Introducción histórica a las relaciones Rusia-Japón

10.1. Introducción histórica a las relaciones Rusia-Japón

Desde el Tratado de Shimoda a la II Guerra Mundial Rusia y Japón establecen relaciones bilaterales en 1855 bajo el

Tratado de Shimoda, a través del cual demarcan sus fronteras mutuas 1 .

1 Recomendamos el apasionante relato de las relaciones Rusia-Japón desde 1697 a 1875, y que por tanto incluye la etapa anterior a este primer tratado: Lensen,

George A. (1959): The Russian Push toward Japan: Russo-Japanese Relations, 1697-1875 , Princeton, New Jersey, Princeton University Press. Para ver en mayor detalle cómo se gestó el Tratado de Shimoda, por el mismo autor: Lensen, George

A. (1955): Russia’s Japan Expedition of 1852 to 1855, Gainesville, University of

Eric Pardo Veinte años más tarde, con el Tratado de San Petersburgo, se establece

la plena posesión del archipiélago de las Kuriles por parte de Japón a cambio del reconocimiento de la isla de Sajalín como posesión rusa 2 ;

hasta ese momento la posesión de Sajalín había quedado indefinida, mientras que las Kuriles se repartían entre ambos países. Un nuevo cambio territorial sobrevendría en 1905, con la Guerra Ruso-Japonesa, al ocupar Japón la mitad sur de Sajalín, mientras que las actuales fronteras quedarían definidas al acabar la II Guerra Mundial con su ocupación plena y la recuperación de las Kuriles por parte de la

victoriosa Unión Soviética 3 . Las relaciones bilaterales hasta el desenlace de la II Guerra

Mundial siguen el curso de estos cambios territoriales reflejando el mayor o menor poder de uno u otro Estado, casi siempre dictadas por el antagonismo, y por lo general solo armónicas cuando coincidan sus intereses en relación con terceros actores.

• Desde la Firma del Tratado de San Petersburgo en 1875 hasta la I Guerra Mundial es la expansión imperialista y la subsiguiente rivalidad en Corea la que dicta las relaciones entre Rusia y Japón.

Después de que el desafío japonés tras su victoria sobre China en 1895 pusiese en duda la influencia de Rusia en Corea, y desembocase en la desastrosa derrota rusa en la guerra de 1904-

1905 4 , ambos países acuerdan en 1907 —y de nuevo en 1910— mantener el equilibrio en la región de Manchuria y poner coto a injerencias externas. Cuando la I Guerra Mundial sitúe a ambos países en el mismo bando de los aliados, las relaciones

alcanzarán su cénit con la firma del Tratado de Alianza de 1916 5 .

Florida Press. Se trata resumidamente esta etapa en Stephan, John J. (1974): The Kuril Islands: Russo-Japanese frontier in the Pacific, Oxford, Clarendon Press.

2 La historia de la colonización de Sajalín está bien documentada en Stephan, John J. (1971): Sakhalin: A History, Oxford, Clarendon Press.

3 Para la etapa entre el Tratado de San Petersburgo, 1875 y 1917, ver Lensen, George A.: “Japan and Tsarist Russia - The Changing Relationships, 1875-1917”,

Jahrbücher für Geschichte Osteuropas , vol. 10 (1962).

4 Ver: Nish, Ian H. (1985): The Origins of the Russo-Japanese War, Londres / Nueva York, Longman.

5 Ver: Berton, Peter (1993): “A New Russo-Japanese Alliance?: Diplomacy in the Far East During World War I”, Universidad de Hokkaido, en

http://eprints.lib.hokudai.ac.jp/dspace/bitstream/2115/8054/1/KJ00000034011.pdf

Rusia y sus relaciones bilaterales con Japón • Sin embargo, con el hundimiento del zarismo, la guerra civil

resultante y el triunfo indiscutible en 1921 del régimen bolchevique, las relaciones parten de nuevo de cero. En 1925 la recién nacida URSS y Japón restablecen relaciones

diplomáticas 6 , dejando de lado el intento de expansión japonés en territorio siberiano durante la guerra civil rusa 7 ; pero pronto los años posteriores ven sus relaciones empeorar por culpa de la expansión imperialista japonesa y por la delicada situación

estratégica de la URSS 8 . En los años 30 la URSS cede prudentemente ante Japón y gana tiempo para reforzarse militarmente. El éxito de las campañas de Jaljin Gol y

