38 es Ich liebe dich, fechada el 25 de mayo de 1914, mientras que el segundo movimiento
de su Concierto para piano y orquesta en mi mayor, fechado el 10 de septiembre de 1914, sería lo último que escribiría en Lagos de Moreno. Por otra parte, podemos
establecer que para el 19 de septiembre de 1914 Miramontes se encontraba de vuelta en la ciudad de Aguascalientes, pues ese día y en esa ciudad finalizó el tercer movimiento
del mencionado Concierto. Instalado de nueva cuenta en la ciudad hidrocálida Miramontes nos dice que:
A su regreso a Aguascalientes, permaneció muy poco tiempo en esta ciudad [pues] deseoso de estar en un medio más amplio para él, se resolvió abandonar Aguascalientes
y se fue a radicar definitivamente a la ciudad de México; ya una vez ahí, estableció su Academia de piano y organizó varias series de conciertos, con objeto de dar a conocer
sus obras, y a la vez seguía produciendo obras de gran aliento. Ibidem
Sobre su partida a la capital no contamos con referencia alguna, aunque podemos especular que su traslado a la Ciudad de México haya sido realizado a finales de 1914 o
en algún momento de 1915.
2.3 Una década prolífica para la composición.
En todos estos años transcurridos desde su llegada de Europa hasta su posterior traslado a la Ciudad de México Miramontes compuso una gran cantidad de obras, muchas de
ellas de gran aliento, siendo una de sus etapas más prolíficas como compositor. En diversas partes del escrito de 1929 se enlistan las obras compuestas durante ese periodo:
En esta época escribió su Primera Sinfonía en sol menor, Concierto en mi mayor para Piano y orquesta, Poema para solos, coro y orquesta; Cantata para solos, coro y
orquesta; Ecce Sacerdos para solos, coro y orquesta;
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Oh Salutaris, solos, coros orquesta de cuerdas y órgano; Allegro scherzando para orquesta de cuerdas y su Misa de
Requiem, dedicada a la memoria de su Señora Madre y ejecutada por primera vez, en el primer aniversario de la muerte de dicha señora, en el Santuario de Guadalupe, a solos,
coro, orquesta de cuerdas y órgano. MAP, II, 1929, 1:1
39
Escrito especialmente para las bodas de oro del Sr. obispo de Aguascalientes José de Jesús Portugal. Fechado en autógrafo el 6 de julio de 1911.
38
39 Más adelante, a propósito de su periodo en Lagos de Moreno el compositor dice que
“escribió su Gran Sonata en do menor para piano, sus Nocturnos, Fantasía Tapatía, Introducción y Tema con 9 Variaciones, Yo te amo, Oh Salutaris, Mazurka para cello y
otras muchas obras para piano” Ibidem, p.2 y finalmente, en el tiempo transcurrido entre su regreso a Aguascalientes y su posterior estancia en la capital
“escribió su Opera `Anáhuac´, Sonata para Violín y Piano, terminó su Suite Sinfónica Mexicana, 4
Preludios, 4 Estudios, Baile Mexicano, Barcarola Xochimilco, 10 Romanzas para canto y piano, Gran Marcha Triunfal para orquesta, Himno Eucarístico para solos, coros,
organo y orquesta de cuerdas y otras obras de piano ”. Ibidem
2.4 Miramontes pianista.
Sobre su actividad como pianista en estos años solamente se sabe que antes de su breve autoexilio a Lagos de Moreno Miramontes ofreció
una Serie de conciertos en San Luis Potosí, ejecutando en una de los programas obras exclusivamente de Liszt. `El Adelanto´ de San Luis, se expresó en esta forma: `Anoche,
en la Sala Wagner, tuvo verificativo el primer concierto del maestro Miramontes, con un programa compuesto de las obras más difíciles de Lizst, [sic] y tanto fué su éxito que
el público le comparaba ventajosamente con los pianistas Ogazón y Daerteano´. MAP, II, 1929, 1:2
Dicho programa lisztiano estaría integrado por las obras: “La leyenda de San Francisco de Asís predicando a los pájaros
[…] La leyenda de San Francisco de Paula caminando sobre las aguas
[…] Rapsodia número 6 […] El Ruiseñor […] Estudio número 5
[…] Rapsodia Española […] Los Funerales […] Rapsodia número11 [y] Vals Fausto
. Ruiz Celis, 1913, 1 Este concierto ofrecido recibiría excelentes críticas:
Todas éstas obas en el orden que las he comentado, las escuchamos no hace mucho en un recital de piano, sustentado en la sala Wagner, por un ameritado pianista mexicano,
que aún no nos hemos ocupado de hacerle justicia. Los aplausos que coronaron a la ejecución de cada una de las obras fue un testimonio de la satisfacción del auditorio, que
supo comprender la sana labor del ejecutante, y que cada obra, conocida o desconocida, había sido interpretada con toda propiedad.
40
La ejecución de las obras en mención, correspondió al modesto cuanto sabio profesor señor don Arnulfo Miramontes. Ibidem
A los pocos días, Miramontes ofrecería otro concierto, ahora en el Teatro de la Paz de esa misma ciudad con este otro programa:
“Sonata op.57 Appassionata de Beethoven […] Canción de Otoño de Tchaikowsky […] Minuetto de Miramontes […] Preludio de Rachmaninov […] Preludio 21 de
Chopin […] Preludio 24 de Chopin […] Nocturno 13 de Chopin […] Balada 1 de Chopin […] Intermezzo op.117 de Brahms […] Minueto op.20 de Zanella [y] Rapsodia
española de Liszt.” Ruiz Celis, 1913, 2
Sobre el Minuetto de Miramontes, Salvador Ruiz Celis, columnista del periódico El Eco de San Luis
se expresaría de la siguiente forma:
Original del propio ejecutante, es una pequeña joya musical, en cuyo contenido se encuentra inspiración y procedimientos de alta escuela […] el estilo de la obra en
general es melancólico, apareciendo en todas sus partes un atinado uso contrapuntístico
que con firme armonización hace todo asegurar que el autor ha similado sus conocimientos a la escuela moderna. Ibidem
Y del concierto en general, el mismo crítico opinó que:
La superioridad e inteligencia en la interpretación de cada una de las obras ejecutadas, dio por resultados la absoluta comprensión de ellas por el entendido auditorio que ocupó
el recinto […] El artista ejecutante se vio merecidamente aplaudido y en algunos números correspondido a tan significativas señales de aprobación ejecutando como
extra, el Vals poético de nuestro malogrado Villanueva y el Preludio La Gota de Agua de Chopin. Ruiz Celis, 1913, 3
2.5 Miramontes sinfonista.