esas imágenes de pájaros? para ver cuántos pensaban que mi trabajo era aburri-

La razón por la que no se va más allá de las pre- do. Me pasé casi todo el cuarto semestre bebiendo sin guntas amplias es que para los propósitos de la prue- que pasara nada en mi vida cotidiana en Columbia.

ba, uno no es sino parte de una muestra demográfica. Y así podría seguir con la lista de anécdotas. Sobre lo que se vota es sobre qué hay que hacer con

Hay que decir que yo no estaba escribiendo en el la película. Cuando Ang Lee, que dirigió la película estilo más de moda en 1984: el de Raymond Carver y, basada en mi novela The Ice Storm, proyectó la pelí- poco después, de Richard Ford, Mona Simpson y to- cula como prueba, él (o eso me dijeron) se encontró dos los de la escuela del realismo sucio. Son escritores Hay que decir que yo no estaba escribiendo en el la película. Cuando Ang Lee, que dirigió la película estilo más de moda en 1984: el de Raymond Carver y, basada en mi novela The Ice Storm, proyectó la pelí- poco después, de Richard Ford, Mona Simpson y to- cula como prueba, él (o eso me dijeron) se encontró dos los de la escuela del realismo sucio. Son escritores

Si tuviera que hacerlas yo, las preguntas que ele- y Ford no sólo son producto de esta época corpo- giría serían otras. rativa sino también de la era Reagan-Bush, por eso

No estoy sugiriendo, por supuesto, que las pre- la preferencia por ellos en un entorno de talleres es guntas tradicionales de los talleres no tengan mérito tautológico: el sistema selecciona por sí mismo, por (aunque personalmente no tengo nada en contra del su propia clase de producto.

concepto de que algo sea agradable, ése suele ser el El crecimiento actual de los programas de es- argumento de una mentalidad débil), ni estoy sugi- critura creativa en las universidades del país refleja, riendo que las historias más innovadoras no tengan con toda seguridad, las presiones corporativas a nivel conflicto ni personajes (aunque uno se acuerda de la universitario. A diferencia de, por ejemplo, un pro- famosa afirmación de John Hawkes de que “los ene- grama de química o una de medicina, que requieren migos reales de la novela fueron la trama, los perso- una inversión significativa de capital, por no mencio- najes, la ambientación y el tema”). Lo que estoy su- nar los subsidios gubernamentales, un programa de giriendo es que una estructura de taller que se orienta escritura creativa sólo necesita un aparato mínimo:

a lo que es fácil decir sobre un cuento, por su propia una fotocopiadora. Es más, los profesores que dan naturaleza, falla en la responsabilidad que tiene al esos talleres intentan evitar el compromiso de trabajar enfrentarse a dos tipos de obras: las muy malas y las tiempo completo. De hecho, cuanto más deseable es muy buenas. Lo que se pierde, entonces, es lo que un maestro para la escritura creativa, menos probable está en las fronteras de lo convencional y eso, poten- es que quiera hacer carrera a largo plazo. Por lo que se cialmente, es catastrófico ya que una forma literaria refiere a la contratación (estoy pensando como rector) se define, en parte, por lo marginal, por lo que es se puede conseguir con profesores por horas y adjun- imposible, por lo grandioso y revolucionario, ya sea tos de la facultad. Y ya que muchos alumnos quieren en el buen o en mal sentido. hacer su carrera universitaria en escritura creativa, las

Si todas las casa en la calle fueran grises, nunca sa- universidades que ofrecen tales programas pueden bríamos si el gris es un color mejor que el lavanda. tener muchos ingresos por colegiatura manteniendo,

Necesitamos, en un entorno de talleres, estar al mismo tiempo, los costos bastante bajos. Como atentos a la propia estructura de los talleres. Nece- inversión corporativa, la escritura creativa parece ser sitamos preguntar en los talleres donde está exacta- bastante buena.

mente el punto ciego de los talleres y tenemos que Columbia ha tratado así su programa de escritura, estar alerta ante la posibilidad de que ciertos modos con altas y bajas, durante décadas. Una mesa rectora

de leer literatura son bastante diferentes a como lee- corporativa es evidente en los niveles más altos de la mos en los talleres. Universidad de Columbia y su ética permea los de-

