112 Española, México Independiente y Época Contemporánea o Revol
ucionaria.” MAP, II, 1938, 1 La obra, que contiene tres movimientos, comienza con un Allegro Salvaje que
describe
la barbarie primitiva de los aborígenes antes de la llegada de los españoles [en él] escuchamos las místicas resonancias del caracol sagrado, el poético acento de las
chirimías y la monotonía del teponaxtle, sirviendo de fúnebre acompañamiento a los lamentos dolorosos de las víctimas, en los macabros sacrificios humanos que se
ofrendaban para propiciar al feroz dios de la Guerra: Huitzilopoztli. Ibidem.
El segundo movimiento, Andante religioso, describe la conquista espiritual llevada a cabo por los españoles. Conforme avanza este movimiento, se pretende ilustrar también
la guerra de independencia, que tiene por temas la canción mexicana de La pajarera y motivos del Himno Nacional.
Es “la pugna de dos ideologías contrarias”. Ibidem La obra concluye con un Allegro furioso que pretende narrar la revolución mexicana.
Después de exponer este acontecimiento, “entre el caos ambiente aparece el tema muy
nuestro: `Las Mañanitas´ desarrollado en forma de fantasía. Esta calma momentánea se interrumpe por el `Allegro Furioso´ que se precipita con mayor ímpetu, como
cataclismo que todo lo extermina para al final, en un `Largamente e Grandioso´, triunfar el tema sagrado, a manera de Himno al Creador
”. Ibidem. El resto del programa que conformaría el estreno de este Cuarteto estaría integrado por
su Sonata para violín y piano, interpretada por el violinista José Rocabruna y las romanzas para canto y piano: Luz de Luna, Fugaz, Respiro, Alado y breve primor y El
lirio en el valle , interpretadas por María Bonilla. En todas estas obras Miramontes
estaría a cargo del acompañamiento pianístico. El año de 1938 cerraría de manera especial para el compositor al ser interpretado su
Poema Sinfónico de la Revolución por la radiodifusora del DAPP, como se ha señalado
en el capítulo anterior.
5.2 Miramontes organista.
Hacia el 12 de octubre de 1939, el músico recibiría el primero de los tres últimos reconocimientos que, se sabe, recibió en vida. El primero le sería entregado por el
112
113 Cabildo de la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe, en
agradecimiento a
su bondadosa cooperación como organista en los conciertos de música sacra que se difundieron por radio desde el Coro de esta Basílica, sede de la venerada patrona de
América y de las Islas Filipinas [haciendo] votos para que dichas pruebas de amor a nuestra reina y madre celestial acreciente el éxito que merece sus nobles actitudes
artísticas. MAP, II, 1939, 1
Dicho documento está firmado por el entonces abad de la Basílica, Feliciano Cortés y el secretario del Cabildo, Eustasio Jiménez. Ibidem
Este acontecimiento es ubicado hacia 1940 en las dos versiones del escrito de 1944 MAP, II, 1944, 1:5 y 2:5, pero gracias a que se cuenta con el reconocimiento
conferido al compositor podemos establecer que 1939 es la verdadera fecha de este suceso. Sobre las obras que Miramontes interpretó en estos conciertos ofrecidos en la
Basílica, el escrito de 1944 nos dice que “entre las 22 obras que dio a conocer se cuentan su bello Preludio y Fuga a 4 partes, su Gran Marcha Procesional, su Coral y
muchas otras”. MAP, II, 1944, 1:5-6 Hay que mencionar que de acuerdo con la descripción de una fotografía que aparece en un programa de mano de un concierto
realizado en 1953, Miramontes ofrecería en esta misma Basílica, hacia 1948, una serie de diez conciertos con música de su autoría. MAP, II, 1953
A propósito de su labor como organista, en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial Miramontes, “uno de los mejores organistas que ha tenido México” Excelsior, 1960
haría un escrito titulado “El órgano, organistas y compositores”, en donde plasmaría sus
impresiones como músico acerca de los tres temas del título. A continuación presento las ideas principales que expuso en los dos primeros tópicos, dejando lo expuesto en el
tercero para más adelante.
