La extra-física del grupo

8.4.2 La extra-física del grupo

  La grabación de su primer álbum significará el comienzo del fin de la relación

  de los Who con Shel Talmy. A instancias de sus representantes, los Who se abrirán. Los motivos serán el reparto de royalties según el contrato firmado y el deseo de tener un mayor control sobre el out-put sonoro.

  ―Kit Lambert (manager de los Who junto a Chris Stamp), desesperado por conseguir un contrato discográfico para el grupo, firmó un mísero contrato de producción con el productor norteamericano Shel Talmy (…) que le daba poderes para que colocara los discos de los Who en la compañía que él eligiera (…) y que otorgaba un royalty del 2,5 [solamente]‖ (McMichael y Lyons, 2008:30).

  Este deseo de independencia se pagará con una mediación legal que otorgará finalmente parte de los ingresos discográficos de los Who a Talmy hasta Who‟s Next (1971) y con un claro empobrecimiento de la producción sonora que posiblemente no se

  de Wight de 1970 (concierto filmado en su momento por un joven Murray Lerner). Lo que intenta señalar Townshend con estos comentarios, aparte de la mala relación entre él y Daltrey, son las diferencias de educación: aunque ninguno de los Who era rico y educado, es cierto que Townshend con sus aspiraciones artísticas, estimuladas por su asistencia a una escuela de arte (en Ealing) e impulsadas por la visión de Kit Lambert, pertenecía a un universo diametralmente opuesto a los orígenes de clase trabajadora del resto (ambos padres de Townshend habían sido músicos profesionales) y a la ética trabajadora de Daltrey, ante la cual el echarse a la bartola a fumar porros y oír discos de música era una suerte de degeneración.

  solvente hasta las sesiones del LifehouseWho‟s Next –pues hasta entones la producción en el estudio correrá mayoritariamente a cargo de Lambert.

  Si la desventaja de esta independencia serán las obligaciones legales que las disputas judiciales entre los Who y Talmy impongan, más la inexperiencia de Kit Lambert como productor, la ventaja será una absoluta libertad artística que se percibe a partir del segundo disco de larga duración A quick one. Hoy día podemos señalar dos hechos relevantes acerca de este disco: por un lado señala la superación de la etapa Mod –impuesta acertadamente por su anterior representante, Pete Meaden- y comienzo de la etapa Pop Art –la articulación definitiva entre Art Schools y el rock-, y por el otro, la aparición dentro del álbum de la canción homónima. ―A quick one‖ es conocida hoy como la mini ópera de los Who. Se trata de una pieza musical que dura unos nueve minutos.

  ―Hicimos nuestro segundo álbum, que él [Kit Lambert] produjo. Fue durante ese álbum (…) que nos dimos cuenta de lo que era realmente hacer un álbum. Nos divertimos mucho. Fue muy creativo. Kit estaba aprendiendo sobre producción discográfica y hacía cosas locas, como grabar el grupo con un micrófono desde el pasillo y todas estas cosas que son muy comunes hoy en día. O usando enormes cantidades de compresión, apretando el sonido, haciendo que los símbolos del sonido sonaran como máquinas a vapor, apretando botones mientras la grabación iba en marcha. Los ingenieros de sonidos alzando las manos al cielo, diciendo, ¡no puedes tocar eso! Todo esto ocurría en el estudio, pero desafortunadamente teníamos aún por rellenar en el álbum diez minutos

  a fin de acabarlo. Así que Kit se giró hacia mí y me dijo, «me parece que deberías escribir algo lineal, algo con continuidad, tal vez, una canción de unos diez minutos». Yo le respondí, «no puedes escribir una canción de diez minutos, es decir, las canciones

  de rock duran dos minutos y cincuenta segundos, es tradición. Es una de las tradiciones.

  Sólo te permiten una modulación, cuatro acordes, tal vez cinco. Cinco acordes y estás frente al tribunal. ¿Diez minutos? Es ridículo». Así que dijo, «bueno, si no puedes escribir una canción de diez minutos, escribe una historia de diez minutos hecha de canciones de dos minutos cincuenta segundos», que es lo que hice, y ésa fue la mini

  ópera‖ 284

  ―A quick one‖ resuelve por primera vez la inquietud o iniciativa que la discografía de los Who había planteado sólo unos meses antes, con su sencillo ―I‘m a boy‖, y luego volverá a plantear con la pieza ―Rael‖ de su siguiente LP, Sell Out. ―A quick one‖ es, como sugirió Lambert a Townshend ―una historia de diez minutos hecha

  de canciones de dos minutos cincuenta segundos‖, pero no fue la primera vez que Lambert le hacía esta sugerencia a Townshend.

  Dave Marsh (1983) sugiere que, desde casi el primer momento en que entran en contacto, Lambert comienza a alentar a Townshend a escribir, señalándole el potencial del rock en la expansión de su narratividad. Un primer intento de contar una historia usando el rock como medio, pues, será Quads, historia de un mundo futurista en el que se puede elegir el sexo de los hijos (Marsh, 1983:217). La historia no progresó, pero parte de ella vio la luz en el single ―I‘m a boy‖, una canción que entremezcla un intermedio musical en la línea del minimalismo musical de Riley –y que los Who explotarían más adelante con ―Rael‖ y algunas partes de Tommy- con armonías cercanas a la de los Beach Boys. Como single fuera del contexto de Quads, al que ya se le llamaba rock opera –más jocosamente que en serio, según Marsh-, ―I‘m a boy‖ parece una canción sobre una

  identificación sexual algo tortuosa. 285

  A pesar de lo extraño del tema de la canción

  284 Pete Townshend en una entrevista televisiva –el 29 de agosto de 1974 en el programa 2nd House de la BBC.

  285 La historia que relata la canción es la de un matrimonio –en el futuro, por aquel entonces, año de 1999- que encarga cuatro niñas –se supone que en ese futuro la elección del sexo de los hijos ya es posible-, y la

  última, por error, les sale varón. De todas formas, este niño es tratado como una niña (vestido y peinado, por ejemplo) pero el mismo, él, intenta afirmarse, a pesar de ello, como un varón. De ahí el estribillo y título de la canción, ―I‘m a boy‖ (soy un niño o soy un varón).

  para su época, fue uno de los sencillos más exitosos en toda la carrera discográfica

  de los Who. 286

  286 ―De acuerdo con la Melody Maker, fue nuestro primer número uno en Inglaterra, creo que durante una media hora‖, bromeaba Pete Townshend al presentar esta canción en el concierto de Leeds (14021970),

  haciendo referencia al puesto número dos que logró el single en las listas británicas. Curiosamente, el puesto número uno lo tenía entonces ―All or nothing‖ de los Small Faces, donde tocaba la batería Kenny Jones, quien ocupará la plaza a Keith Moon en 1979.