Por ejemplo: en general leemos solos. En gene- partamentos hacia abajo. Unificar, simplificar, evitar ral, el lazo entre el lector y el escritor es un lazo entre la complejidad, evitar la ambigüedad, evitar la hete- dos personas y es, por lo tanto, un lazo íntimo. En rogeneidad: esos son las ideas de tal filosofía.

general, un cuento se lee como uno escucha a un ami- Ahora, una vez que el público comienza a experi- go susurrar. Un cuento no se lee como uno escucha mentarse a sí mismo como una comunidad con poder, una conferencia o una presentación de Power Point. empieza a hacerse preguntas sobre los cuentos. Estoy Cuando escuchas a alguien susurrar, lo aceptas bajo seguro que preguntas semejantes sobre poemas y ensa- ciertas asunciones previas, las de un intercambio ín- yos se hacen en los talleres todos los días, pero tengo timo, y esas están en el frente de nuestra conciencia menos experiencia en esos géneros. Discúlpenme si lectora cuando no estamos escribiendo comentarios me limito al tipo de preguntas que son lugar común al margen para después compartirlos. en el taller contemporáneo de ficción.

Por ejemplo, un buen modo de leer en un taller Es lo que ahora me ronda la cabeza. Hay muchas sería leer como si fueras a creer lo que dice la historia otras preguntas que pueden imaginarse. Hasta el gra- sin importar la idiosincrasia más que pensar que no do en que el estudiante espera estas preguntas o hasta vas a creértela.

¿Qué pasaría si entendiéramos el taller no como algo limpio y organizadísimo sino enorme, imprede- cible y sin saber qué pasará? ¿Qué pasaría si las larguí- simas discusiones sobre metafísica alemana pudieran convivir con discusiones sobre el estilo de Flannery O’Connor? ¿Qué pasaría si la peor historia del se- mestre fuera sujeto de un ejercicio de análisis de sus frases? ¿Qué pasaría si alguien no llevara una historia en tres semanas y se la pasara hablando del peor mu- chacho que conoció en la infancia o del peor trabajo que tuvo? ¿Qué pasaría si todo lo que hicieras en clase fueran tareas? ¿Qué si escribieras una sola frase duran- te todo el semestre? ¿Qué si todo el mundo tuviera la oportunidad de ser el instructor y el alumno?

Entonces, creo, llegaríamos a algún sitio.H C

Rick Moody nació en Nueva York en 1961. El artículo que publicamos apareció por primera vez en el número especial de ficción 2005 de la revista Atlantic Monthly.

El arte de ser. La autobiografía en la edad del narcisismo

William Gass

Traducción de René López Villamar pero para aquellos para quienes mi sonrisa es tan se- ductoramente expuesta, las comisuras de los labios, ligeramente inclinadas, expresan desesperación, dis-

E Si la estrella es más importante que el dad salvo la nuestra y debemos inferir el contenido

l ensimismamiento, según nos dicen, gusto o desdén -y quién sabe cuántas otras emociones es la preocupación principal de nues- inesperadas- e invariablemente, cuando estoy lloran- tra época. Es una actividad extraña. Me do, aunque pueda defender mi felicidad en nombre imagino una mancha de tinta absor-

de Dios como William Jennings Bryan, mis lágrimas biéndose a sí misma y desapareciendo me señalarán como un mentiroso en cuanto concierne lentamente como el gato de Cheshire.

a los mirones; porque no creemos en otra sensibili-

equipo, si el clan es más importante para nuestros

de otra mente a partir de las sensaciones que llegan a intereses que la comunidad, si las mayorías deben de la nuestra: de una plática escuchada por casualidad, volverse mayorías y las sectas son las únicas poseedo- sus lamentos, gruñidos y bufidos; de un cuerpo, su ras de lo sagrado, entonces quizá deberíamos aceptar postura y su corpulencia; de la forma de andar, el la pluralidad excesiva que nuestro egoísmo sugiere e contoneo; de un rostro, sus señales. ¿No relaciona- interpretar nuestro papel ante un teatro vacío.

