De la sociedad de control y el noo-poder al régimen farmacopornográfico.

2.1.1.Industria Psi. Uno de los mecanismos por los cuales se puede apreciar la administración de la sociedad civil para fomentar el mercado sin intervenirlo directamente Foucault, 2007b corresponde a un fenómeno que es contrario a las nociones clásicas de la sociología de la dominación, en donde las formas de capital se analizan en el contexto de terrenos competitivos y fríos del cálculo empresarial, en otras palabras, es posible identificar la salud mental y el bienestar psicológico como un foco de intervención o mercancía en circulación que emerge como tal luego de la Segunda Guerra Mundial Illouz, 2007; Papalini, 2014. En efecto, desde mediados del siglo XX hasta la actualidad ha existido una tendencia por psicologizar las problemáticas sociales, proceso que es analizado por McLaughlin 2010, quien propone tratar al campo psi como una industria en el sentido de que se ve en la necesidad de expandirse a nuevos mercados para sobrevivir, lo que produce nuevos problemas y “desordenes” que necesitan de intervención terapéutica. No obstante, esta tendencia no se queda encerrada en los círculos académicos, sino que permean los medios de comunicación y la cultura Papalini, 2014. La industria psi históricamente se ha valido del registro aparentemente neutral que propician las tecnologías tales como la cámara fotográfica de Charcot Didi-Huberman, 2007, el registro cinematográfico de Bolwby Calquín, 2016, el air crib de Skinner y el laboratorio de Gesell Figueroa, 2013; para crear una serie de conceptos y objetos que se desplegarán en una economía política Calquín, 2015. En esta misma línea Castro 2014 recuerda que Foucault analiza el poder psiquiátrico a partir de la célebre escena de Pinel liberando las cadenas de los locos para introducirlos al orden disciplinar al alero del sistema asilar. Así es como Castel 2009 sitúa a partir de Pinel el nacimiento de una medicina social que basa su tratamiento en la moralidad de los alienados como base de la enfermedad mental, de tal forma que se desarrolla un sistema bien dispuesto que comienza con sintomatologías en tanto conductas consideradas como socialmente incorrectas, siendo estos espacios de desorden social que deben ser neutralizados por el miedo al contagio. A su vez, se explicaría por una preponderancia de causas morales que quebrantarían al sujeto, siendo la única alternativa de cura el tratamiento moral por medio del sistema asilar. De tal forma que la industria psi ha servido históricamente como mecanismo para intervenir en la sociedad civil y fomentar el mercado, hecho que también formó parte de la historia Latinoamericana Ernst, 2015 y que tuvo un arraigo especial durante la última dictadura cívico-militar en Chile Vergara, 2014. No obstante, siguiente a Castro 2014, sabe preguntarse por cómo funciona al alero del último pensamiento de Foucault con respecto a la emergencia de un nuevo modelo de sociedad, un régimen que es posible conceptualizar como sociedad de control Deleuze, 2006; 2012.

