105
décadas de resistencia, algunas comunidades Awajún han tenido que ceder a las presiones de los colonos,
permitiendo que sus tierras se utilicen para el cultivo de arroz, maíz, papaya, café y otros.
Un estudio describe también la dinámica particular de estas comunidades en el Alto Mayo que en
muchos casos empezó con una invasión inicial por parte de los colonos
301
. Estos comienzan a pagar alquiler como solución temporal. Los mismos
autores también mencionan que algunas autoridades indígenas siguen el juego y “venden” o alquilan
tierras sin consultar a la comunidad. Cuando las comunidades se percatan de que los colonos no
tienen intención de irse, que lo temporal se convierte en permanente y que los invasores aumentan en
número conforme pasa el tiempo, los indígenas empiezan a presionarlos para que abandonen las
tierras comunales. Al ser imposible desalojar a los colonos, las comunidades indígenas llevan el caso a
las cortes, pero a pesar de que en muchos casos las sentencias son favorables, estas no llegan a ejecutarse.
Incluso en algunos casos los invasores obtienen derechos sobre las tierras invadidas. El resultado
final puede ser un conflicto violento o un arreglo financiero, donde en la práctica la comunidad cede
sus tierras a los colonos con el resultado atípico de deforestación reciente dentro de los límites de las
comunidades.
“A pesar de ser un caso excepcional, se suele usar el caso del Alto mayo como ejemplo, para negar o
contener las demandas indígenas al Estado, para cambiar la política y presupuesto estatal, para
titular los territorios y promover la autogestión comunitaria de sus recursos. Aunque es obvio que
un caso, no puede afectar lo que son derechos sustanciales indígenas, cabe analizar lo que hay
detrás del Alto mayo: está nuevamente el Estado y sus políticas irresponsables de desorden en
las carreteras, incentivo del arroz y agricultura en selva, proyectos especiales y la campaña
que no cesa de ‘título comunal te empobrece, el individual te enriquece’. no es una derrota
del enfoque indígena, es una ‘victoria’ completa de una política privatista del Estado que resulta
en la destrucción de la Amazonía, que exige ser detenida y cambiada como propone AIdEsEP y el
movimiento indígena organizado.” AIDESEP
otras causas
Históricamente en San Martín la deforestación debida a la combinación carretera-agricultura ha
sido con diferencia la más importante. La extracción forestal jugó un papel central en la medida en que las
301 Garcés y Echevarría, 2009
carreteras forestales abrieron nuevas vías de acceso a partes otrora aisladas de los paisajes.
La coca fue importante entre los años 70 y los 90, pero hoy en día en San Martín esta actividad se
ha replegado al sur de la región en la frontera con Huánuco ríos Mishollo y Tocache. De hecho el
cultivo de la coca y las actividades derivadas del narcotráfico y la lucha contra el narcotráfico ya no
dominan la región.
La minería artesanal y de pequeña escala es incipiente y en general no ha habido mucha actividad
hidrocarburífera. Actualmente no se están llevando a cabo actividades de exploración ni de explotación.
5.1.2 rEsPuEstA dEl gobIErno rEgIonAl
En contraste con la realidad, es decir las altas tasas de deforestación actuales e históricas, en relación
a las demás regiones amazónicas el discurso oficial del Gobierno Regional de San Martín es el que más
incluye la sostenibilidad y otras consideraciones que son necesarias para una respuesta adecuada
a la amenaza de la deforestación. Fue la primera región en consolidar la gobernanza ambiental y
forestal luego de la descentralización y también la que ha avanzado más en el tema de la REDD+ según
manifiestan, también en el apoyo al manejo forestal comunal
302
. Esta mayor institucionalidad puede ser reflejo de una
mayor madurez social resultado del fortalecimiento de una sociedad que soportó y luego se recuperó de
la violencia social y el narcotráfico, pero que también debe estar percibiendo ya los impactos negativos de
una deforestación a gran escala.