mos acaso al gemido con nuestro propio dolor, a la ¿Pero qué hacemos si lo que queremos es que el piel erizada del otro con nuestra ansiedad, al guiño mundo nos observe? Mira, mamá, estoy respirando. furtivo con nuestras propias conjuras? Mírame hacer mis primeros pinitos, usar la bacinica,

Es mucho más sencillo, dicen algunos, permitir arañar a mi hermanita; jugar a la botella. ¡Diablos, es que nuestro comportamiento hable por sí mismo. la primera vez que cometo adulterio! ¡Qué gran tipo! Una historia es algo que observamos por sus acciones, Eso de seguro amerita una marca conmemorativa en y sólo las acciones tienen consecuencias públicas. Los la supercarretera de mi propia vida. Así que ahora estados internos ni siquiera cuentan como evidencia, escribo mi emocionante historia. Existe, sin embar- pues el dolor puede ser imaginado o mal expresado, el go, un problema. ¿Qué tipo de persona mostraré ser lamento puede ser fingido; es mejor ver dónde se ha ante los ojos del otro o en la cruel plaza pública de roto el hueso o el diente se ha podrido (John Dewey la palabra escrita?

arguyó alguna vez que un dolor de muelas no era evi- La capacidad de vernos a nosotros mismos como dencia suficiente de que algo anda mal) y si prometo nos ven los demás se confiere sólo a esos observado- entregarle a otro todo mi amor, sería sabio de parte res imparciales que llegan por correo desde Francia. del afortunado receptor esperar y sopesar en qué le Incluso el espejo sólo presenta ante mis ojos lo que ayuda el amor ofrecido y estimar cuánto le costará permito que se refleje. No puedo verlo todo a mi al- su cuidado. rededor; en ninguna parte donde camine o me de-

Los sentimientos no valen un peso por docena, tenga o si hago un giro súbito para mirar mi espalda pero un kilo de huevo cuesta trece. ¿Cuáles crees que por sorpresa. Es como si estuviera dormido en aque-

de verdad pongan pollitos en el corral? Sí, como Aris- llas partes de mí que desaparecen en el rabillo de mis tóteles dijo, el Bien es aquello que un hombre bueno ojos. Tampoco la fealdad de mis pies torcidos resul- hace. ¿Acaso el geólogo necesita conocer los senti- ta evidente en ninguna otra parte de mi piel, donde mientos de una roca para conocer su pasado? ¿Acaso sólo yo puedo sentir la espléndida forma en que se el botánico interroga a las plantas? ¿Acaso el zoólogo encuentran. Creo que tengo una sonrisa seductora, nota el sufrimiento de las ranas cuando les abre las de verdad pongan pollitos en el corral? Sí, como Aris- llas partes de mí que desaparecen en el rabillo de mis tóteles dijo, el Bien es aquello que un hombre bueno ojos. Tampoco la fealdad de mis pies torcidos resul- hace. ¿Acaso el geólogo necesita conocer los senti- ta evidente en ninguna otra parte de mi piel, donde mientos de una roca para conocer su pasado? ¿Acaso sólo yo puedo sentir la espléndida forma en que se el botánico interroga a las plantas? ¿Acaso el zoólogo encuentran. Creo que tengo una sonrisa seductora, nota el sufrimiento de las ranas cuando les abre las

cual declamamos el monólogo monótono de nues- tras vidas, siempre gobernado por nuestras mareas,

L gún significado para la historia en su totali- pasando? Las biografías a veces se escriben con ayuda

a biografía, la escritura de una vida, es una insinuaciones, motivos, compromisos, por nuestras rama de la historia. Requiere de un gran tentaciones, secretos, penas y por el orgullo. esfuerzo y, por tanto, cuando se realiza ese

La autobiografía es una vida que se escribe a sí esfuerzo, se espera que el sujeto tenga al- misma. ¿Cómo si ya hubiese terminado? ¿Cómo va

dad. Sin embargo, excepto por la enciclopedia de los del biografiado y estas, por tanto, también tienen un muertos, tal y como la imaginó Danilo Kiš, donde final abierto, incompleto, pues la muerte es la que todos los obituarios ya se han escrito o están en me- normalmente sirve de resumen, las campanas doblan ticulosa construcción, la mayoría de la humanidad por la historia bajo la cual será enterrado el occiso, se encuentra en tumbas que nadie visita y no han con la creencia de que él o ella resucitará el día de la dejado tras de sí nada de su antigua existencia salvo publicación, todos los hechos antiguos transforma- una marca borrosa en una piedra, justo como escri- dos en páginas, cada rasgo una hábil descripción, bió George Eliot. La futilidad es la emoción reinante toda cualidad del personaje una anécdota, la mente en los velorios.

