conclusIonEs fpp peru report 25nov internet

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7.1 conclusIonEs

1. lAs cAusAs ActuAlEs E HIstórIcAs dE

lA dEforEstAcIón Y lA dEgrAdAcIón Los niveles históricos de deforestación en el Perú son relativamente bajos en comparación con otros países tropicales. Hubo un pico en los años 80, con tasas de más de 250 000 ha anuales, pero luego disminuyó hasta llegar a una cifra entre 100 000 y 150 000 ha anuales en la última década. La mayor parte de la deforestación en el Perú se produce dentro de una distancia de 20 km de una carretera. Las altas tasas de deforestación en los 70 y los 80 estuvieron ligadas a políticas estatales que promovieron la colonización y “agrarización” de la Amazonía a través de proyectos especiales de desarrollo, la construcción de carreteras y el crédito agrario, que luego derivaron en el cultivo de la coca y el narcotráfico. Las carreteras IIRSA sur e IIRSA norte completadas a finales de la década pasada también están correlacionadas con un aumento de la deforestación en Madre de Dios y San Martín. La agricultura migratoria fomentada por la construcción de carreteras y los programas de colonización y “agrarización” ha sido y sigue siendo la principal causa de la deforestación en el Perú. En términos de número de actores y de superficie deforestada, la mayor causa directa de la deforestación en el Perú sigue siendo la llamada agricultura migratoria, llevada a cabo por migrantes sobre todo andinos de primera o segunda generación. Se estima que alrededor de tres cuartos de la deforestación total se debe a estos actores, sin embargo en los últimos años no muestra un crecimiento y por el contrario su porcentaje con respecto a la deforestación total parece estar bajando. Asimismo, debe considerarse que detrás de la migración mayormente de los Andes han estado y siguen estando las políticas y programas estatales que promueven la “agrarización” del extractivismo amazónico. La agricultura comercial, sobre todo las plantaciones de palma aceitera y la explotación ilegal de oro se han convertido rápidamente en las principales causas directas de la deforestación. Los actores que en los últimos años han causado un aumento sustancial de las tasas de deforestación son el cultivo de la palma aceitera más de 14 000 ha anuales, la minería ilegal de oro más de 6000 ha anuales y posiblemente el cultivo de la papaya más de 2000 ha anuales, contribuyendo en promedio al 20 de la deforestación actual. La tala ilegal generalizada y descontrolada es una de las principales causas de la degradación de los bosques. Aproximadamente el 80 de la madera exportada desde el Perú se extrae de manera ilegal. Es una imagen distorsionada, aquella de que la tasa de deforestación dentro de las concesiones madereras formales sea baja, ya que al mismo tiempo las “fugas” proliferan, y más del 50 de las concesiones participan en la tala ilegal fuera de sus límites, a menudo en zonas protegidas y territorios indígenas. Más del 50 de la Amazonía aún es catalogada como concesiones de petróleo y gas. El impacto indirecto y directo de las actividades de exploración y extracción de hidrocarburos sobre el bosque y sus ríos es grave especialmente en áreas ocupadas por pueblos indígenas si vemos más allá de la deforestación directa. Esto se debe a los altos niveles de contaminación de suelos, ríos y cochas, procesos de transformación de la población local y su economía, el aumento de la presión sobre los recursos naturales y el impacto indirecto de las regalías que generalmente se usan para construir más carreteras p.e. el caso Urubamba.