2.2. De la sociedad de control y el noo-poder al régimen farmacopornográfico.

Producto del surgimiento de las tecnologías de la comunicación luego de la Segunda Guerra Mundial emerge un nuevo modelo de sociedad. Comunicar es propagar y transmitir información, e informar es hacer circular una orden, la información es el sistema de control, base de la sociedad de control y su 13 modelo de la autopista: es un lugar de circulación a alta velocidad, de libertades de movimiento dentro de lo establecido y de lo cual se tenga acceso, no hay encierro pero hay control Deleuze, 2012. Sus dispositivos son digitales asociados a la venta de servicios y ya no a la producción, una competencia permanente entre sujetos que vuelve al marketing el alma del capitalismo Deleuze, 2006. Algunas lecturas de las propuestas de Deleuze han ido en la línea de noo-poder – “noos, o noûs, designa en Aristóteles la parte más alta del alma, el intelecto, y, por otro lado, también es el nombre de un proveedor de acceso a Internet” Pincheira, 2010, p. 156 – haciendo referencia a la gestión de la vida que pretende el control de los cerebros, la memoria y la potencialidad virtual Lazzarato, 2006; Yáñez, 2015. Frente a estas lecturas Preciado 2008 plantea que se han quedado en la información, la cultura y las relaciones sociales, deteniendo sus análisis en la “descripción de estas nuevas formas de producción cuando llegan a la cintura” p.35 obviando que la sexualidad es uno de los lugares donde se ejerce de manera privilegiada los más temibles poderes del discurso Foucault, 1992; 2007a. De tal forma que Preciado 2008 realizará una re-lectura de la sociedad de control denominándola como sociedad farmacopornográfica en donde se articulan todo un conjunto de nuevos dispositivos microprostéticos-pornográficos de control de la subjetividad. Un régimen postindustrial –o postfordista– de gobierno biomolecular –fármaco– y semiótico-técnico –porno– de los cuales la píldora anticonceptiva y Playboy son paradigmas. En términos históricos, la base de esta reflexión se encuentra en las transformaciones posteriores a la Segunda Guerra Mundial –la era nuclear de la Guerra Fría– en donde se hablará de las industrias bioquímica, electrónica, informática o de la comunicación como nuevos soportes del capitalismo 6 . De tal forma que 3 serán las industrias líderes de este capitalismo postfordista, la industria de la guerra, la industria farmacéutica –que involucra la extensión científico-médico y la cosmetología, o bien el tráfico de drogas ilegales –, y la industria pornográfica en tanto sistema mediático de transmisión de información Preciado, 2008. Siguiendo a Preciado 2008, es posible indicar que el auge de este nuevo conjunto de tecnologías postindustriales tiene lugar gracias al desarrollo de métodos prostéticos para los veteranos de guerra. En otras palabras, no se puede pensar el desarrollo de la era farmacopornográfica sin el nacimiento de una nueva corporalidad –y subjetividad– dentro de lo que se puede llamar la muerte del humano 7 y el nacimiento del cyborg que anuncia Haraway 1995. Se habla de un cuerpo que naciente entre el militarismo y el capitalismo, de la indistinción entre humanos, animales y máquinas, y entre lo físico y lo 6 La secuencia de hechos podría resumirse de la siguiente manera: la primera píldora antibaby [1946], la comercialización de la molécula de metadona por los laboratorios Eli Lilly, la creación del concepto gender por el psiquiatra John Money y el primer lifting facial [1947]; la creación de PlayBoy por parte de Hugh Hefner [1953], la primera faloplastía [1958], la invención de los primeros antidepresores [1966], se crea el programa de investigación militar conocido como arpanet, la primera red de redes, que más tarde derivará en la internet [1969]; creación de la película pornográfica más vista de todos los tiempos con apoyo de la mafia de EEUU, Deap Throat [1972]; entre otros Preciado, 2008. 