Sobre el órgano, Miramontes menciona que “es el instrumento más interesante que
existe. Su carácter grandioso y delicado a la vez, nos invita a recoger nuestro espíritu y elevarlo ora en un `miserere´ lleno de temor, de humildad y arrepentimiento, ora en un
`Gloria in excelsis´ poseído de una santa alegría y sublime grandiosidad”. MAP, II,
s.f.,1:1
114 Más adelante, Miramontes plantea la hipótesis de porqué el órgano ha sido el
instrumento que la Iglesia ha adoptado en la liturgia:
La orquesta, si la comparamos con el órgano resulta incompleta ya que de los cuatro grupos de que consta, solo uno, el de arcos es uniforme. Mas este grupo caracterizado
por ese vibrato, hasta cierto punto sensual que va directamente a nuestros sentidos y distrae nuestro espíritu de la contamplación de las verdades eternas, apenas es permitido
en el templo de Dios que exige toda pureza y castidad como la encotramos en el órgano: el órgano es eminentemente puro y casto. Por esta razón la Iglesia ha adoptado este
incomparable instrumento en su liturgia. Ibidem
A propósito de los organistas, el escrito trata de dar respuesta a las razones por las que, según el compositor, México carece de ellos, arguyendo que la primera de ellas era la
falta de una escuela eficientemente atendida Ibidem:3, trayendo por consecuencia el que la mayoría de los organistas mexicanos
[sean] improvisados. Muchos de ellos han empezado sus estudios al lado de maestros competentes; pero en cuanto pueden mover un poco los dedos y acompañar una misa de
Haller, o unos laudos para el rosario; dejan el estudio por la codicia de 50 centavos, o un peso; con grave perjuicio del adelanto que deben tener para dar en el templo de Dios un
servicio digno de Él. Ibidem
Esta falta de formación se evidencia cuando se tiene que improvisar en la liturgia católica, pues
el empleo de los registros se hace de tal modo destinado [sic] que, muchas veces en un solo acorde, emplean hasta dos o tres mixturas; abusan de los registros de cuatro y dos
pies [a] estas improvisaciones no se les encuentra pies ni cabeza, por más que se les busque; no hay compás, ni tonalidad, ni mucho menos desarrollo de una idea musical…
sólo desorden y confusión… Ibidem
La segunda razón que el compositor expone es “la exigua remuneración al trabajo del organista
”. Ibidem:5
El estudio del órgano es el más duro y en el que se gastan más energías. El organista trabaja simultáneamente y en forma más intensa con los ojos, dedos, puño, brazos,
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piernas, pies, cabeza, nervios, corazón, memoria, entendimiento y voluntad; en fin; con todo su ser. Además, para llegar a cierto dominio del instrumento se necesita dedicar
muchas horas de estudio diariamente en tal virtud, el estudiante de órgano debe tener una muy buena y sana alimentación; así como una vida higiénica tanto física como
moralmente, con el objeto de desarrollar sus facultades y dar un servicio digno del templo de Dios.
Actualmente la vida es muy cara y muchos jóvenes que estudian el órgano dejan el estudio porque ven que la retribución del trabajo del organista es muy exigua y el
trabajo muy pesado, optando por dedicar sus actividades a trabajos más lucrativos; en cambio, hay otros, muy pocos cierto que se dedican al estudio de forma desordenada, es
decir; estudian demasiado, sin descansar siquiera cuatro o cinco minutos por hora; como científicamente está comprobado que debe estudiarse; toman muy mala alimentación
por que lo que ganan no les basta para cubrir sus necesidades más imperiosas; llevan una vida antihigiénica y andando el tiempo adquieren enfermedades nerciosas [sic] que
les impide por completo el adelanto, llegando por fin a un estancamiento del que nunca pueden salir. Ibidem
Proponiendo Miramontes varias soluciones a esta problemática. Pedía para los organistas y para todo el personal del coro la formación de un arancel que mejorara
los horarios [y pagos] creo que no sería muy honeroso hacer este aumento, porque muy bien podían ahorrar en otros gastos que no son necesarios, por ejemplo: no quemar
pólvora; n o gastar demasiada luz, demasiadas flores, etc […] creo que después de la
Hostia Consagrada, hay que preocuparnos por la música, que es la que habla directamente al corazón, al espíritu. Ibidem
5.3 Conciertos y reconocimientos.