Nomonhan 9 pone de manifiesto el acierto de tal estrategia. Finalmente en el umbral de la entrada de ambos países en la II Guerra Mundial, y con el fin de protegerse en sus flancos más

débiles, firman el Pacto de Neutralidad de abril de 1941 10 , roto por la URSS una vez que ésta declara la guerra a Japón el 8 de

agosto de 1945.

. El mismo autor cubre toda la época desde la Guerra Ruso-Japonesa hasta la Revolución Rusa de 1917 en Berton, Peter (2010): Russo-Japanese Relations, 1905-1917: From Enemies to Allies , Abingdon / Nueva York, Routledge.

6 De nuevo es Lensen quien mejor documentación nos ofrece sobre este período. Lensen, George A. (1970): Japanese Recognition of the U.S.S.R.; Soviet-Japanese

Relations, 1921-1930, Tokio / Tallahassee, Sophia University / Diplomatic Press,. 7 Ver Morley, Jim (1954): Samurai in Siberia: The Origins of Japan’s Siberian

Expedition, 1918-22, tesis, Nueva York, Columbia University.

8 Para el empeoramiento de las relaciones entre Rusia y Japón en torno a la situación de Manchuria, ver Lensen, George A. (1974): The Damned Inheritance:

The Soviet Union and the Manchurian Crises, 1924-1935, Tallahassee, Diplomatic Press.

9 Existe un estudio enciclopédico sobre el incidente de Nomonhan a cargo de Cox, Alvin D. (1985): Nomonhan, Stanford, Stanford University Pres.

10 El episodio de la neutralidad entre la URSS y Japón durante la II Guerra Mundial puede verse tratado en Lensen, George A. (1972): The Strange

Neutrality; Soviet-Japanese Relations during the Second World War, 1941-1945, Tallahassee, Diplomatic Press, y Slavinsky, Boris (2004): The Japanese-Soviet Neutrality Pact: A Diplomatic History, 1941-1945, Londres / Nueva York, Routledge.

Eric Pardo De la II Guerra Mundial hasta nuestros días 11 Como ya se ha mencionado, las fronteras cambian de nuevo con el fin

de la II Guerra Mundial, esta vez a favor de la URSS. La ocupación total del archipiélago de las islas Kuriles es el origen del contencioso territorial que enfrenta a ambos países, convertido en un auténtico obstáculo para unas relaciones armónicas por el contexto de la Guerra Fría, y que se mantiene hasta nuestros días. La dinámica de retroalimentación entre los imperativos estratégicos dictados por la Guerra Fría y el celo por mantener o cambiar el statu quo territorial es la que ha originado la actual situación.

• Lo que estaba llamado a ser un hecho consumado y plenamente aceptado por parte de Japón se ha transformado en un dogma irrenunciable hasta nuestros días. Al no quedar definida cuál era la frontera entre Rusia y Japón, quedaba abierta así la puerta al contencioso. Los EE.UU., en lucha contra la influencia soviética, jugaron un papel determinante. Inicialmente todo apuntaba a que Washington aceptaría todas las islas ocupadas por la URSS como pertenecientes al archipiélago, lo cual de hecho parecía ya asumirse en Japón. Sin embargo, al umbral de la Conferencia de Paz de San Francisco en 1951, los EE.UU. maniobraron para evitar que la URSS firmase la paz con Japón y así perpetuar el conflicto. La URSS no firmó —y a día de hoy, con la Federación