conservación por encima de territorios indígenas
Sin embargo a veces la visión del desarrollo regional todavía excluye a los pueblos indígenas. Por ejemplo
en la provincia de Lamas no se está respetando el derecho a la tierra del pueblo Kechwa. Los programas
regionales los imponen las prioridades, los apoyan para la siembra de cacao, café y sacha inchi, pero
por otro lado son ignorados en sus protestas ante la creación del Área de Conservación Regional
Cerro Escalera en 2005. La creación de esta ACR fue priorizada en desmedro de las solicitudes de
titulación de las comunidades Kechwa que utilizan el área para cazar, recolectar productos no maderables y
establecer sus cultivos ver Recuadro 25.
Por ejemplo, una de las comunidades afectadas por la creación del ACR Cerro Escalera es la de Alto
302 http:www.regionsanmartin.gob.pe
106
recuadro 32: deforestación en las comunidades nativas del Alto mayo: testimonio de
un morador
A pesar de que en general la deforestación en tierras indígenas es baja existen algunos casos excepcionales donde la deforestación en comunidades nativas es muy elevada. Esto es el caso
de las comunidades nativas Awajún en la margen derecha e izquierda del río Alto Mayo en San Martín, donde según un análisis satelital las tres comunidades con las tasas anuales de
deforestación más elevadas son Huascayacu 5,05 , Alto Mayo 3,28 y Shimpiyacu 2,43
I
, pero esta tendencia se repite en las demás comunidades de la zona.
La causa principal y directa de la deforestación es la agricultura comercial de café, cacao, arroz y papaya y una dinámica muy excepcional entre las comunidades amazónicas donde
los comuneros alquilan parcelas internas
II
en virtud de contratos de 7 años de duración a comerciantes locales. Esta dinámica empezó en los años 80 a través del proyecto del Estado
para promover la colonización. Eso incluyó un proyecto de irrigación de arroz en la comunidad de Bajo Naranjillo margen izquierda y luego un proceso promovido por ciertos miembros de la
comunidad junto con comerciantes locales para impulsar la parcelación interna de la comunidad en lotes individuales ratificado por actas internas de la comunidad. Esta situación se generó por
una combinación de factores que son pocos comunes entre comunidades indígenas e incluso entre los mismos Awajún. Dichos factores son:
• La extrema cercanía de las comunidades a los colonos que habían colonizado la zona por ingreso de la carretera Fernando Belaunde Terry anteriormente la carretera marginal en los
años 70 y el establecimiento de varios centros poblados urbanizados, como Puente Naranjillo y San Francisco.
• La construcción de las carreteras alternas que ingresan por la orilla del río Alto Mayo y por las mismas comunidades y que atrae a la colonización de la zona y mejora la rentabilidad de
productos agrícolas que se vendían en los mercados de Rioja y Nueva Cajamarca. • La existencia del Proyecto Especial Alto Mayo PEAM en los 80 hasta la actualidad con los
proyectos de irrigación en las zonas de Yuracyacu, San Francisco, Atumplaya, Valle de la Conquista entre otros.
• La fertilidad de las tierras para actividades agrícolas, en cuyas áreas más bajas se pueden establecer lotes permanentes.
• La división efectiva no legal de las comunidades en parcelas individuales de aproximadamente 70 hectáreas por cada comunera titular.