7 En su libro Las palabras y las cosas, Foucault 1968 traza las condiciones históricas que posibilitaron la emergencia del sujeto-humano: el cruce del discurso de la biología, la economía y la lingüística, un sujeto que está vivo, que trabaja y habla. Sin embargo, en el mismo texto, siguiendo a Nietzche y la muerte de Dios, declara la muerte del sujeto-humano: “el hombre [sic] es una invención cuya fecha reciente muestra con toda facilidad la arqueología de nuestro pensamiento. Y quizás también su próximo fin.” p. 375. Es a partir de allí que se puede argumentar en favor de un nuevo sujeto, un hibrido o una quimera, producto del cruce de la carne y las tecnologías de la comunicación, emerge el sujeto-cyborg Haraway, 1995. 14 no-físico; emerge como un sueño de la ciencia ficción hacia la política de los cuerpos, de lo biológico a lo biótico: como máquina de la comunicación; como prótesis, componente y parte amigable del sujeto. Así, el cuerpo farmacopornográfico no es ni organismo ni una máquina, es en realidad una entidad tecno-viva multiconectada, ya sea a la prótesis de extremidad o al implante de silicona, a la máquina fotográfica, al radiotransmisor, al televisor, al teléfono, al internet, a las nuevas herramientas de la biotecnología, etc. El cuerpo y la subjetividad se vuelven maleables gracias a un nuevo conjunto de tecnologías de producción, se está frente a un control-pop o control caliente, que dista del cálculo frio del régimen disciplinario Preciado, 2008. Por lo cual, se puede hablar de un primer elemento en esta nueva administración de los cuerpos, el farmacopoder. No centrado exclusivamente en la industria farmacológica, sino que también médica, prostética y estética; considera al cuerpo como un sistema de comunicación que actúa a distancia, gracias a la invención de la hormona. Es decir, es la aplicación de una media theory o teoría de la comunicación al cuerpo, que lo constituye como un efecto semiótico-técnico, hace del tecno-cuerpo un instrumento, soporte y efecto de un programa político. El panóptico ha pasado a ser comestible en forma de píldora y a volverse uno con la totalidad biológica –biodrag Yáñez-Urbina, 2015a. El cuerpo ahora maleable gracias a las tecnologías micro-prostéticas supera la gestión biopolítica deviniendo farmacopornográfico Preciado, 2008. El segundo elemento que compone el régimen farmacopornográfico es el pornopoder, entendido como un dispositivo virtual masturbatorio, desde lo cual es necesario advertir que no se reduce simplemente al audiovisual, también es literario y cibernético. Su funcionamiento se basa en el devenir público de lo íntimo, transformado en espectáculo comercializable y digitalizable que genera millones de descargar y hace fluir el capital por las redes Preciado, 2008. Aquí se vuelve menester inspeccionar la dinámica entre lo público y lo privado. En una genealogía del yo moderno, Leonor Arfuch 2007 llega a las confesiones de Rouseau, en tanto diario íntimo, como una de las narraciones que dieron inicio a la distinción público-privado. A partir de allí comienzan a proliferar los relatos autobiográficos como un medio material para dar cuenta de la afectividad de sus autores. Instaurándose, así, la paradoja que rige la dicotomía, pues para existir lo íntimo amerita de lo público, o mejor dicho ser públicado. La producción de este nuevo espacio interior-subjetivo también tuvo efectos sobre los diseños arquitectónicos, de tal forma que no devienen en un dualismo de cuerpo-alma, más bien es necesario pensar en la dimensión material –tal como lo plantea Preciado en conversaciones con Jaque Acebedo, 2014– como la inscripción –productora y re-productora– de la dimensión subjetiva, como un mecanismo de producción de la subjetividad, frente a lo cual se vuelven indisociables el uno del otro. De tal forma que al estar la existencia de lo privado ligado a su publicación – materialidad – es posible hablar de esta dicotomía como un efecto de discurso, no existe fuera de un determinado proceso socio- histórico. Público y privado son mutuamente constituyentes y no excluyentes. Por lo tanto, Arfuch 2007 explica que no es necesario preguntarse por la existencia de ambos espacios, mucho menos por sus límites; más bien hay que enfocarse en su dinámica, en las transformaciones y los saltos. En el actual mundo neoliberal, donde el ojo voyeur ya no pasa por el cerrojo de las puertas, sino que por la pantalla global creada por las tecnología, el movimiento entre los espacios es más veloz que nunca, pudiéndose 15 encontrar en ambos a la vez. Ya no es un binomio público-privado, más bien se puede hablar de una multiplicidad de