Re-priorización del gasto público
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específico debe ser evaluado de forma imparcial de acuerdo con varios factores, como ser: i cobertura beneficiarios y beneficios; ii costo total en porcentaje del PIB, gasto
público y por sector; iii costos administrativos como porcentaje del costo total y cómo se comparan con otros programas -por ejemplo, los procesos de elegibilidad para
focalizar la asistencia social son generalmente costosos; iv beneficios sociales de largo plazo y externalidades positivas, y v costo de oportunidad cómo se compara esta
políticaprograma con otras alternativas. Realizar asignaciones sectoriales más eficientes también involucra fortalecer la supervisión e inspección, así como reducir la corrupción.
—
Lucha contra la corrupción
. La corrupción puede ser también una fuente importante de espacio fiscal para el desarrollo socio-económico, estimado en más del 5 por ciento del
PIB global 2.6 billones ; la Unión Africana estima que los estados Africanos pierden
por corrupción el 25 por ciento del PIB cada año, equivalente a 148,000 millones; pero el problema es generalizado a nivel mundial, incluyendo a los países de ingreso alto
— por ejemplo, los programas de salud Medicare y Medicaid de Estados Unidos estiman
pérdidas entre el 5 por ciento y el 10 por ciento de su presupuesto anual a causa de la corrupción OCDE 2014a. A pesar de algunos esfuerzos por recuperar activos robados
por funcionarios corruptos y trasladados a cuentas en jurisdicciones de baja imposición fiscal paraísos fiscales, sólo alrededor de 420 millones han sido recuperados Grey et
al 2014. El fortalecimiento de la transparencia y prácticas de buena gobernanza, así como la lucha contra los flujos financieros ilícitos véase más adelante puede incrementar la
disponibilidad de recursos para el desarrollo social y económico
2
. Las instituciones financieras internacionales, como el FMI, recomiendan
frecuentemente la reducción de ineficiencias como estrategia porque evita las tensiones políticas. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que las reformas en el gasto público toman
tiempo para mostrar avances y es poco probable que arrojen significativos recursos de inmediato. Si bien la re-priorización del gasto del sector público puede ser un buen punto de
inicio para expandir el espacio fiscal, también deben examinarse otras opciones.
Recuadro 2 Tailandia: Reasignación del gasto militar hacia la protección social universal
La crisis financiera Asiática de 1997 afectó severamente a la economía y sociedad tailandesa. Con respaldo de la Constitución de 1997, la sociedad civil demandó atender las abandonadas políticas sociales,
llevando al gobierno a adoptar el Esquema de Cuidado de la Salud Universal en 2001. Dado que aproximadamente una tercera parte de la población estaba excluida de la cobertura de salud en ese momento
— perteneciendo la mayoría al sector agricultor informal sin un ingreso regular — no era posible alcanzar una cobertura universal solamente a través de regímenes contributivos, se necesitaba apoyo presupuestario. La
mayoría de las mejoras en la salud pública fueron financiadas a través de reducciones en los gastos de defensa de una proporción cerca del 25 por ciento del gasto total en 1970 al 15 por ciento durante la década del 2000
y mediante un servicio de deuda más bajo. El gobierno incluyó el Esquema de Cuidado de la Salud Universal como parte de un plan de estímulo fiscal más general, otras medidas incrementaron la cantidad de dinero en el
bolsillo de personas con mayor propensión al gasto, incluyendo la ceración del Banco del Pueblo, una moratoria de deuda para agricultores y un fondo comunitario.
F
uente: Duran-Valverde y Pacheco 2012.
Léase en este documento como dólar estadounidense.
2
Estrategias específicas que abordan la corrupción están ampliamente documentadas por agencias internacionales y socios del desarrollo. Ver, por ejemplo, United Nations, Transparency International
y el Banco Mundial.
