Los últimos años

2.1.19 Los últimos años

  En 1940 y a sus 57 años Kazantzakis se erguía recto como un faro, con su mirada vivaz, su pelo plateado, con cuerpo y mente en guardia, preparado para cualquier cosa (Kazantzaki, E. 1977: 456).

  Durante los años siguientes, los de la ocupación nazi de Grecia (1942-1944), que Kazantzakis pasó en Egina, se produjo el reencuentro con Sikelianos. Los viejos amigos volvieron a emocionarse, a sentirse unidos y en sintonía. No en vano, en 1945 Angelos y Ana Sikelianos iban a ser los testigos en la boda de Nikos y Eleni Kazantzakis.

  En 1943 cumplió 60 años: sus ideas maduran, sus sienes parecen espolvoreadas con ceniza, su corazón sigue tierno y juguetón como el de un niño chico (Kazantzaki, E. 1977: 489). Emprendió la traducción de la Ilíada de Homero con el filólogo I.Th. Kakridis (Kazantzakis Kakridis 1964; cf. Kakridis 1959, Kazantzakis 1977b), resucitó a su gran amigo y “maestro” recientemente fallecido, Zorba, en Vida y hechos

  de Alexis Zorbas ([1946] 2002), así como a los héroes de la historia griega clásica, bizantina y moderna, Prometeo (1998a), Constantino Paleólogo (1998b) y Capodistrias (1998c). Tradujo El príncipe de Machiavello, la Odisea de Homero (Kazantzakis Kakridis 1965) y el San Francisco de Joergensen (Kazantzakis 1951).

  Cuando los alemanes se hubieron marchado, trató de convertirse en político y fundó una Unión Socialista Obrera. Trató también de obtener un puesto vacante en la Academia de las Letras de Atenas, pero perdió por dos votos.

  El gobierno le proporcionó una misión a la altura de sus expectativas, cuando envió al equipo de las “cuatro K” (Kazantzakis, Kadridis, Kalitsounakis y Koutoulakis)

  a Creta, para hacer el recuento y la denuncia de las atrocidades que los nazis habían cometido durante la ocupación de la isla. Desgraciadamente, los textos y las fotografías

  de los comisarios se perdieron (Alexiou 1966: 255-263), pero el ambiente quedó plasmado en sus novelas sobre Creta y sus libros de viaje. Después el gobierno de Sofoulis lo nombró Ministro sin Cartera y la Compañía de Escritores Griegos, de la que era a la sazón Presidente, lo propuso como candidato para el Premio Nobel. Él, se cuenta, aceptó bajo la condición de que su candidatura fuera conjunta con la de Sikelianos.

  Marchó de nuevo como invitado oficial a Inglaterra, donde pensó en fundar una “Internacional del Espíritu” (Life and Letters, septiembre 1946), y a Francia. Eleni le

  siguió y la idea de establecerse de manera permanente en el extranjero se hizo realidad.

  2. VIDA Y OBRA: 2.1 Biografía

  Fue nombrado Consejero Literario de la UNESCO con el cometido de fomentar las traducciones de clásicos entre Oriente y Occidente, de ejercer de puente entre culturas.

  No desempeñó su cargo por mucho tiempo. Lo abandonó para dedicarse a escribir y se estableció con Eleni en Antibes, desde donde atendieron a las cada vez más numerosas y frecuentes traducciones de las obras de Kazantzakis en muy diversos países y donde él compuso sus obras de madurez: Teseo (Kouros) (1949 en 1998a), Cristo de nuevo crucificado ([1950] 2005), La última tentación de Cristo ([1951] 1997), El Capitán Mijalis (]1953] 2005).

  La última tentación de Cristo fue incluida en el Index de libros prohibidos del Vaticano, a cuya comisión Kazatzakis telegrafió la siguiente cita de Tertuliano Ad tumm, Domine, tribunal appello. A la Iglesia Ortodoxa le contestó: Me habéis condenado, Padres, y yo os doy mi bendición. Deseo que vuestra conciencia esté tan tranquila como la mía y que seáis tan rectos moralmente y tan creyentes como lo soy yo (Kazantzakis, E. 1977: 614).

  Hizo algunos viajes, como aquel a Florencia en el que conocería a Kimon Friar, el sobresaliente traductor de su Odisea al inglés, y algunos otros a París. Su salud empezó

  a dar muestras de debilidad, pero continuó trabajando en El pobre de Asís ([1954] 2005) y la Carta al Greco ([1956] 2007).

  El reconocimiento internacional siguió aumentando en forma de traducciones y en 1954 el profesor W.B. Stanford publicó en su The Ulises Theme el primer estudio en profundidad de la Odisea. Poco después Jules Dassin presentó en Cannes la película rodada en Creta Celui qui doit mourir (1957), una versión de la novela Cristo de nuevo

  crucificado. El mismo año Kazantzakis recibió en Viena el Premio de la Paz 24 y en Atenas el Nacional de Teatro.