El papel de las ideas en la formulación de la política japonesa hacia la URSS/Rusia
10.5. El papel de las ideas en la formulación de la política japonesa hacia la URSS/Rusia
Las dos secciones anteriores han demostrado claramente el desproporcionado peso que ha tenido en las relaciones Rusia-Japón el contencioso territorial. Ahora cabe mencionar a partir de lo visto en
Eric Pardo las páginas anteriores sobre la disputa de las Kuriles, el modo en que
las ideas han influido en la construcción japonesa de su imagen de Rusia.
Ya a principios de la década de los sesenta, el profesor James W. Morley analizaba la imagen que se habían formado en Japón sobre la URSS en la década anterior y constataba cómo de los puntos de fricción —prisioneros de guerra, derechos de pesca y contencioso territorial—, era este último el que prevalecía como referencia y que
fundamentaba una imagen muy negativa 36 . Un estudio similar, basado igualmente en encuestas, realizado por el profesor Tsuyoshi Hasegawa
cubriría el periodo de los sesenta hasta mediados de los ochenta, mostrando cómo la URSS destacaba por ser el país que mayor rechazo
provocaba en la opinión pública 37 . Estos resultados obtenidos durante la Guerra Fría, cuando la URSS era objetivamente la principal amenaza para Japón, no deberían sorprendernos, al igual que tampoco debería sorprender que los decisores políticos articulasen su política exterior en tal dirección. Sin embargo, como mostraban diversas encuestas, no era la amenaza militar, sino la inflexibilidad de la URSS en la cuestión de las islas en disputa, lo que era visto como la principal
razón para emitir una valoración negativa sobre este país 38 . La dimensión de la construcción de la imagen de Rusia, de la que
sus aspectos más traumáticos —como ya se iba perfilando durante la Guerra Fría— iban a quedar simbólicamente ligados a la disputa territorial, encontraría su manifestación máxima como elemento autónomo con la caída de la Unión Soviética. Su persistencia aún después de los cambios que Asia experimentaba con la desaparición
de la URSS, demuestra sin duda alguna el poder que la Rusia imaginada durante la Guerra Fría iba a ejercer. El profesor Alexander
Bukh es sin duda alguna quien ha realizado hasta el momento el esfuerzo más profundo de estudiar la identidad japonesa y su
36 Morley, James W.: “Japan’s Image of the Soviet Union 1952-61”, Pacific Affairs, vol. 35, nº 1 (primavera 1962), pp. 51-58.
37 Hasegawa, Tsuyoshi: “Japanese Perceptions of the Soviet Union: 1960-1985”, Acta Slavica Iaponica, nº 5 (1986), pp. 37-70, en http://eprints.lib.hokudai.ac.jp/
dspace/bitstream/2115/7966/1/KJ00000034122.pdf 38 Ibid., p. 54.
Rusia y sus relaciones bilaterales con Japón contraposición a Rusia desde el prisma del constructivismo 39 . En su
estudio, el autor sugiere cómo la construcción nacional japonesa de postguerra implicaba una distinción tanto política como sociocultural con la URSS como forma de reafirmación; la URSS se convertía así, tal y como ya había ocurrido con la Rusia zarista en tiempos de la Guerra Ruso-Japonesa, en un enemigo existencial, “útil” por tanto, para reformular la identidad japonesa. En este contexto, sería la disputa territorial la que precisamente habría venido a encarnar el símbolo de los rasgos negativos que se le atribuían al vecino soviético. Tanto ha sido así, que aún cuando la imagen de la Federación Rusa va cambiando según queda atrás la Guerra Fría, la diplomacia japonesa no es capaz de mostrar flexibilidad en un asunto cuya falta de plena resolución en los términos legítimos justifica en consecuencia el mantenimiento de la imagen “existencial” de un vecino hostil; en cuyo espejo se definen precisamente los rasgos opuestos —por tanto positivos— del mismo Japón. La divergencia entre las mutaciones que Rusia sufre y que razonablemente justifican un cambio de postura, especialmente cuando se da un contexto de amenazante auge de China, y el conservadurismo de la postura japonesa para con la disputa territorial, sin duda alguna justifica la identificación de ésta como símbolo de una postura plenamente ideacional y que no concuerda con interpretaciones alternativas de carácter más materialista y racional. La importancia adscrita al papel de las ideas en la diplomacia japonesa en este aspecto, si bien no pudiendo ser objeto de un estudio más pormenorizado en este capítulo, parece pues plenamente acertada.