espacios públicos y privados yuxtapuestos y coexistentes o, siguiendo a Preciado 2008, espacios pornográficos. Tal transformación es efecto de lo que Roig 2014 explica desde el concepto de ciudad aumentada, en donde se añade la dimensión tecnológica a la relación, ya no solo materialidad y subjetividad, sino que se le suma la über-materialidad 8 que tensiona la distinción público privado. Temática que ha sido abordada por Peliowski 2014 al examinar la nueva dinámica a partir de las tecnologías de fotografía satelital y los mapas street view que han comenzado a funcionar dentro de los espacios privados. Asimismo Figueroa 2013 analiza los dispositivos tecno-psicológicos y concluye que cuerpo y tecnología nunca han estado más cerca, en donde el segundo ya no es herramienta, sino que prótesis que cambia la forma en la cual el sujeto se comunica. En otras palabras, se está frente al cyborg de Haraway 1995 en un fenómeno de publicación de la intimidad Preciado, 2008. Por otro lado, la pornografía tiene la capacidad de estimular con independencia de la voluntad del espectador, reduciendo su cuerpo a un receptáculo de estímulos; mientras que a la vez le otorga el control del placer de los actoresinterpretes, siendo estos desubjetivizados por un observador omnipotente. Dicha paradoja lleva por nombre pornete ipsum y hace referencia a la ilusión de irrumpir en lo real puro, en lo que ocurre en lo más íntimo, en su aparente neutralidad de mostrar las cosas como realmente son que lo constituye como un dispositivo de verdad; una verdad que no es concedida por ser el punto cero de la expresión intima, sino porque revela que es una sexualidad construida por medio de la performance Preciado, 2008. Además, es menester entender la pornografía como paradigma cultural sobre el cual puede ser analizada cualquier otra producción comunicativa. Es paradigma no porque se encuentre presente en todos los medios, sino porque es el modelo que siguen otras producciones en su diseño y constitución, por lo que define una forma de producción y de consumo en la cual las tecnologías son una extensión del propio cuerpo –devenido tecno-cuerpo. El mecanismo por el cual se hace modelo a seguir consiste en el circuito excitación-frustración- excitación Preciado, 2008, el cual cumple las mismas características descriptas por Bauman 2007 con respecto a la economía del engaño, en donde la promesa de felicidad radica en un aumento constante de los deseos en el aquí y ahora, los cuales a la larga no pueden ser satisfechos por los objetos, ante lo cual lo anticuado debe ser eliminado y reemplazado por una versión actualizada que prometa la satisfacción. En otras palabras, corresponde a una máquina que se encarga de la producción del deseo 9 , prometiendo una satisfacción que nunca llega, impidiendo la detención del consumo Yáñez-Urbina, 2015a. 8 En relación al devenir porno del trabajo, Preciado 2008, hace referencia que no es ni cognitivo, ni inmaterial y mucho menos biopolítico –haciendo referencia a la relación inmaterial con el cuerpo. Más bien el trabajo y las producciones farmacopornográficas son über-materiales o supra-materiales, pues su consistencia es biológica, molecular, al mismo tiempo carnal, numérica, sináptica y digital. 9 Desde la concepción de Deleuze y Guattari 1998 el deseo no es referente a una falta, sino que el deseo –la maquina deseante– se mantiene en un flujo y corte constante en relación a las máquinas sociales. En este escenario la maquina social se encarga de administrar los cortes y los flujos para administrar el deseo, pues la dominación sobre los cuerpos se lleva a cabo por medio de la dominación de los deseos, elemento que toman de los análisis de Reich. 