100
hay probabilidades de llevarla a la escena con toda propiedad y estudio, aún que sea un poco tarde, mas en la Cia. bajo los auspicios del Dep. Central es materialmente
imposible. MAP, I, 1935, 6
Finalmente, sería en el teatro Álvaro Obregón donde se llevaría a cabo la temporada lírica bajo la batuta de José F. Vázquez. Anahuac y no Cihuatl estaba anunciada dentro
de las óperas que se llevarían a escena.
108
MAP, I, 1935, 7 La libretista iría a recoger Cíhuatl
al Departamento de Bellas Artes con la idea de dársela a Vázquez para que también se pudiera estudiar y representar. Sin embargo, se llevaría una gran decepción:
Allí precisamente me convencí de que todo se vuelve palabras. Nuestra “Cihuatl” dormía el sueño del justo en el mismo cajón de un escritorio donde fue depositada desde
un principio. Es decir, que ni se presentó al ministro, ni se examinó, ni nadie volvió a acordarse de ella. Muy disgustada, comprendí que nada mejor que recogerla y guardarla
en esta su casa. Ibidem
Al entregarle la partitura a Vázquez, éste le diría que, pese a que “su interés es mucho
[…] sin la parte pianística nada se puede hacer. Ni siquiera proceder a ensayarla como hacen con otras partituras
”. MAP, I, 1935, 8 Miramontes le propone que los copistas hagan los guiones para piano, a lo que Vázquez responde que “sin dinero es muy difícil
que aquí nadie pueda hacer dicha parte, además de que sólo usted que conoce su
melodía estaría facultado para hacerla ”. Ibidem
A Miramontes no le quedaría de otra que emprender la reducción para piano de la ópera pues carecía de dinero para sufragar esos gastos, por lo que pide a D´Erzell que le envíe
la partitura. MAP, I, 1935, 9 Finalmente la ópera volvería a manos del compositor el 21 de agosto de 1935, diez
meses después de haberse enviado a la dramaturga. Miramontes llevaría a cabo la reducción de la ópera para piano, pero al final, esta obra no se representaría.
4.5 Poema Sinfónico de la Revolución.
La suerte de Cihuatl no sería compartida por otra de sus grandes composiciones: el Poema Sinfónico de la Revolución
“una obra escrita con toda sinceridad y cariño por
108
No se cuenta con información de que en realidad Anáhuac se haya representado.
100
101 nuestra Patria, en donde palpita el acento trágico y dolorido de nuestra raza
”. MAP, II, 1953 Antes de abordar esta composición, hago mención de que previo al estreno de
esta obra Miramontes llevaría a cabo un par de conciertos, uno de ellos en el Círculo Leonés Mutualista de Guanajuato, la noche del viernes 24 de enero de 1936. Sobre las
obras que se interpretaron se dijo:
Su gran Cuarteto de re menor, obra afiligranada y monumental en donde surge y campea la escuela de los genios como Beethoven, Mozart y el inmortal Ricardo Wagner
[…] En el Allegro con fuego […] dejó sentir muy marcadamente el incomparable Juan Sebastián Bach
[…] Sus obras de canto, interpretadas con dulzura maravillosa por la señorita Concepción González Ocampo, aparte del marcado sello de originalidad,
abundan en inspiración elevada y exquisita […] En los cuatro números de piano […] imprimió una bella matización y una ejecución finísima y correcta, confirmando su
talento de compositor de altos vuelos con su Preludios en Fa y Preludio Heroico. La voz del Bajío
, 1936
El otro concierto se llevaría a cabo el 6 de abril de 1936. En este, Miramontes dirigiría nuevamente su Misa de Requiem en el Anfiteatro Simón Bolívar de la Ciudad de
México. Se desconoce qué orquesta representó esta obra, aunque se sabe que la parte coral fue llevada a cabo por el Coro Bach. Lo más importante sobre este concierto es
que fue grabado, constituyendo así la primera grabación de la época de las obras de Miramontes con la que se cuenta.
El 10 de diciembre de 1935 Miramontes recibiría una carta de parte de Estanislao Mejía, entonces director del Conservatorio Nacional de Música, en relación a un concurso
organizado por la Secretaría de Educación Pública:
El departamento de Bellas Artes ha enviado a esta Dirección un recibo por 200.00 que concede a usted la Secretaría de Educación, como pago del accesit [sic] al 2º premio
que obtuvo por su obra titulada “Re-Ma-Ca”, en el Concurso del Poema Sinfónico de la Revolución […] Mucho le agradeceré me informe si tiene usted las partichelas de la
obra que resultó premiada y si podría enviármelas para cuando ésta pueda ejecutarse.
