solucIonEs Y ProPuEstAs IndígEnAs

122 beneficios de un pensamiento menos ambicioso en términos económicos y que están tratando de lograr un balance a través de proyectos productivos de pequeña escala que no causan daño al medio ambiente. “nosotros tenemos suficiente recursos de la pesca o del cacao, hay suficientes animales no tenemos por qué meternos con empresas petroleras o madereras. no hay que preocuparse primero por el dinero sino por el buen vivir.” Sabina Ahmanchi, Lideresa Wampis, río Santiago Como en toda tensión interna, el predominio de una opción u otra, los conflictos, los transacciones o espacios intermedios entre ambas, dependerán de los escenarios locales, las tendencias en el Estado y mercado, historias organizacionales, coyunturas políticas nacionales o regionales.

6.3 solucIonEs Y ProPuEstAs IndígEnAs

La opinión predominante entre las personas entrevistadas, conscientes de estos retos, es que la solución para los problemas de la deforestación específicamente relacionados con la función de los pueblos indígenas depende de cuatro factores: 1. Que no se sigan promoviendo acciones que fomenten la deforestación, colonización, “agrarización” de la selva peruana a través de carreteras, parcelación de la selva, debilitamiento de leyes entre otros factores. 2. Que se implementen las leyes ambientales y que haya mejora del acceso a la justicia en relación con la gestión ambiental, el reconocimiento de los territorios indígenas y el respeto de los derechos de los pueblos indígenas a la participación, consulta y consentimiento. 3. Que se mejore la capacidad de organización de los indígenas a diferentes niveles, desde lo local hasta lo nacional. 4. Que existan servicios adecuados para comunidades en lo que se refiere a la educación y salud, y se promocionen actividades productivas y sostenibles en lugar de proyectos extractivistas tanto para las comunidades indígenas como para la población migrante. Este último punto fue capturado por un líder Wampis de la comunidad Puerto Galilea, río Santiago: recuadro 38: Plan de vida plena amazónica I 1. seguridad territorial: soluciones para la demanda pendiente de las comunidades y pueblos indígenas de aproximadamente 20 millones de hectáreas. 2. Producción agroforestal, acuícola y bioindustrial. 3. manejo de bosques y funciones ecosistémicas: apoyo al manejo forestal comunitario, planes de vida indígena y manejo integral de los bosques. 4. Educación y salud intercultural: fortalecimiento de la educación y salud intercultural bilingüe. 5. monitoreo y mitigación socio ambiental: evaluación socio ambiental estratégica de las políticas no solo proyectos de industrias extractivas y megaproyectos, y apoyo a sistemas de monitoreo indígena.

6. Empoderamiento de mujeres indígenas.

7. derechos colectivos e individuales indígenas: cese de la criminalización indígena y defensa de líderes enjuiciados. Modificatoria de leyes injustas y alineamiento de la legislación con los compromisos internacionales.

8. comunicaciones e incidencia indígena.