2. gobErnAnzA Y normAtIvA

AmbIEntAl dEfIcIEntEs La corrupción endémica pública y privada y la gobernanza incipiente en el sector forestal y minero permiten altos niveles de actividad ilícita. Se estima que el 80 de la madera exportada a nivel nacional es ilegal a pesar de que se introdujeron reformas en el sector forestal para controlar la tala ilegal en el año 2000 y de nuevo en 2011. En Madre de Dios el 97 del oro producido es ilegal y el ritmo de deforestación debido a la minería sigue aumentando cuatro años después del Decreto de Urgencia n.º 012-2010, que fue la primera acción decidida del Gobierno para frenarla. La presencia de organizaciones criminales de narcotraficantes, comerciantes ilegales de oro, madereros ilegales y traficantes de tierras alimentan la corrupción, el lavado de activos y dinero que a su vez se invierte en actividades ilícitas u operaciones de fachada, socavando el incipiente orden y la autoridad formal caso del oro de Madre de Dios. Faltan procesos de evaluación ambiental y planificación estratégica a largo plazo que sean transparentes y libres de conflictos de intereses y que contemplen no solamente los proyectos específicos a través de una EIA sino los impactos acumulativos y regionales asociados con diversos proyectos de gran envergadura. Faltan procedimientos independientes para la aprobación de las EIA de proyectos de gran envergadura. El ordenamiento territorial y la gestión 126 ambiental son incipientes y poco relevantes en la práctica. Falta un sistema de catastro universal para evitar y resolver superposiciones de derechos. Priorización de proyectos extractivos de gran envergadura sobre la protección del bosque o los derechos humanos. La creación o la protección de áreas de estricta protección como los parques nacionales o las reservas para pueblos en aislamiento muchas veces quedan subordinadas a actividades e intereses extractivos caso PN Ichigkat-Mujat. Los sistemas estatales de control, vigilancia y fiscalización ambiental son inadecuados, ineficaces y están debilitándose más. Esto se ve incluso en el sector hidrocarburífero que tiene un mejor punto de partida para permitir una buena gestión con empresas grandes y formales que pueden ser sometidas a escrutinio por parte del Estado y la sociedad civil, en comparación del caos de informalidad que son los sectores minero, maderero y agrícola. Sin embargo, las entidades supervisoras han sido incapaces de controlar, frenar y sancionar malas prácticas de empresas petroleras a pesar de décadas de denuncias de las comunidades afectadas caso Corrientes. La legislación reciente baja aún más la eficacia de la gestión ambiental.

3. mArcos JurídIcos Y rEglAmEntArIos

débIlEs, IncomPlEtos E IncoHErEntEs Vacíos y permisividad legales que permiten el desbosque a través de la clasificación de bosques primarios con categoría de uso mayor agrícola caso del Grupo Palmas. Incoherencias legales que permiten la explotación de áreas supuestamente intangibles a través de los argumentos de “necesidad pública”. Marco normativo que permite la consolidación y acumulación de tierras por parte de grandes empresas mediante la compra de tierras recientemente deforestadas o el alquiler de tierras. Marco normativo que promueve el desbosque para establecer derechos de propiedad.

4. frAcAso A lA HorA dE vAlorAr,

APoYAr Y rEsPEtAr lA contrIbucIón dE los PuEblos IndígEnAs A lA ProtEccIón dE los bosquEs dEl PErú Los pueblos indígenas han jugado y siguen jugando un papel protagonista en la defensa y preservación de la Amazonía peruana como defensores del bosque, impidiendo que la promulgación de leyes, la construcción de carreteras, de represas, la entrada de empresas petroleras y madereras e las invasiones de colonos entre otras amenazas, contribuyan de manera intencionada o no con la deforestación. Los sistemas tradicionales de agricultura de rotación son comprobadamente una forma sostenible del uso del bosque caso Asháninka del Gran Pajonal. Los territorios indígenas son una barrera efectiva contra la deforestación. Dentro de tierras reconocidas como comunidades nativas cerca de 11 millones de ha, la tasa de deforestación es solo de aproximadamente 12 000 ha anuales, es decir un 0,1 anual, o unas 0,04 hectáreas per cápita. Si se agregan los territorios de pueblos en aislamiento y los territorios indígenas consuetudinarios que no están reconocidos o que están clasificados como área natural protegida, la tasa es aún más baja. Sin embargo aparecen situaciones excepcionales donde algunas comunidades, como en Alto Mayo San Martín, Selva Central carretera central y Madre de Dios IIRSA sur donde la presión “público-privada” ha provocado una mayor deforestación. El marco normativo nacional no cumple con la obligación vinculante internacional de respetar los derechos de los pueblos indígenas, incluido el principio del consentimiento, libre, previo e informado ley de consulta previa, el derecho de los pueblos indígenas a sus territorios que no cuentan con título de propiedad ley forestal y su derecho a un territorio integral, tanto de la integralidad del pueblo como del conjunto de recursos puesto que solo se otorga títulos comunales y el Estado retiene control del bosque que esta otorgada en forma de “cesión en uso” a las comunidades. Criminalización de la libre determinación de los pueblos indígenas que buscan el buen manejo de la Amazonía y persecución de los líderes indígenas en defensa de sus derechos y territorios efectos del “amazonazo” del 2008 y 2009. Reclamos y denuncias indígenas de actividades ilícitas ignorados por el Estado: actividades como la minería, la extracción forestal y la colonización invaden tierras indígenas sin mayor reacción por parte del Estado o incluso facilitadas por un sector específico caso Naranjos, Saweto y otros. Superposición masiva de concesiones petroleras, forestales y mineras así como áreas naturales protegidas sobre las tierras y territorios titulados y no titulados de los pueblos indígenas sin consulta, y en muchos casos en contra de la voluntad expresa. 127 Desprotección legal de cerca de 20 millones de hectáreas de territorio indígena. Existe una superficie de aproximadamente 20 millones de hectáreas que las organizaciones indígenas exigen en atención a demandas de reconocimiento, titulación, ampliación comunal, territorios integrales para 12 pueblos, 5 reservas territoriales, 8 reservas comunales y traslapes con áreas protegidas. Esfuerzos por debilitar los derechos colectivos a los bosques y dar prioridad a los derechos individuales que favorecen la deforestación: a pesar de que las parcelas de bosque de propiedad privada en el Perú se caracterizan por las tasas de deforestación más elevadas 2,27 , el Estado sigue intentando socavar los derechos colectivos mediante la eliminación de las garantías constitucionales Ley 30230, la parálisis efectiva del otorgamiento de títulos de propiedad de las tierras indígenas y la promoción de los derechos de propiedad individual mediante proyectos como el PTRT3, financiado por el BID. Esta estrategia parte de la premisa neoliberal que la propiedad privada de la tierra ayudaría a las familias indígenas a recibir crédito, monetarizar sus recursos y por consiguiente salir de la pobreza. El lugar donde se ha logrado la parcelación, Alto Mayo, no refleja esta premisa y por el contrario ha contribuido a reducir las probabilidades de que en el futuro estas comunidades puedan mejorar sus condiciones de vida. Intimidación y persecución de líderes indígenas por intereses económicos interesados en sus territorios que en algunos casos desembocan en asesinatos caso Saweto. Priorización de la extracción de madera a gran escala por encima de las actividades forestales comunitarias: la falta continua de disposiciones legales y apoyo técnico para fomentar las actividades forestales comunitarias, mientras que las actividades forestales a gran escala siguen siendo la prioridad, lo que obliga a muchas comunidades a firmar acuerdos desfavorables con las empresas madereras caso Purús. La extinción comercial de la caoba es reflejo de la imposibilidad del Estado de controlar la extracción de recursos, si para los extractores la premisa es el mayor margen de ganancia en el menor tiempo posible. División de comunidades y organizaciones a través de amenazas y estrategias de manipulación e intimidación por parte de las industrias extractivas empresas petroleras y madereras caso Kakinte.