MAP, I, 1935, 10
El Poema Sinfónico de Miramontes se estrenaría el 23 de junio de 1936, en el Palacio de Bellas Artes, bajo la dirección del mismo compositor. MAP, II, s.f., 4 En la obra se
102 incluye una sección coral que interpreta diversas canciones mexicanas como La Adelita
o El Coconito y un poema que engalana el ritmo de la Marcha Dragona, insignia de la caballería mexicana.
Así como Anahuac despertó conmoción en el medio artístico, debido a las críticas que se le hicieron, el Poema Sinfónico de la Revolución mantendría en la expectación al
pueblo mexicano por varios meses, y es que Miramontes no estuvo de acuerdo con el fallo del jurado que le otorgó un segundo lugar, publicando su descontento en varios
periódicos de la república. El compositor no estaba conforme por las siguientes tres razones:
Primera: La prórroga que a última hora se concedió, defraudó los intereses de los compositores que enviamos nuestras obras a tiempo, según las bases del Concurso, para
favorecer intereses de los que mandaron sus trabajos extemporáneamente. Segunda: El Jurado dio el fallo sin conocer las obras, es decir, sin oírlas previamente en
la orquesta para darse una idea exacta de su valor armónico, melódico y artístico en general, pues el conocimiento fue muy superficial, supuesto que se concretó a leerlas
solamente. Tercera: El Jurado compuesto de músicos jóvenes, no obró con libertad al emitir el
veredicto, sino más bien se dejó llevar de la opinión del maestro Estanislao Mejía, pues hay que advertir que, el agraciado con el primer premio, señor Miguel Meza, y el señor
Pedro Michaca, uno de los segundos, son discípulos del maestro E. Mejía, director del Conservatorio Nacional de Música. Miramontes, 1936
Por lo que pedía la revocación del fallo del premio, una petición de la que no tenemos constancia alguna de que se haya llevado a cabo.
En cuanto a la crítica sobre esta obra, Luis Sandi menciona que “de sus muchas obras recuerdo solamente el Poema Sinfónico de La Revolución, en el que, ingenuamente,
pone Miramontes unos pistoletazos, que distan mucho de ser tan espectaculares como los cañonazos de la Obertura 1812 de Chaikovski”. Estrada, 1984:43 La orquestación
de la partitura no dice nada acerca del empleo de la pistola como instrumento musical.
Hasta no tener más evidencia, hay que mencionar que los pistoletazos probablemente sólo hayan correspondido a una interpretación de época.
Una segunda opinión sobre esta obra nos la da el periódico El Universal, el cual se expresaría de la siguiente manera: “El Poema Sinfónico de la Revolución de
Miramontes, que obtuvo uno de los primeros premios en el concurso a que convocó el
102
103 año pasado la Secretaría de Educación Pública, es una de las obras más importantes de
la literatura musical mexicana contemporánea”. El Universal, Cfr. MAP, II, 1938, 2 El Poema Sinfónico se representaría de nueva cuenta en diciembre de 1938, a través de
la radiodifusora del Departamento Autónomo de Prensa y Publicidad DAPP. Sobre esta representación Alfredo Ramírez D. escribiría:
Mejor que un psicólogo profesional el maestro Miramontes dio una cátedra acerca del temperamento de nuestra raza. Allí en su Poema Sinfónico de la Revolución se
encuentran expresadas en acordes melodías y ritmos al igual que el complejo de inferioridad de que habla Samuel Ramos las discordancias de nuestro modo de ser
apasionado y el común denominador melancólico y triste de nuestra raza, indiscutible epílogo de varios siglos de opresión. Acaso se nos antojaría un final brillantísimo algo
así como […] el glorioso final de la Novena Sinfonía, pero no debemos olvidar que todavía el pueblo de México no ha sentido una alegría semejante. Nuestros indios
siguen viviendo triste y desconfiados. MAP, II, 1938, 2
El año de 1936 marcaría a Miramontes no por los éxitos obtenidos en torno a su Poema Sinfónico
, sino porque el día 1 de marzo su hijo Arnulfo de San Patricio fallecería en Aguascalientes, sin haber llegado a los 17 años de edad. Nuevamente esta pérdida se
encuentra envuelta en el misterio pues ni un solo dato tenemos al respecto, aunque podemos especular que la citada representación de su Misa de Requiem del 6 de abril de
1936 fue la manera en que Miramontes se despidió de su hijo.
4.6 Academia de piano y composición “Miramontes”.