El habitus, la parálisis y la práctica como capacidad de agencia

2.2.2 El habitus, la parálisis y la práctica como capacidad de agencia

  Si bien es cierto, entonces, que con el paso del tiempo el habitus fue erigiéndose en el acto de superación bourdiana de la vieja antinomia sociológica, no ha sido general la aceptación de esta salida conceptual. Es más, ha sido corriente la crítica a la sociología de Bourdieu de ser de algún modo inmovilista o reproduccionista en tanto que los habitus, desde su perspectiva, funcionarían más como estructuras y sistemas determinantes de comportamiento que como sitio donde puedan emplazarse posibles conflictos de intereses que motiven o generen respuestas adaptativas mediante la acción. King (2000), por ejemplo, señala que,

  ―Para Bourdieu, el habitus, que consiste de disposiciones corporales y patrones cognitivos, superaría el dualismo sujeto-objeto al inscribir las acciones subjetivas, corporales, con las fuerzas sociales, de modo que los actos más aparentemente subjetivos e individuales tomen sentido social. Aunque Bourdieu cree que la noción de habitus resuelve el dualismo sujeto-objeto de la teoría social, en realidad el habitus se vuelve contra las intenciones bourdianas y cae en el mero objetivismo que intenta solventar‖ (King, 2000:417).

  La crítica de King se dirige en primer lugar al concepto de habitus y luego al de campo. Señala que estos conceptos, sobre todo el de habitus, no logran superar el objetivismo que Bourdieu pretendía dejar atrás. Para King, termina siendo un concepto rígido, objetivista, en el que los actores se sumergen en las lógicas estructurales. Sin embargo, King plantea, en cambio, que es la teoría de la práctica –desarrollada por ejemplo en El sentido práctico- la que logra superar el viejo dualismo. Si por un lado el concepto de habitus, y también el de campo, no permiten lograr una sociología adecuada, porque transforman la interacción entre individuos en propiedades sistémicas, objetivas, que resultan ser previas a los propios individuos (King habla incluso de cierto durkheimianismo en el que la sociedad posee una existencia independiente y metafísica, alejada de los individuos), por el otro lado, sin embargo, en la teoría de la práctica se hallaría la verdadera superación sociológica de los dualismos, pues en ella se ponen de relieve las interacciones entre los actores. El habitus es percibido en última instancia como un lastre que tiende a la objetivación y que impide la flexibilidad y la libertad de

  acción. 63

  63 Bar-On Cohen (2013), entre otros, sigue la tesis de King, para quien el el habitus es una petrificación

  conceptual de lo que la gente hace, mientras que lo que la gente hace, sin buscarle recurrencias u objetivaciones, la práctica pura, es el camino para superar los dualismos. En palabras de Bar-On Cohen,

  Esta crítica a la petrificación u osificación conceptual del habitus, y la consiguiente puesta de mira en la práctica como verdadera superación del dualismo inicial de la sociología, es necesaria para atender un fenómeno como el rock, que en gran medida es musical. Podemos ver, por ejemplo con Alfred Schütz (2003) o con Charles Keil y Steven Feld (2005), que la perspectiva fenomenológica es adecuada para pensar la música como espacio conjunto de prácticas inter-dinámicas en las que la dimensión temporal es tan reducida –no es lo mismo una fugaz y momentánea improvisación de jazz que siglos de proceso civilizatorio- que no da tiempo a

  calcificarse en determinadas instituciones o mecanismos cognitivos. 64