Crítico de su tiempo.

123 Olivares escribió a l respecto: “lamento que su viaje a Europa se haya transferido, pero siendo una transferencia solamente le deseo mucha suerte en su futuro advenimiento musical”. MAP, I, 1955 El implacable tiempo no daría oportunidad para que dicha transferencia se llevase a cabo…

5.5 Crítico de su tiempo.

En 1957 y 1958, Miramontes volvería a alzar su voz crítica en diversos periódicos de la capital de la república, tal y como hiciera en los primeros años de la década de 1930 en la revista México Musical de Carlos del Castillo. El común denominador de estas publicaciones sería la crítica hacia el modernismo musical mal preparado así como a las políticas empleadas por los directivos del INBA. Arnulfo Miramontes, un compositor de estética y principios conservadores, fue un hombre que lidió hacia el final de su vida con las nuevas corrientes musicales que pronto desembocarían en lo que actualmente denominamos como música contemporánea, un tipo de música que chocaba directamente con su manera de ver ‒mejor dicho, oír‒ y entender la música, pues Miramontes había forjado su temperamento artístico entre los ceremoniosos y solemnes sonidos del órgano que envolvían a la liturgia católica, la férrea disciplina del Stern´sches Konservatorium y la moral y tradiciones inculcadas en el mundo de la provincia que lo vería nacer. El tiempo lo empezaba a rebasar, como ocurre con todo artista que envejece y no renuncia a los principios estéticos que lo han delineado a lo largo de toda su existencia. La postura estética de Miramontes q uedaría expresada en su escrito titulado “Con la fusión de los cuatro estilos vendrá el verdadero nacionalismo” publicado en 1957 por el periódico El Redondel. Miramontes se refería al litúrgico, clásico, romántico y moderno como esos “cuatro estilos” que, integrándolos en uno solo, daría como resultado “no solo dos modos de los clásicos sino siete gregorianos agregando además la escala de tonos [de] Debussy”. Miramontes, 1957. Para el talense, los compositores modernos habían cortado la conexión con el pasado, dejando atrás “un tesoro inmenso de riquezas [llegando a] un callejón sin salida” Ibidem que el compositor definía como música estridentista. Formulaba como solución a esta situación la “urgente necesidad [de] la 124 enseñanza de las modalidades gregorianas en todos los conservatorios del mundo ”. 137 Ibidem Como soporte a su idea, Miramontes da varios ejemplos de obras musicales de compositores que emplearon estas modalidades: llegó un momento en que los compositores sintieron la necesidad de algo más y ese algo más los hizo retroceder a las modalidades gregorianas: Wagner, por ejemplo, empleó con gran éxito el “Quinto Psalmo” combinado con el “Quem quoeritis” de la Pasión de N. S. Jesucristo, como tema central de su bellísimo y grandioso Parsifal. Dvorak también las empleó en su Sinfonía “del Nuevo Mundo”. Sabemos que Beethoven tenía algunos apuntes para su Décima Sinfonía en las mismas modalidades. Ibidem En otro escrito titulado “El fracaso de nuestra Orquesta Sinfónica en Washington”, publicado por el mismo periódico en 1958, el de Tala expone tres puntos que considera necesarios para que en México haya un verdadero adelanto musical: 1º Nombrar a un director de fama mundial para la Orquesta Sinfónica. 2º Organizar cada año una temporada de conciertos de música sinfónica de compositores mexicanos y 3º Dotar a la orquesta con mayor número de personal en el grupo de cuerda. Por ejemplo: veinte violines primeros, veinte violines segundos, doce violas, diez violoncellos y ocho contrabajos. Miramontes, 1958 Después explica cada uno de estos tres puntos: Al nombrar a un director de fama mundial, nuestra orquesta estaría después de una larga preparación en condiciones de presentarse en cualquier país del mundo con éxito seguro, evitando fracasos como el tenido en Washington, rec ientemente […] Si el INBA organizara cada año una temporada de conciertos con obras sinfónicas de compositores mexicanos, vendría lógicamente, con este estímulo, un fl orecimiento en este estilo […] Dotando a la sinfónica de mayor número de personal en el grupo de cuerda, vendría ese equilibrio sonoro que siempre le ha hecho falta, pues no sólo los bajos son débiles, como dice el crítico musical del “Times” de Nueva York, sino todo el grupo de cuerda, sobre todo cuando viene el tutti, en que predomina el latón. Ibidem 137 “Arnulfo Miramontes fue un compositor ilustrado […] de posición estética conservadora y actitud política ajena a las inquietudes de las corrientes musicales en el poder durante el tiempo de su vida activa […] tan obsesionado con la armonía modal como Respighi”. Velazco, 1981 124 125 Menciono también aquí los puntos más destacados que Miramontes expresó en la sección dedicada a los compositores en su ya citado escrito “El órgano, organistas y compositores”, el cual también resulta ilustrativo de su postura estética. Por una parte, nos habla de la concepción que tiene de la música de la liturgia católica, en la cual se opone a cualquier agregado musical que tenga que ver con la estética de la música que entonces era contemporánea: La liturgia de la Santa Iglesia Católica […] no admite agregados de ninguna especie porque no los necesita; dado que la música litúrgica, tal como la concibió S. Gregorio y S. Ambrosio, es decir sus modalidades, su estilo parco y sencillo, no admite modernismos ningu nos […] Lo que necesita la Liturgia es claridad, sencillez, inspiración, y armonía trasparente, para que estas cosas entren en el espíritu de los fieles. Jesucristo en sus parábolas fue eminentemente sencillo y claro, para hacerse entender de sus discípulo s y de las gentes que le seguían […] 138 MAP, II, s.f., 1: 6-7 y 11 Por otra parte, hay un punto en el escrito que acusa con evidencia el papel tan importante que tenía en Miramontes la religión al momento de evaluar qué tipo de música era la más elevada: Bach, con su misa en si menor […] Beethoven, con su misa en re mayor y Mozart con su réquiem, culminaron en el estilo religioso no litúrgico que es el más elevado porque con él se alaba a Dios directamente. Beethoven llevó a la sinfonía, al cuarteto y a la sonata tal perfección, que hasta hoy nadie le ha superado. Este estilo es inferior al primero, porque siente a Dios mediante la naturaleza. Liszt y Ricardo Strauss crearon un nuevo estilo: el Poéma Sinfónico, éste estilo es todavía más inferior, porque el compositor restinge su libertad al asunto que describe, ya sea histórico, ya sea épico. Los Románticos Chopin, Schumann, Schubert, etc., cantaron el amor y dolor humanos. En tal virtud este estilo es inferior aún más. Además, los románticos se dejaban arrebarar más por el corazón que por la razón, haciendo por tanto, a un lado la forma que es tan esencial en toda obra perfecta. 138 “Posiblemente [Miramontes] haya sido el músico profano nacional con más conocimiento sobre el canto gregoriano ”. El Universal, 1960 126 Wagner con su Parsifal culminó también en el estilo Teatral. Este estilo se considera muy inferior a los anteriores, porque el compositor se ve todavía más restringido en su libertas [sic], seguiendo no solo las peripecias del libreto, sino el acento de las palabras y otras muchas cosas propias de este estilo. Sin embargo, Wagner, en forma muy sabia, reunió en su Parsifal los cuatro estilos más elevados: El Religioso, Sinfónico, Poema Sinfónico y Teatral. Muchos están de acuerdo en que ésta obra es la mejor que se ha escrito en el estilo religioso. Ibidem:13-14

5.6 Últimas composiciones y últimos conciertos.