Un comunero morador de la zona brinda su análisis de la situación:
“En los años 70, antes de que se formara en comunidades, la gente vivía dispersa, en los dos lados del río mayo había hacendados de los Esteño margen izquierda, donde producían arroz,
maíz y yuca, ganadería. todo empezó con el proyecto de irrigación de arroz en bajo naranjillo y la donación de maquinaria a la organización oAAm, lo cual algunas personas tomaron en
posesión para cultivar. viendo la producción, los comerciantes locales empezaron a incentivar que la gente de bajo naranjillo alquilara sus tierras y para facilitar eso la misma gente que
habían tomado control de la maquinaria y que estaba en la Junta directiva de la comunidad empezó a repartir tierras a familias, 50 o 70 ha cada una, a través de actas, así que ya no eran
parcelas comunales. Empezaron a cultivar por todas partes y hoy en bajo naranjillo no hay bosque, toda la comunidad ya está deforestada, ya en todas partes está mecanizada, no hay
árboles, solo ves arroz. En los 90 esta práctica empieza a contaminar a las demás comunidades en el lado izquierda del río, como shampuyacu y Alto mayo, y con la unificación de las dos
organizaciones indígenas oAAm y orIAm creándose una nueva organización
→
107
Pucalpillo. Alto Pucalpillo es un caso típico. Aunque a algunas comunidades Kechwa les han reconocido
una pequeña parte de sus tierras tradicionales con un título oficial de propiedad, muchas otras, como Alto
Pucalpillo, solo tienen un título de propiedad para el área alrededor de sus casas, y muchas otras no tienen
ni siquiera este nivel básico de reconocimiento. Según un estudio reciente que se está realizando en
San Martín, hay al menos 32 comunidades como Alto Pucalpillo con títulos de propiedad que solo
cubren sus casas, y al menos 13 que ni siquiera existen oficialmente
303
.
303 AIDESEP, 2014
Como señaló Walter Sangama, en este entonces de CODEPISAM Coordinadora de Defensa y
Desarrollo de los Pueblos Indígenas de la Región de San Martín:
“luchamos para que se reconozcan nuestros derechos y así poder reclamar nuestras
tierras ancestrales, pero el gobierno regional tiene otros planes: acepta reconocer nuestra
existencia pero sin darnos título de propiedad de las tierras”
304
.
Mientras las solicitudes oficiales de títulos de propiedad indígena acumulan polvo en los
escritorios de los funcionarios del Gobierno, el
304 Les amis de la terre, 2014:16
fErIAAm también se contamina el lado derecho del río como por ejemplo: ccnn shimpiyacu, san rafael, morroyacu, Huacayacu, Yarau y dorado.”
Los contratos que firman los particulares son generalmente de 7 años de duración, y en virtud de ellos el alquiler se paga por campaña p. ej. arroz o por año café o papaya una vez que hay
producción. La comunidad recibe un monto mínimo por la firma de cada contrato.
Los contratos que firman los particulares con los comuneros son generalmente por campaña, cuando se trate de arroz cada seis meses, cuando se trate de café es por 7 años y cuando se
trate de papaya es anual.
“no hay ningún control sobre su agricultura, entonces todos utilizan químicos. la comunidad no recibe ningún beneficio aparte de un monto mínimo como 1000 a 1200 PEn por hectárea
que recibe por la firma de cada contrato. lamentablemente la gente no utiliza bien el dinero, así que lo gastan en un mes y luego no tienen para el resto del año, o por eso no tiene comida
porque no hay bosque para cazar y tierras libre para cultivar productos nativas. Entonces para ganar algo alquilan sus tierras por adelantado, ¡por ejemplo la mayoría de la gente en bajo
naranjillo tienen alquiladas sus tierras hasta 2025 Pero ya no es al mismo precio, es un precio mucho más bajo. Es un aprovechamiento de sus necesidades. Al final es un círculo vicioso del
que la gente no pueden escapar.”
Los mismos Awajún ven este proceso con mucha preocupación, sobre todo los ancianos y adultos, para quienes:
“no es solo un asunto ambiental, los ancianos están preocupados por la pérdida de cultura y comunidad, de una comunidad bajo naranjillo. Este mal ha invadido a todas las comunidades
del Alto mayo. los ancianos preguntan adónde irá la gente, adónde van a ir, pues no somos de la ciudad, pero ya las áreas de las comunidades están definidas y muy reducidas y la población
sigue aumentando.”
¿Cómo resolver esta situación? Hay iniciativas para contrarrestar esta situación incluyendo proyectos de reforestación de las riberas Shampuyacu hasta consensuar acuerdos comunales
para poner un límite a la cantidad de hectáreas que puede ser alquilada por un “titular” y dejar el resto para que se regenere como bosque San Rafael.