resumida en una frase ingeniosa, la historia del héroe Los asesinos del César no lo acuchillaron con sus o de la heroína que se va, no al cielo, sino al anaquel almas. En el Hades, sus sombras no están manchadas

de la librería.

con la sangre de su víctima. Esa sangre cubrió y tiñó Si pasamos rápidamente de un lado de esta ins- sólo sus armas.

tancia hacia su negación -de la idea de que sólo yo La biografía, la escritura de una vida, es una rama puedo conocerme a mi mismo a la idea de que sólo

de la historia, pero una rama rota, quizás arrancada otro puede verme como en realidad soy- nos conven- sin piedad desde el tallo, en el momento en que Mon- ceremos con facilidad de que ni el auto conocimiento tesquieu dirigió la mirada del historiador hacía temas ni ninguna otra forma de conocimiento es posible y, más vastos y hacía los aspectos sociales que, según ya convencidos, nos derrumbaremos aturdidos so- creía, eran la raíz de los rasgos del individuo.

bre el piso. Por supuesto, si permitimos que ambas Sin embargo, si tengo un dolor de muelas, es ante posiciones se confronten y observamos cómo ambos todo mi propio dolor, aunque tu estés mejor infor- tipos de información se complementan y tienen el mado sobre la inflamación; si mi corazón duele, ese mismo valor, podríamos concluir que para tener toda dolor es único, aunque su pesadez no haga inclinarse la historia, tanto la visión externa como la interna son siquiera ligeramente a la balanza; si tengo miedo, no necesarias. Esa era la solución de Spinoza. Suele ser puedo decir fácilmente que compartes mi miedo o buena idea hacerle caso a lo que Spinoza dice. entiendes mis sentimientos, pues, ¿cómo puedo sa-

¿Cómo comienza una autobiografía? Con la me- ber cuáles son tus sentimientos? ¿No es ésta nuestra moria. Y la consecuente división del ser en aquello amarga queja? ¿No es así como rechazamos a la com- que fuimos y aquellos que somos. Aquello que somos pasión -un dulce rancio en un plato aún más rancio? tiene la ventaja de haber sido alguna vez aquello que Para alcanzar nuestra muerte hay mil formas pareci- fuimos. Aquello que fuimos está, además, a merced das, científicamente parecidas, pero en el interior de del ser presente, pues puede no querer recordar su ese apagarse de los sentidos hay un enorme temor pasado, o puede desear que aquello que fuimos fuese que no pertenece a nadie salvo a nosotros; un temor distinto de como en realidad fue, y en consecuencia enorme como el encuentro con una rata, tan gordo alterar su descripción, puesto que aquello que somos como un ídolo oriental, barbudo como un antiguo es quien escribe la historia y tiene ventaja. Cada mo- guerrero nórdico, pero tan difuso e inútil como una mento un fragmento del ser se desliza hacia el pasado, pelusa. No podemos hacer historia con eso.

desde donde sólo se recordará parcialmente, si acaso; El conocimiento tiene dos polos, que siempre con distorsiones, si acaso; y después será deformado son opuestos: el conocimiento carnal, como la im- aún más, con omisiones más graves y giros inespera- posición de manos, el analizar un asunto por la cola dos provocados por la pluma, de forma que su texto o por el rabo, las medidas de masa y movimiento, la será leído más tarde de forma inexacta, sistemática- desde donde sólo se recordará parcialmente, si acaso; El conocimiento tiene dos polos, que siempre con distorsiones, si acaso; y después será deformado son opuestos: el conocimiento carnal, como la im- aún más, con omisiones más graves y giros inespera- posición de manos, el analizar un asunto por la cola dos provocados por la pluma, de forma que su texto o por el rabo, las medidas de masa y movimiento, la será leído más tarde de forma inexacta, sistemática-

