Misa Solemne y Cuarteto de cuerdas No. 2.

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5.1 Misa Solemne y Cuarteto de cuerdas No. 2.

Todo parece indicar que tras la muerte de su hijo Miramontes se trasladaría nuevamente a la Ciudad de México, donde radicaría hasta el final de su vida, pues la dirección de su correspondencia a partir de estos años sería la de Barcelona No. 32, ubicada en la capital de la República. Pese a la circunstancia adversa de la pérdida de su hijo Miramontes pronto retomaría con ímpetu su quehacer musical, pues ya para 1938 llevaría a cabo los estrenos de su Misa Solemne y su segundo Cuarteto de cuerdas , denominado “Histórico Mexicano”. Ambos serían estrenados en el Anfiteatro Bolívar de la Ciudad de México, la Misa el 6 de abril y el Cuarteto el 23 de octubre. 120 Su Misa Solemne , “una de sus obras maestras y de mayor aliento” MAP, II, 1944, 1:5 y 2:5 está construida en modo hipodórico y muestra las 6 partes de una Misa Ordinaria: Kyrie , Gloria, Credo, Sanctus, Benedictus y AgnusDei. Como intérpretes de su estreno estarían el Coro Bach y el organista Jesús Estrada. Tras su primera ejecución esta obra suscitaría críticas bastante positivas: En este estreno del distinguido compositor que, sin reservas puede decirse que presentó su obra más acabada. Maneja las sonoridades vocales con maestría, discreción y con la austeridad que reclama el carácter religioso. El modo hipodórico de la Iglesia Cristiana sirvió a Miramontes para concretar sus ideas y sentimientos rodeando sus melodías principalmente en una polifonía severa pero atrayente. El Coro, bajo la dirección del autor, dio una versión soberbia, no solo por el admirable equilibrio sino por el calor con que cantó, atentos a la más ligera indicación del autor. Foster, 1938 La otra obra de Miramontes estrenada en 1938, el Cuarteto Histórico Mexicano, sería interpretado por Ezequiel Sierra, José Trejo, David Saloma y Domingo González. Ésta es una obra en la que nuevamente conviven lo programático con lo nacionalista, lo cual queda en evidencia en las notas explicativas sobre esta composición, escritas por el mismo Miramontes y que aparecieron en el programa de mano de su estreno. En ellas se dice que el Cuarteto tiene como propósito “interpretar los ciclos principales de nuestra Historia, que se desenvuelve en cuatro etapas: Época Precortesiana, Dominación 120 Gracias a que contamos con el programa de mano del estreno del Cuarteto Histórico Mexicano podemos asegurar que ese acontecimiento no se llevó a cabo en 1939, tal como se dice en las dos versiones de los escritos de 1944. MAP, II, 1944, 3:5 112 Española, México Independiente y Época Contemporánea o Revol ucionaria.” MAP, II, 1938, 1 La obra, que contiene tres movimientos, comienza con un Allegro Salvaje que describe la barbarie primitiva de los aborígenes antes de la llegada de los españoles [en él] escuchamos las místicas resonancias del caracol sagrado, el poético acento de las chirimías y la monotonía del teponaxtle, sirviendo de fúnebre acompañamiento a los lamentos dolorosos de las víctimas, en los macabros sacrificios humanos que se ofrendaban para propiciar al feroz dios de la Guerra: Huitzilopoztli. Ibidem. El segundo movimiento, Andante religioso, describe la conquista espiritual llevada a cabo por los españoles. Conforme avanza este movimiento, se pretende ilustrar también la guerra de independencia, que tiene por temas la canción mexicana de La pajarera y motivos del Himno Nacional. Es “la pugna de dos ideologías contrarias”. Ibidem La obra concluye con un Allegro furioso que pretende narrar la revolución mexicana. Después de exponer este acontecimiento, “entre el caos ambiente aparece el tema muy nuestro: `Las Mañanitas´ desarrollado en forma de fantasía. Esta calma momentánea se interrumpe por el `Allegro Furioso´ que se precipita con mayor ímpetu, como cataclismo que todo lo extermina para al final, en un `Largamente e Grandioso´, triunfar el tema sagrado, a manera de Himno al Creador ”. Ibidem. El resto del programa que conformaría el estreno de este Cuarteto estaría integrado por su Sonata para violín y piano, interpretada por el violinista José Rocabruna y las romanzas para canto y piano: Luz de Luna, Fugaz, Respiro, Alado y breve primor y El lirio en el valle , interpretadas por María Bonilla. En todas estas obras Miramontes estaría a cargo del acompañamiento pianístico. El año de 1938 cerraría de manera especial para el compositor al ser interpretado su Poema Sinfónico de la Revolución por la radiodifusora del DAPP, como se ha señalado en el capítulo anterior.

5.2 Miramontes organista.