11 Numerosas son las obras que cubren toda esta época: Hellman, Donald C. (1969): Japanese Foreign Policy and Domestic Politics, Berkeley y Los Angeles,

University of California Press; Savitri, Vishwanathan (1973): Normalization of Japanese-Soviet Relations, Tallahassee, Diplomatic Press; Robertson, Myles L. C. (1988): Soviet Policy towards Japan: An Analysis of Trends in the 1970s and the 1980s, Cambridge / Nueva York, Cambridge University Press; Swearingen, Rodger (1978): The Soviet Union and Postwar Japan: Escalating Challenge and Response, Stanford, Stanford University, Hoover Institution Press; Kim, Young C. (1974): Japanese-Soviet Relations: Interactions of Politics, Economics and National Security, Beverly Hills / Londres, Sage; Kimura, Hiroshi (2000): Japanese-Russian Relations under Brezhnev and Andropov, Armonk, M. E. Sharpe; Kimura, Hiroshi (2000): Japanese-Russian Relations under Gorbachev and Yeltsin, Armonk, M.E. Sharpe; Rozman, Gilbert (1992): Japan’s Response to the Gorbachev Era, 1985-1991, Princeton, Princeton University Press; Nimmo, William (1994): Japan and Russia: A Reevaluation in the Post-Soviet Era, Westport / Londres, Greenwood, pp. 29-111 y Glaubitz, Joachim (1995): Between Tokyo and Moscow: The History of an Uneasy Relationship, 1972 to the 1990s , Honolulu, University of Hawaii Press.

Rusia y sus relaciones bilaterales con Japón Rusa, sigue sin existir— un tratado de paz con Japón. Las

relaciones diplomáticas se restablecieron en 1956, pero desde entonces el consenso en el Ministerio de Exteriores japonés (MOFA) entre los políticos de signo conservador en particular (aunque no solo) y la opinión pública japonesa en general es que la URSS ocupó injustamente las cuatro islas más meridionales que habían pertenecido oficialmente a Japón desde el Tratado de Shimoda de 1855.

• Este consenso que se había originado a causa de la Guerra Fría, goza desde entonces de vida propia y se ha mantenido inquebrantable, ya fuese por inflexibilidad de japoneses o rusos, y casi siempre en subordinación a intereses domésticos cuando no eran los intereses estratégicos los que operaban. Después de que la visita de Brezhnev en 1973 reavivase la cooperación mutua en el marco de la Distensión y profundizase las relaciones diplomáticas restablecidas desde la Declaración de 1956, ha sido

con la perestroika y con el fin de la URSS cuando más evidente se ha vuelto esta nefasta dinámica. Las posibilidades de acuerdo que se abrieron con la llegada al poder de Gorbachov, y posteriormente con el surgimiento de la Federación Rusa, no pudieron ser aprovechadas por culpa de la inflexibilidad que el consenso político imponía en Japón y por el peligro a que se exponía cualquier político que plantease soluciones no ortodoxas. En tal contexto, a cada momento en que la posición japonesa lograba tomar un curso diferente, las esperanzas se frustraban por obstáculos esta vez provenientes de la inflexibilidad rusa; a medida que la democracia y el derrumbe económico llegaban a su sociedad, el irredentismo nacionalista y el dogma de la inviolabilidad de las fronteras rusas convertía a las islas en disputa en un nuevo símbolo irrenunciable. La incapacidad de ambos países de no ver las relaciones mutuas como de suma cero,

ha llevado a confiar erróneamente en políticas de fuerza con la esperanza de que el otro cediese, tal y como ocurrió en los 70 durante la Distensión, en la perestroika y con la llegada de Vladimir Putin al poder en la pasada década. Eso facilitó que

Eric Pardo unas posturas ya de por sí inflexibles se mantuviesen en el

maximalismo. 12