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Recuadro 3 Egipto: Revisión de prioridades del presupuesto en la Unidad
de Justicia Económica del Ministerio de Finanzas
Tras la Primavera Árabe, se creó la Unidad de Justicia Económica en el Ministerio de Finanzas, liderado por el Ministro adjunto del Ministerio de Finanzas. La misión de la Unidad de Justicia Económica es logar una
política fiscal equitativa. Esta Unidad revisa las prioridades del presupuesto bajo tres principios morales participación, distribución y redistribución equilibrados con las 4 E’s economía, eficiencia, efectividad y
equidad. Una de las principales medidas después de la Primavera Árabe fue la adopción de un salario mínimo para los empleados de gobierno, de los cuales el diez por ciento es considerado pobre. Se considera que la
evasión fiscal es uno de los mayores orígenes de injusticia social en Egipto y la Unidad de Justicia Económica promueve el incremento de la recaudación tributaria junto a una mejora de los servicios públicos, de manera que
los contribuyentes perciban un retorno a partir del uso de estos servicios. La justicia social no solamente se refiere a ayudar a los pobres, sino también a proveer el acceso universal de toda la población a servicios de
calidad, incluyendo a la clase media, que en un país como Egipto tiene ingresos muy bajos.
F
uente: American University en Cairo 2014 y Ministerio de Finanzas de Egipto.
Recuadro 4 Indonesia, Ghana: lecciones sobre el uso de subsidios energéticos
para sistemas de protección social
Desde el año 2010, la reducción de los subsidios es una política aplicada por muchos países, considerada por 132 gobiernos en 97 países en desarrollo y 35 países de altos ingresos, predominantemente enfocados a la eliminación
de subsidios al combustible, pero también a la electricidad, a los alimentos y a la agricultura. La reducción de los subsidios energéticos suele ir acompañada del desarrollo de un programa básico de asistencia social como forma de
compensar a los pobres, como en Ghana e Indonesia. Sin embargo, cuando se retiran los subsidios al combustible, los precios de los alimentos y el transporte aumentan y pueden llegar a ser inasequibles para muchos hogares. La subida
de los precios de la energía también tiende a frenar la actividad económica y, por tanto, generan desempleo. En muchos países, como Camerún, Chile, India, Indonesia, Kirguistán, México, Mozambique, Nicaragua, Níger, Nigeria, Perú,
Sudán y Uganda, la súbita eliminación de los subsidios energéticos y los consecuentes aumentos de precios han provocado protestas y revueltas violentas. Hay varias implicaciones importantes que deben tenerse en cuenta:
Tiempos: Si bien los subsidios pueden ser eliminados de la noche a la mañana, el desarrollo de los
programas de protección social requiere mucho tiempo, especialmente en los países donde la capacidad institucional es limitada. Por lo tanto, existe un alto riesgo de que los subsidios sean retirados y las
poblaciones queden desprotegidas, haciendo que los costos de los alimentos, la energía y el transporte sean inasequibles para muchos hogares.
La focalización a los pobres excluye a muchos hogares vulnerables: En la mayoría de los países en
desarrollo, las clases medias tienen ingresos muy bajos y son vulnerables a los aumentos de precios, lo que significa que la eliminación de subsidios desarrollando programas básicos de asistencia social dirigidas
solo a los pobres puede castigar a las clases medias y a los grupos de ingresos bajos.
Asignación de ahorros: Los grandes ahorros resultantes de las reducciones de los subsidios energéticos
deberían permitir a los países desarrollar sistemas universales de protección social. Los subsidios a los combustibles son cuantiosos, pero los pequeños programas de asistencia social focalizados a los pobres
tienden a tener un alcance y un costo reducidos. Por ejemplo, en Ghana, el subsidio al combustible eliminado habría costado más de mil millones de dólares en 2013, mientras que el programa LEAP focalizado a los
pobres sólo cuesta unos 20 millones de dólares al año ¿a dónde fueron el resto de los ahorros?.
Las reformas de subsidios son complejas y sus impactos sociales deben evaluarse y debatirse
adecuadamente en el marco del diálogo nacional, de modo que se entiendan los efectos netos en el bienestar de los ciudadanos y se acuerden las reformas antes de que se reduzcan o eliminen los subsidios.
Concluyendo, la reducción de los subsidios energéticos es una excelente oportunidad para desarrollar sistemas de protección social para todos, incluyendo pisos de protección social, y otros ODSs. Los subsidios a
los combustibles son generalmente cuantiosos y deberían permitir a los gobiernos desarrollar sistemas universales de protección social para todos los ciudadanos, no sólo para los pobres.
Fuente: OIT 2016, Ortiz et al 2015.
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