El sistema político ruso de Yeltsin a Putin: ¿deriva autoritaria o consolidación de un autoritarismo

2.2. El sistema político ruso de Yeltsin a Putin: ¿deriva autoritaria o consolidación de un autoritarismo

competitivo? 17

En comparación con la presidencia de Yeltsin, en el periodo dominado por Putin —tanto desde el cargo de presidente como del de primer

ministro— se experimentó un fortalecimiento del Estado ruso a la par que una revalorización de la autoridad presidencial. Sin embargo, esto no equivale a identificar una divergencia cualitativamente sustantiva que justifique hablar de un cambio de régimen. Yeltsin y Putin no se distinguen ni por su grado de compromiso en la consolidación democrática, ni por la legislación elaborada para facilitar tal fin; lo que distancia a ambos mandatarios es que, a diferencia de Yeltsin, Putin ha logrado dominar las relaciones entre los distintos poderes e instituciones diseñadas en la Constitución rusa de 1993. Yeltsin fracasó en su intento de controlar dichos poderes e instituciones, perdiendo progresivamente la iniciativa política, el control sobre el

17 Para la realización de los apartados 2.2., 2.3., 2.5. y 2.6. de este capítulo se han tomado y revisado epígrafes de un artículo previo del autor firmado junto a Jesús

de Andrés Sanz: “Y Putin encontró el camino: instituciones y régimen político en la Rusia del siglo XXI”, UNISCI Discussion Papers, nº 17 (mayo 2008), en http://www.ucm.es/info/unisci.

Autoritarismo competitivo en Rusia proceso de toma de decisiones y, por último, la implementación de la

legislación federal en las regiones. A pesar de ello, los elementos de continuidad de ambos proyectos son más que evidentes en al menos seis elementos:

• Personificación del poder y marginación de la participación de la sociedad civil como modelo de gobernanza. Yeltsin explotó el prestigio como líder carismático ganado por su papel en el fracaso del golpe de agosto de 1991, prefiriendo así rodearse de su camarilla de Sverdlovsk a compartir y transferir la legitimidad democrática acumulada a Rusia Democrática (Demokraticheskaya Rossiya). A su preferencia por situarse por encima de los partidos se añade la marginalidad en que sumió al asociacionismo y la sociedad civil rusa.

• Presidencialismo sin controles y hegemónico en sus relaciones con el poder judicial y legislativo. Tras el autogolpe de octubre 18

de 1993 , Yeltsin sacó adelante una Constitución con un sistema

de gobierno formalmente semipresidencialista pero que confiere

a la presidencia la capacidad de gobernar en solitario. Una presidencia hegemónica libre de controles debido al dominio de la formación y control del gobierno desplazando al parlamento de un papel efectivo en ambas tareas; la acumulación de amplias competencias legislativas del presidente como el poder de veto y la capacidad de legislar por decreto; y la prerrogativa sin restricciones que tiene la presidencia para cesar al gobierno y disolver la Duma.

• Papel secundario del legislativo. La primera consecuencia lógica

de la concentración del poder en la presidencia fue la creación de una Duma con escasas posibilidades de control sobre el Ejecutivo, reducidas capacidades de iniciativa y aprobación legislativa, y destinada, a causa de ello, a servir principalmente como centro de discusión.

• Empeño en mantener un sistema de partidos débil. La escasez de poder de la Duma y la marginación de los partidos en el resto de

18 De Andrés, J.: “La disolución del Parlamento de septiembre de 1993 ¿un autogolpe en la transición rusa?”, Cuadernos Constitucionales de la Cátedra

Fadrique Furió Ceriol, n os 41-42 (2003), pp. 7-23.

Rubén Ruiz instituciones políticas —presidencia

y Administración Presidencial, gobierno y gabinete ministerial, Consejo de la Federación— tuvo como consecuencia lógica la generación de un sistema de partidos muy débil. Yeltsin optó por permanecer por encima de ellos, gobernando por decreto sin alcanzar acuerdos. Al igual que Putin con Rusia Unida (Edinaya Rossiya) y Rusia Justa (Spravedlivaya Rossiya), Yeltsin intentó, sin conseguirlo, erigir en la Duma un bipartidismo del poder en las elecciones

legislativas de 1995 19 . • Intervención en los procesos electorales. A diferencia de Putin,

Yeltsin se vio obligado a participar en disputadas y enérgicas campañas electorales que originaron distintas estrategias de intervención en el proceso electoral. Presiones de los servicios de seguridad, financiación ilícita de la campaña, apoyo de medios estatales y privados, manipulación electoral en el conteo y agregación de los votos, son algunos mecanismos que Yeltsin activó para, por ejemplo, garantizar su reelección en 1996 20 .

• Reclutamiento de elites basado en relaciones patrón-cliente e incapacidad para fortalecer al Estado ante intereses particularistas. Yeltsin utilizó el mismo sistema de reclutamiento

de las elites políticas que posteriormente desarrolló Putin: rodearse de sus hombres de confianza antes que atender a un sistema meritocrático o basado en un programa. Ambos los encontraron en el lugar donde más tiempo habían desempeñado cargos, Sverdlovsk y Leningrado / San Petersburgo respectivamente. Progresivamente Yeltsin fue incorporando a su círculo del Kremlin a “nuevos ricos” que previamente le habían apoyado financieramente. Así, Boris Berezovski, Boris Gusinski,

19 Se trató de un partido de corte conservador, Nuestra Casa es Rusia, liderado por Viktor Chernomirdin, y otro socialdemócrata, Opción de Rusia, encabezado por el

entonces presidente de la Duma Ivan Rybkin. Nuestra Casa es Rusia quedó en tercer lugar con un 10,1% de los votos y el grupo de Rybkin no obtuvo ningún diputado con un 1,1%. Junto con los diputados escogidos en distritos uninominales, las dos formaciones en común alcanzaron 58 de 450 diputados posibles. Al respecto, sobre el intento de creación de un sistema de partidos “domesticado”, véase De Andrés, J.: “Elecciones y partidos políticos en la Federación Rusa”, Utopías, nº 169 (1996), pp. 169-179.

20 Levitsky y Way, op. cit.

Autoritarismo competitivo en Rusia Mijaíl Jodorkovski, Roman Abramovich y otra decena de

oligarcas pasaron a controlar cada decisión tomada por la Administración Presidencial.