El autobiógrafo piensa que conoce al sujeto de su obra y por tanto no necesita crear un calendario del tipo que el biógrafo se ve obligado a compilar para poder presumir que sabe todo lo que su sujeto hizo cada día de su vida incluyendo el jardín de niños y su primera pelea. El autobiógrafo tratará los docu- mentos con menos respeto del que debería y cierta- mente no se investigará a sí mismo como si hubiera cometido un crimen y debiese ser capturado y con- denado; en cambio, se sentirá complacido al saber que ha preparado su defensa con antelación, porque entiende que todos los sujetos del biógrafo terminan tras las rejas. No. Él pensará que ha llevado una vida tan importante que es digna de alabanzas, y se cree lo suficientemente hábil en las presentaciones como para mostrarse correctamente. Ciertamente no co- menzará su tarea pensando que ha llevado una vida fallida y ahora agrandará ese fallo. No será así, por supuesto, a menos que haya dinero de por medio y la gente pagará para husmear en sus errores justo como pagan para ver al hermafrodita en el circo —las mu- jeres a la izquierda, si son tan amables, los caballeros

a la derecha, muchas gracias, todo tras una pudorosa capa de tela. Un autobiógrafo honesto es un milagro tan grande como tener dos sexos y ambos son fenó- menos de la naturaleza.

El autobiógrafo tiende a ser parcial, a saltarse las partes aburridas y rodear los baches penosos. Los au- tobiógrafos se sonrojan antes de revisar su asiento de baño. ¿Existirá algún motivo para la empresa que no esté manchado por la presunción o por un deseo de venganza o por un deseo de justificarse? ¿Para poner un halo sobre la cabeza del pecador? ¿Para inflar un ego más allá de lo razonable? ¿Quién es lo suficien- temente engreído como para encontrar diversión o una lección importante en sus antiguos errores? ¿O aspirar a ser un ejemplo para que los jóvenes lo sigan justo como los pájaros idiotas siguen a los normales en el vuelo? Haber escrito una autobiografía es trans- formarte en un monstruo. Algunos, como Rousseau y San Agustín aprovechan esto para esconder tras la confesión el engaño. Por supuesto, como ha dicho Freud, siempre confiesan lo que en su alma están convencidos es su menor crimen.

Es muy común, en nuestra segunda infancia, re- cordar la primera. Nostalgia y pesar, lástima de uno

mismo y viejas cuentas sin saldar compiten en nues- tro interior para saltar bajo los reflectores y energizar cada escena. ¿Por qué es tan interesante decir, ahora que todos lo saben, “yo nací… yo nací… yo nací”? “Me cagué en los pantalones, fui traicionado, siem- pre saqué diez”. Los cronistas de la niñez son casi siempre deterministas sin esperanza. Sus personajes crecieron de cierta forma; es posible explicar cierto defecto actual por causa de esta herida o aquel gol- pe. Y qué tan común es que tanta modestia onanista termine por agotar al autor o hace que se aburra de su propio pasado y abandone los años posteriores. En ocasiones, el destino corta el hilo, y el autobiógrafo muere en su lecho de amor, todavía montado en la silla de su ego.

Ya que se considera mala idea escribir tu vida hasta que estés en la tumba y se empiecen a asomar los huesos, puedes elegir adelantarte, como lo hizo Joyce Maynard al escribir su crónica sobre lo que fue crecer en los años sesenta, en Looking Back, cuando tenía dieciocho. ¿Y por qué no hacerlo? Nuestros cri- minales son en su mayoría chiquillos; los chiquillos son el pedazo más grande de nuestros clientes, los más ingenuos, los más fáciles de convencer; y mucha

de nuestra cultura es controlada, consumida y hecha para chiquillos de trece años. Willie Morris, al cum- plir los treinta y dos años que representan “la mitad

de su vida” de acuerdo a la solapa de su libro, esboza en North Toward Home una imagen del Sur “que no podría ser llamada hermosa”.

Muchas vidas son tan carentes de interés que el sujeto debe primero realizar alguna proeza como na- vegar alrededor del mundo o trepar una peligrosa montaña para elevarse de la existencia trivial y sólo entonces, después de haberse inventado una vida, puede escribir sobre ella. Es como si Satanás fuese