I Adaptado del Plan Nacional de Vida Plena Amazónica, AIDESEP, 2012 123 “nuestras comunidades no aceptan la minería, es una actividad ilegal que contamina el río y aunque sea legal igual no lo aceptaremos porque prácticamente sería regalar nuestros recursos a los foráneos que vienen. no aceptamos las actividades que contaminan el medio ambiente como petróleo, oro y madera pero si aceptamos las actividades que no contaminan como el cacao, la crianza de aves o peces o la reforestación.” En realidad estos cuatro ejes están capturados en la propuesta del plan de Vida Plena Indígena propuesta por las organizaciones indígenas lideradas por AIDESEP Recuadro 38, pero además hubo varias iniciativas productivas o concretas planteadas por los líderes entrevistados las cuales se presentan a continuación en forma de lluvia de ideas. Estas propuestas no coinciden con las soluciones planteadas por el Estado, entre las que predomina la producción agrícola intensiva o semi intensiva. En cambio, estas ideas parten de la diversidad biológica disponible, las “soluciones son variadas como nuestra biodiversidad” , pero requieren de apoyo estatal o privado, apoyo sostenido y dirigido. Entre otros se mencionó: La extracción de aceite de palo de rosa de árboles silvestres o en culivos de la especie La reforestación y el manejo de bosques secundarios con especies naivas y otras como la bolaina y capirona blanca que se pueden explotar en rotaciones de 5 años con madera que ya iene mercado nacional e internacional. El manejo de fuentes de agua naturales o arificiales para la producción de peces y piscigranjas bien llevadas. La cría de aves de corral alimentados con productos locales, con condiciones ajustadas a la realidad y con apoyo del Estado para consolidar una cadena de frío. El ecoturismo para darle uso a las áreas naturales protegidas, como la Reserva Nacional Pacaya Samiria en Loreto o la Reserva Comunal Amarakaeri en Madre de Dios. La captación de agua de lluvia con sistemas sencillos y robustos para solucionar el problema de agua potable y reducir las enfermedades gastrointesinales. Una minería de baja escala en ierras indígenas controlada por indígenas, limitando el área explotada, controlando la contaminación, revegetando, reforestando e inviriendo las ganancias para lograr el buen vivir. Un cambio de mentalidad de los migrantes andinos, capacitándolos para que aprendan a culivar en la Amazonía sin deforestar tanto, y que el Estado promueve esta opción y no la contraria. AltErnAtIvAs ProductIvAs 124 PArtE 7 conclusIonEs Y rEcomEndAcIonEs Esta investigación ha encontrado que el discurso oficial que describe la agricultura migratoria como la causa principal de la deforestación en el Perú es superficial y sesgado, y por lo tanto deficiente, ya que resulta en intervenciones equivocadas para hacer frente a la deforestación. En lugar de ello, queda claro que la deforestación histórica ha sido impulsada desde los albores de la república por una política estatal de colonización de la Amazonía, reflejando la ideología imperante de cómo construir una nación. Desde la mitad del siglo pasado esto ha sido potenciado por la construcción de carreteras que permitió la movilización de pequeños migrantes de una sierra empobrecida hacia la Amazonía. Esta política sigue siendo la principal causa responsable de la deforestación, está implícita en la lógica del derecho de tierras y en los incentivos para el desarrollo, tal vez incluso más aún hoy, luego de la incipiente descentralización y también en el futuro. Además de la construcción de carreteras, esta política se refleja actualmente en los grandes proyectos de infraestructura y de inversión, incluyendo las megarepresas, los proyectos de petróleo, gas y minería, así como la expansión del sector agro-industrial, en particular para la palma aceitera. A pesar de la existencia de algunas leyes y mecanismos institucionales destinados a evitar la deforestación y regular el “desarrollo” en la Amazonía, la investigación ha encontrado que estos mecanismos se ven socavados constantemente por la preferencia de los tomadores de decisión por los grandes proyectos de inversión en desmedro de las consideraciones ambientales, sistemas de planificación a largo plazo, o los derechos y aspiraciones de las comunidades locales, incluyendo de los pueblos indígenas. Entre los responsables de la toma de decisiones de hoy en día, el “desarrollo” se asocia principalmente con las industrias extractivas y proyectos de infraestructura e ignora el hecho de que para la gran mayoría de la población del Perú, que vive en y depende directamente de los bosques, tales proyectos no han podido entregar los llamados “beneficios” y en su lugar han socavado con frecuencia sus medios de vida y han sofocado sus propias prioridades de desarrollo. A su vez, está situación se agrava por la interacción con los vacíos legales, la corrupción endémica y la criminalidad que permiten la deforestación descontrolada y, a menudo ilegal, que dificulta el despegue de cualquier iniciativa local o regional que no se alinea a la lógica de la informalidad e ilegalidad. Al mismo tiempo, aproximadamente la mitad de los bosques tropicales del Perú se encuentran dentro de las territorios consuetudinarios de los pueblos indígenas que desde siempre se han caracterizado por tasas de deforestación bajas. A pesar de ello, el Estado peruano nunca ha reconocido la contribución vital hecha por los territorios indígenas y sus habitantes para prevenir y frenar la deforestación. Hasta la fecha, el Estado aún no ha podido reconocer legalmente la mayor parte de estos territorios, ni mucho menos garantizar su seguridad y la integridad contra las invasiones o la contaminación ambiental, ni apoyar las prioridades de desarrollo de los pueblos indígenas. La estrecha relación de los pueblos indígenas con el bosque implica que muchas veces un bosque saludable y en pie es percibido como un eje vital e indiscutible para su propio bienestar en el presente y futuro. Al mismo tiempo, estos esfuerzos de los pueblos indígenas son socavados por las concesiones forestales, mineras y petroleras y áreas protegidas que el Estado ha decidido superponer sobre sus territorios, y por los intentos frecuentes de debilitar los derechos colectivos de los pueblos indígenas al territorio y la persecución de aquellos pueblos y personas que deciden denunciar estas políticas. 125

7.1 conclusIonEs