5. AmEnAzAs futurAs:

La explotación informal de oro, la expansión de las plantaciones de palma de aceite y la construcción de megarepresas representan las mayores amenazas para la Amazonía peruana. Está prevista la construcción de más represas unas 79 con capacidad mayor que 2 MW en la Amazonía peruana que en ningún otro país Andino. Más de 50 de estas represas tienen un capacidad mayor a 100 MW y 11 tienen un capacidad superior a 1000 MW. Nuevas leyes han convertido la producción de biodiesel en una prioridad nacional, y hasta 1,4 millones de hectáreas de bosque primario han sido clasificadas como aptas para plantaciones de palma aceitera. También se están considerando propuestas legales de clasificar la palma de aceite como una especie forestal. Por otro lado, los esfuerzos del Gobierno por controlar la explotación ilegal de oro todavía no han dado sus frutos. En Madre de Dios, la explotación ilegal de oro ha destruido más de 50 000 hectáreas de bosques. Este proceso ha sido acelerado en la última década por el aumento del precio internacional del oro y la construcción de la Carretera Interoceánica. Se prevé que las tasas de deforestación en el Perú aumenten significativamente en el futuro inmediato. En los próximos años y décadas la interacción de los siguientes factores indirectos y las condiciones habilitantes identificadas arriba crearán un clima propicio para un aumento significativo de la deforestación y la degradación forestal: a. El aumento de la demanda y precios a nivel nacional e internacional de los recursos naturales madera, oro, hidrocarburos, energía hidroeléctrica, palma aceitera y papaya entre otros. b. El aumento de la inversión en megaproyectos en la Amazonía, como por ejemplo, en el marco de IIRSA, megaproyectos de infraestructura vial, energética y de comunicaciones, con estrategias que integran los mercados globales, y las aspiraciones de desarrollo amazónico basado en la exportación de recursos naturales. c. El aumento de la capacidad de construcción de carreteras locales y de inversión en cultivos para los mercados nacionales debido al reparto de regalías de la minería y los hidrocarburos a las regiones productoras. d. La no priorización estatal de las diversas alternativas sostenibles rentables y factibles a corto, medio y largo plazo que mantengan el bosque en pie para actores a todas las escalas, y especialmente de comunidades y pequeñas empresas.

7.2 rEcomEndAcIonEs