I RAISG, 2012: 31
II Parcelas internamente divididas por la comunidad aunque no contando con título de propiedad privada.
→
108
Área de Conservación Regional Cerro Escalera de 132 000 hectáreas ha sido creada en plazos mucho
menores junto con cientos de miles de hectáreas de concesiones privadas para la conservación otorgadas
a ONG de conservación y a empresas privadas. En la región de San Martín se encuentra la mayor
concesión de conservación que hay en el Perú, la concesión Alto Huayabamba de 143 928 hectáreas,
y más recientemente tres concesiones que forman parte del proyecto Martín Sagrado y cubren más de
313 687 hectáreas, las cuales están solicitando a la Alianza para el Clima, Comunidad y Biodiversidad
CCBA que valide un proyecto para el mercado voluntario de REDD.
Según investigaciones de la ONG Paz y Esperanza, en 2013, las áreas concesionadas para la conservación
sumaron a 1´984,720 hectáreas, que representa casi el 40 de la región, siendo la meta de conservación
al año 2014, llegar a por lo menos el 50 del total del territorio departamental. Sin embargo, y a pesar
de la demanda territorial pendiente de los pueblos indígenas en toda la region el gobierno regional
reconoce que las comunidades indígenas cuentan con 230 mil hectáreas
305
. Al igual que ocurre con las concesiones de extracción
de madera, minería y petróleo y gas, las comunidades frecuentemente se ven superpuestas por estas
concesiones privadas de conservación. Las carencias del marco regulador significan que no es obligatorio
obtener el consentimiento de las comunidades que no poseen títulos de propiedad pero cuyas tierras
bajo posesión originaria se ven superpuestas por dichas concesiones, como ocurrió en el caso de la
comunidad no indígena de Canaán, que se ha quedado dentro de la concesión de conservación
de Martín Sagrado. Sus habitantes explicaban que no observaron proceso alguno de obtención de
consentimiento libre, previo e informado.
“El pueblo nunca decidió nada. no hay ninguna decisión anotada en el registro oficial. solo nos
dijeron que la concesión se había otorgado. nunca se reunieron con todos nosotros. A veces había
reuniones, pero pocos se enteraban. no pueden
305 http:www.sudamericarural.orgpromocionarticulos-de-opinion promo339-los-procesos-sobre-el-uso-de-la-tierra-en-la-amazonia-
peruana
decir que todos estamos de acuerdo. Porque no todos estamos de acuerdo.”
306
Un reciente estudio que ha investigado la adjudicación de estas concesiones en San Martín
señala que, pese a que el Gobierno regional aprobó la solicitud de concesión en abril de 2012, las primeras
visitas a las comunidades ubicadas en la zona se produjeron ocho meses después, en diciembre de
2012. Tampoco se logró garantizar un proceso adecuado de consulta durante la auditoría de la
CCBA La Alianza para el Clima, Comunidad y Biodiversidad
307
, que no visitó las comunidades afectadas ni verificó su consentimiento
308
. Como se vio en el Recuadro 25, la creación del Área
de Conservación Regional Cordillera Escalera en 2005, una extensión de tierra que ocupa casi 150 000
hectáreas, es motivo de preocupación para los pueblos indígenas. Estas comunidades se quejan de
que no se les consultó y de que ahora se han limitado sus derechos. El plan de gestión no prevé indicadores
que garanticen la participación de los pueblos indígenas, y finalmente una concesión de petróleo
Bloque 103 se superpone también con la zona, aunque se han suspendido las tareas de exploración
mientras el plan de gestión para la Reserva siga pendiente.
Este conflicto refleja la divergencia entre las visiones sobre el bosque, los derechos y las respectivas
asimetrías y exclusiones entre las entidades del gobierno y los pueblos indígenas.
5.2 mAdrE dE dIos