16 Como efecto se tiene lo que Preciado 2008 conceptualiza como principio Weber-Hilton. Entendiendo que el ascenso del capitalismo fue debido a una ética de vida; en tal sentido la ética actual no es hedonista, sino que es una ética post-cristiana-liberal-punk cuyo principio se basa en la reproducción del circuito excitación-frustración-excitación hasta la destrucción del ecosistema. En este escenario, es Paris Hilton el paradigma del sujeto que recupera su cuerpo y sexualidad como valor último de capital en el mercado, inspiración actual de toda forma de trabajo y de producción de capital. Es posible entender esta ética bajo la formulación que hace Berardi 2007 con respecto a la hiperexpresividad, una nueva forma de subjetivar producto del cruce entre el discurso neoliberal ligado al just do it y la accesibilidad a las tecnologías de la comunicación. Se produce un sujeto que se rinde frente al objeto por su incapacidad de simbolizar producto de la gran cantidad de información a la cual es expuesto en el mundo actual; de tal forma que busca una satisfacción total e instantánea por fuera de todo intercambio social o vínculo con otro. Así, las exigencias yoicas que recaen sobre el sujeto son insoportables generando una nueva forma de mal-estar que lo lleva a buscar de forma compulsiva aquello que satisfaga su deseo. La constante disponibilidad de objetos lo saturan más que liberarlo en lo que Bilbao 2014 conceptualiza como un mall-estar del exceso. Finalmente, se entiende que el fin del mercado farmacopornográfico es la explotación del potentia gaudendi o capacidad orgásmica total de un cuerpo, sin importar su género, sexo, raza, especie, si está vivo o muerto. En otras palabras, las materias primas del proceso productivo de esta hipermodernidad punk son la excitación, la erección, la eyaculación, el placer, etc. Preciado, 2008. 2.2.1.Pornotopía, un contra-espacio sexual. Uno de los dispositivos farmacopornográficos que es analizado por Preciado 2010 es la arquitectura Playboy durante la Guerra Fría. Su estudio toma como punto de referencia el proceso de privatización de la vida estadounidense, en donde las clases medias se replegaban en sus interiores domésticos en base a una ideología de la felicidad basada en el consumo; no obstante este proceso se encuentra con el esfuerzo de Hefner por reformular el espacio interior, dando paso a un régimen público y doméstico. El centro de estas transformaciones corresponde a la Mansión Playboy, en donde el ojo logra atravesar las paredes y ver lo que ocurre en su interior. Sin embargo, esta hazaña no se lleva a cabo por medio de paredes de cristal, sino que gracias a que es una arquitectura multiconectada, constantemente filmada y proyectada; son las cámaras ubicadas en su interior son las responsables del régimen visual que acecha la infraestructura Preciado, 2010. Así, Preciado 2010 analiza el conglomerado mediático por medio del concepto pornotopía, defiéndela en un primer momento como una heterotopía sexual propia de las sociedades postindustriales. El concepto de heterotopía es empleado por primera vez en el texto de Foucault 1968 Las palabras y las cosas haciendo referencia a un espacio que inquieta porque mina el lenguaje, rompe los nombres comunes y los enmaraña, desafían toda posibilidad de los discursos. Posteriormente, se habla de las heterotopías como unas utopías localizadas, contra-espacios distintos a todos los otros, pues yuxtapone 17 diferentes espacios incompatibles, son lugares de tránsito y provisorios, finalmente son zonas donde se suspende toda norma moral que afecta otros espacios 10 Foucault, 2010. Por lo que la pornotopía, en tanto heterotopía sexual, tiene la capacidad de alterar las convenciones entre espacio sexualidad, placer y tecnología, produciendo a un sujeto –una subjetividad– como derivado de dicha operación 11 . En otras palabras, es una topografía sexual de la ciudad que modifica los modos normativos de codificar el cuerpo y la producción de placer. Sin embargo, deben ser entendidas de forma paradojal, pues no son espacios de libertad sino que lugares compuestos por citas fragmentarias y usos desviados de recintos disciplinarios sobre los cuales hayan sido sometidos sus diseñadores, tal como es el caso del Marques de Sade Preciado, 2010. Asimismo, Preciado 2010 indica que las pornotopías no se crean ni se destruyen, en el sentido de que emergen en contextos socio-históricos activando metáforas, lugares y relaciones económicas preexistentes, pero singularizadas por tecnologías del cuerpo y de la representación [sic] que van mutando. De tal forma que las pornotopías actuales producen placer por medio de la materialización del poder en vigilancia mediática y la reclusión doméstica, dispositivos que además se encargan de la extracción de saber. De tal forma que deviene laboratorio mediático.

3. La chacotera post-última-dictadura